Notas al margen 1: Los juegos de la guerra conspirativa interna
Por: Roland Denis | Miércoles, 15/03/2017
https://www.aporrea.org/actualidad/a242712.html
El biólogo soviético V.I. Vernadski habló de dos esferas interactuantes y en permanente transformación en la tierra (“la biosfera y la noosfera”, ediciones IVIC 2007): la primera, la biosfera (interacción bioquímica con capacidad vital de reproducción), y la segunda, la noosfera (interferencia humana dentro de la totalidad vital del planeta). Estos dos conceptos nos permiten una lectura mucho más holística de la existencia de la vida planetaria, ubicando exactamente, y diferencialmente, el papel del estrato humano en la evolución total de la naturaleza.
Cada uno de los espacios terrestres entre su superficie y la parte más profunda de alrededor de cuatro mil metros bajo las aguas o la tierra –donde aún se encuentran seres vivos de manera diferencial según el espacio y región de la tierra en que nos ubiquemos–, produce una cualidad natural y humana específica. Estamos hablando de una interacción hombre-naturaleza que, según las cualidades de cada una de las esferas (biosfera-noosfera), nos produce finalmente una HISTORIA concreta que es a la vez humana y natural, desde los 200 mil años que aparece la raza humana.
Avanzando en los talleres de geopolítica territorial donde se reconstruían mapas geológicos, históricos, situacionales, de cada colectivo según su territorio, me di cuenta de la importancia de esta correspondencia interactuante, de estas dos esferas dentro de la vida comunitaria organizada. El mapa construido colectivamente de la realidad natural –el primero a diseñar, cada quien aportando un saber colectivo unificado en que cada comunidad, traza su estrategia de lucha–, actuaba como verdadero incentivo de conocimiento, ya que la relación hombre-naturaleza funciona entre nosotros como una bomba emocional de donde a cada boca que le tocaba hablar en los talleres sobre la naturaleza que conoce, no se cansaba de decir cuántas particularidades geológicas y biológicas conoce de su territorio (era el tema preferido mucho más que las realidades “humanas”).
Esto no es en vano, la cuenca amazónica en su infinita variedad biológica, la riqueza acuífera como la de la cuenca del Orinoco y su riqueza, desde el suelo más antiguo del planeta hasta el subsuelo plagado de riquezas de minerales escasos de hidrocarburos y gas, constituyen una verdadera “anomalía natural”, que ha sido pauta para la producción de una historia que en su relato milenario dividiríamos, para ser muy cortos, entre las espirales jeroglíficas que a través de su inscripción sobre la naturaleza ancestral al sur de la cuenca del Orinoco, intentaron penetrar espiritual y energéticamente esa naturaleza (es el espiral inconsciente que todxs llevamos como herederos originarios de estas tierras y de allí la vocación a hablar de lo que conocemos de ella), como los mitos de colonizadores que desde “la leyenda del Dorado” (relato imperial sobre esta misma tierra que comienza en ese siglo XVI y sigue hasta hoy repitiéndose en boca de cualquier mandatario y tinte político que no hacen más que recordar qué “ricos” somos y así atraer a los saqueadores transnacionales), nos dan la dimensión e importancia que desde muy temprano dio a los invasores la dimensión de la necesidad de apropiarse de esas dos cuencas anómalas frente a lo que es el conjunto natural del planeta. Falta hacer los estudios bioquímicos unidos a la precisión sobre los hechos humanos que han actuado sobre estos territorios y dividirlos entre estas dos grandes épocas: la época Espiral y la época de El Dorado para entender físicamente nuestra historia (cómo el ser humano ha amado y enriquecido esta tierra y a la vez la ha saqueado y destruido, tendiendo a prevalecer esta última lógica de muerte).
Sobre este contexto natural podemos concluir que aquí como en ningún lado, se produce la necesidad de despojar de toda soberanía sobre su tierra, a los habitantes del territorio de esas dos fabulosas cuencas que cubren más de la mitad de América del Sur y se condensan espacialmente en el territorio hoy venezolano, y este ha sido uno de los grandes propósitos de un mundo a la par que pasó entre guerras y transformaciones de formaciones feudales hasta llegar al capitalismo financiero internacional, a su dominio. El ojo puesto sobre estas tierras denotando diversas estrategias de dominio territorial para sostener acumulados de riqueza cada vez mas gigantescos y condensados sobre pocas manos, ha sido una de las agendas imperiales de primer orden desde hace más de 500 años. En cada momento histórico, desde el simple despojo del oro indígena por parte de los españoles hasta la ronda de expropiación de los grandes suelos, la megaminería y en general la imposición de una economía de monoproducción gasífera, maderera, agrícola, mineral y de hidrocarburos, ha sido el afán sin pérdida del desespero imperial por dominar este espacio.
