Parlamento griego vota a favor de la nueva austeridad europea. Quiebre de Siryza, renuncian ministros. Manifestantes contra la austeridad rodean por miles el parlamento

Seguir pensando en un nuevo gobierno es de tarados. Es hora de la expansión de las formas de vida comunitaria con autonomía y economía propia por localidades



Miércoles 15 de julio de 2015 | 20:22

Graves incidentes en Atenas en una protesta contra el ajuste

ATENAS.- Miles de personas se manifestaron hoy en el centro de Atenas para protestar contra el paquete de medidas acordado entre el gobierno griego y los acreedores, el mismo día en que el Parlamento debate su aprobación.

Los manifestantes arrojaron bombas molotov contra la policía, que respondió con gases lacrimógenos, esta noche en la plaza Syntagma de Atenas. Tras una manifestación de unas 12.000 personas opuestas al acuerdo, varias docenas de jóvenes con cascos y enmascarados se enfrentaron con la policía arrojando proyectiles y cócteles molotov, a lo que las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos.

“No a las privatizaciones, salvemos a los puertos, la DEI (compañía nacional de electricidad), los hospitales”, pedían los manifestantes en una banderola. El sindicato de empleados públicos exigía en una pancarta que se “borre la deuda”.

El gobierno de Alexis Tsipras, que espera obtener en unas semanas un tercer plan de ayuda de al menos 80.000 millones de euros, presentó anoche el proyecto de ley que debería ser votado este mismo miércoles, según los términos del acuerdo firmado el lunes por la mañana en Bruselas.

El texto prevé medidas como la subida del IVA y la adopción de una regla de oro presupuestaria. En una entrevista televisada a noche, Tsipras explicó las razones que lo habían empujado a firmar, en un clima de gran tensión, el documento que refuerza la austeridad rechazada por los griegos en el referéndum del 5 de julio.

“Asumo mis responsabilidades por todo error que haya podido cometer”, declaró. “Asumo la responsabilidad de un texto en el que no creo pero que he firmado para evitar un desastre para el país”, dijo en alusión a la situaciones como una hipotética salida del euro.

La confederación de sindicatos del sector público (ADEDY), había convocado una huelga de 24 horas contra el acuerdo. El citado sindicato ya había organizada por la mañana una manifestación en el centro de la capital griega, en la que los manifestantes portaban pancartas con lemas como “No a los rescates, no a la austeridad, no al robo de Hacienda y no a la privatización”, una imagen que se ha repetido en la marcha vespertina.

Tsipras trataba de mantener intacto su gobierno ante la bronca causada por la ley de austeridad que el parlamento debe aprobar esta noche para recibir un nuevo rescate y evitar el colapso financiero.

El cúmulo de alzas a los impuestos y reformas al sistema de pensiones condenará a los griegos a más años de penurias y provocado ira entre integrantes del gobernante partido de izquierda radical Syriza.

La ministra alterna de Finanzas, Nadia Valavani, dijo que no votaría a favor de la ley y renunció. En una carta que le envió a Tsipras el lunes y que se difundió hoy, Valavani manifestó que “las tácticas de los círculos dominantes en Alemania representan la total humillación del gobierno y el país'’.

El secretario general del Ministerio de Economía, Manos Manousakis, también renunció a causa del acuerdo.

Nuevo acuerdo

Tsipras logró un acuerdo con los acreedores tras una cumbre que duró 17 horas que finalizó el lunes por la mañana. Según lo acordado, Grecia deberá aprobar nuevas medidas de austeridad que el partido de izquierda en el gobierno prometió combatir para que se inicien las negociaciones sobre un tercer rescate por importe de 85.000 millones de euros (93.000 millones de dólares).

El gobierno, formado por una coalición entre Syriza y el pequeño partido de derecha Griegos Independientes, cuenta con 162 asientos en el Parlamento, compuesto por 300 legisladores. Más de 30 congresistas de Syriza han expresado su oposición al rescate

El Fondo Monetario Internacional, que participó en los dos rescates previos a Grecia y también participará en el tercero, ha dicho desde hace tiempo que la deuda del país es demasiado elevada y que cualquier acuerdo debe contemplar quita de deuda, algo en que los griegos han insistido.

El martes, el FMI dijo que la deuda griega es “altamente insostenible'’ y llegaría a ser equivalente a “cerca del 200% del PIB en los próximos dos años'’.

Hoy, la comisión ejecutiva de la Unión Europea se hizo eco del análisis al decir que hay serias preocupaciones acerca de la sustentabilidad de la deuda griega debido al empeoramiento del desempeño de la economía.

Tsipras también enfrenta el abierto disenso de sus principales ministros, como el de Energía, Panagiotis Lafazanis, quien publicó en el cibersitio del ministerio una declaración donde señala que el acuerdo es “inaceptable'’.

Las farmacias se unieron a la huelga con un paro de 24 horas para objetar las medidas de austeridad que permitirán que ciertos medicamentos vendidos sin prescripción médica se vendan en supermercados.
Sigue el corralito

Los griegos siguen enfrentando el problema de los límites al retiro de efectivo en los bancos y las transferencias del extranjero. Los bancos están cerrados desde el 29 de junio y el Ministerio de Finanzas informó que seguirán cerrados hasta el jueves.

La liquidez de los bancos griegos está peligrosamente baja y el Estado casi se ha quedado sin efectivo. El lunes se vence el plazo para hacer un pago por 4200 millones de euros al Banco Central Europeo, y además hay un impago superior al 2600 millones de euros al FMI.

Se estima que las negociaciones sobre el nuevo rescate durarán cuatro semanas lo que obligará a los ministros de Finanzas de la zona euro a esforzarse para aportar dinero con prontitud a Atenas.

La Comisión Europea propuso dar a Grecia 7.000 millones de euros en préstamos de un fondo especial supervisado por las 28 naciones que integran la UE para que pueda cumplir con sus deudas venideras. El pago se haría al inicio del rescate íntegro pero hay resistencias por parte de Gran Bretaña, que no usa la divisa común de la UE.

Se prevé que muchos legisladores de Syriza rechacen el paquete y voten contra la ley, lo que genera dudas acerca de la supervivencia del gobierno en su forma actual. Se espera que la ley sea aprobada con los votos a favor de los partidos pro europeos de oposición.