Mientras el “sion” imperial de la humanidad en la mayor parte de los territorios planetarios buscó fundamentalmente mercancías, productos, tecnologías, control geopolítico y sobretodo fuerza de trabajo para su explotación, en la medida en que la lógica imperial de conquista hasta hoy ha venido penetrando América, su interés ha sido marginalizar cuando no acabar con todas las poblaciones originarias y nacidas posteriormente como pueblo nuestroamericano, además de reciclar imbéciles pero criminales castas oligárquicas y políticas de poder interno obedientes a ellos, y de esta manera llegar a hacerse del control y uso pleno de esta fabulosa “anomalía natural” sobre la cual vivimos.
Si pudiésemos hacer el estudio desde las independencias de América hasta acá, quitándoles la relatoría emotiva y reductora al heroísmo y el sufrimiento, y nos diésemos cuenta de la importancia en cada trazo estratégico del enemigo hasta qué punto o acabaron o penetraron desde sus bordes hasta el centro esas revoluciones e insurgencias sociales, posiblemente entenderíamos mejor el verdadero barullo histórico y natural –la encrucijada biopolítica en amplios términos– en que estamos metidos. Y así, hasta qué punto sobre, alrededor y dentro la insurgencia y revolución popular bolivariana, se ha venido acometiendo paso a paso un influjo conspirativo desde sus centros de mando comprometidos en ella que finalmente están llegando a concluir una de las operaciones políticas, de despojo natural y financiero como de descomposición social más impresionantes y abundantes que se han dado no en el continente si no en el mundo.
Si quieren saber de “DIÁLOGOS” y la insistencia de una y otra parte sobre ellos, esto nada tiene que ver con elecciones y presos aunque mareen a todo el mundo sobre ellos. Esto alude a revolver consensuadamente –“democráticamente”– la consagración de una operación que ya comenzó con la fuga de alrededor de 500 mil millones de dólares y la formación de un Estado mafioso que permite que la operación siga sin indolencia alguna por la población que la sufre. Operación que se ha dado a costilla de la devaluación total no solo del bolívar sino de lo que ella supone en última instancia: la devaluación día a día del valor de la fuerza de trabajo, de manera que sea la clase trabajadora quien pague semejante despojo con su hambre y enfermedad. Ahora toca el despojo pleno de la biosfera conociendo su anomalía natural. Pero esto podrá suceder solo neutralizando a toda una población que ya vivió la rebeldía revolucionaria, por tanto la operación es compleja y va al nudo de la ruptura de la ganancia común y comunitaria conquistada. Había o aún hoy, hay que quebrar “el sujeto y el objeto de la revolución”, la voluntad humana como los propósitos transformadores por ella planteada.
Veamos si podemos hilar los puntos conspirativos más importantes. Estos juegos de la conspiración que terminan en los “juegos del hambre” que funcionan implosionando nuestra fuerza material primeramente y a continuación nuestra nuestra fuerza vital y espiritual, dando paso luego al siguiente capítulo de la conspiración, que en los últimos tres años empieza a abrirse paso.
Los juegos conspirativos hacia una política del hambre
Los “Juegos del hambre” son un libro de ficción fantástico y una película en serie hasta ahora de dos superproducciones que pareciera no se deciden a terminar su última y tercera producción que debería apuntar a la insurgencia revolucionaria de la humanidad oprimida, vaya a saber porqué, seguro se debaten entre la lealtad al libro o un mercado cinematográfico que no necesita ser tan fiel a la literatura.
El director es Gary Ross. Se trata de 13 distritos distribuidos entre cualidades humanas distintas y cada 14 años hacen los juegos del hambre. Se escogen al azar un hombre y una mujer de cada distrito y van a la simulación de una selva para matarse entre todos. El único que queda es el que se salva y se le da comida a su distrito. Entre una historia de amor y valentía, en el último de los juegos los dos sobrevivientes finales no aceptan el reto de ver quien queda en vida en una guerra a muerte entre los dos –empieza una historia de amor y traición entre ellos– dando lugar a una larga historia de confrontación y confusión a la lógica de los juegos y lo que hay detrás de ellos. Allí es donde se darán cuenta hasta qué punto todo esto no es más que un juego de poder ejecutado desde fuera por una humanidad restante que aisló los últimos seres humanos para hacerlos funcionar a su deseo.
Si se trata de Hollywood, el alma sionista de su emporio a través de esta película, develó gran parte de lo que es hoy el nudo estratégico imperial. El hambre, la división y caotización violenta, desde dentro de las sociedades como nudo fundamental del “alargement” imperialista. Y qué curioso, si registramos nuestra historia reciente, es el “juego del hambre” no la primera sino la última etapa antes de cumplir a cabalidad una estrategia finalmente victoriosa en función del dominio de la “anomalía natural” en que vivimos.
¿Cómo podíamos llegar a esto en un país que pasó por una insurgencia revolucionaria victoriosa y donde el movimiento regresivo necesariamente tuvo que aprender a dominar simbólica y materialmente todo lo implícito en esta revolución que en los comienzos de siglo fue absolutamente auténtica? El problema, una vez fracasada entre el 2001 y el 2004 la confrontación abierta por impedir la consagración al mando de la pareja rebelde, es manejarla a partir de su mismas debilidades y de quienes se van aliando a ellos.
Sin que hablemos de diseños perfectos de una secta conspirativa que todo lo pudo (una especie de inteligencia divina y demoníaca que antecede al hecho mismo), sin embargo en la medida en que se corrompe el mando y pierde todo sentido acometer metas que no cumplan con las gulas personales y de tribu de cada quién, ya ligados a un modo de vida y pensamiento propios del Estado parásito, despilfarrador y dependiente, los verdaderos demonios imperiales y oligárquicos internos se van apoderando de ellos y, dopados por una especie de “burundanga burocrática”, van tejiendo ellos mismos los hilos conspirativos internos, hasta llegar a la cuasi debacle en que nos encontramos, y la increíble mentira e indolencia con que el mando de Estado lo asume. De una manera “mágica”, de la misma manera en que las comunidades finalizando la era neolítica, a través de sus jefes fueron internándose y obedeciendo a los poderes palaciegos que fueron formando los primeros Estados e imperios, a estos jefecillos impuestos por el máximo caudillo, guste o no, les encantaron las fiestas, los tragos, los aviones, los choferes y escoltas para comenzar su escalada hasta convertirse en el mando gansteril que hoy priva entre ellos. Enumeremos los que hemos detectado.
Los juegos políticos
El desplazamiento temprano de cuadros dirigentes que no asumen la agenda de corrupción: que desde el Plan Bolívar 2000 empieza a convertirse en un modelo temprano de “ser gobierno” bajo total impunidad y el comienzo de lo que muy pronto se hizo llamar la “boliburguesía”. La corrupción es una vieja cultura social y política dentro de un país cuyas raíces, en términos de nación o Estado, o nunca existieron simplemente (“Venezuela” como espacio nacional es la creación de unos banqueros alemanes en el siglo XVI, y el Estado más o menos concluido en la dictadura de Juan Vicente Gómez aún no tiene un siglo). Pero en este caso desde muy temprano la corrupción empezó a convertirse en un filtro político indispensable para el debilitamiento y des-moralización de toda la vanguardia colectiva revolucionaria.
El inicio de la temprana captura de organizaciones, que tiene cuatro momentos claves iniciales: la absorción de los círculos bolivarianos bajo la vigilancia y total dominio del mando militar (su oficina se instala en la Casa Militar y se imponen sus dirigentes acabando su regla asamblearia de base). La captura de las UBE’s (Unidades de Batalla Electoral), luego del referéndum del 2004 y su conversión en instrumentos de partido. El bloqueo de todos los procesos constituyentes populares, empezando por el más importante de ellos: la constituyente petrolera la cual habría cambiado todo el modelo rentista e internado a las comunidades dentro de su principal fuente de obtención de una riqueza, llegando a manos directas del pueblo organizado y con decisión directa sobre ella. Y, finalmente, una de sus fases principales fue la destrucción de la UNETE sindical, con un perfil autónomo y de lucha original, y la emergencia de un sindicalismo corporativo y patronal, que nace desde la misma Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT) hasta concluir, con la complicidad de muchos líderes sindicales de izquierda, en una Central Bolivariana sin piso real, totalmente vertical, corrupta y autocrática, financiada desde el Estado. Esta es la misma agenda que seguirán la casi totalidad de los movimientos indígenas, campesinos, comunitarios
La conversión de instancias de base de libre planificación e intervención sobre el plano social en organizaciones verticalmente dirigidas: se revierte el sentido de las misiones sociales, los Consejos Locales de Planificación, las cuales apuntaban en un primer término a quebrarle el espinazo al Estado burocrático y más bien ellos mismos o desaparecen como los CLPP o se hiperburocratizan, siguiendo en adelante una escalada que desborda las misiones y llega hasta los CLAPs, UBCH, etc. Igual destino le tocará a muchos Consejos de Trabajadores, donde se revierte la línea consejista auténtica y autónoma, de participación y decisión directa de los trabajadores sobre la vida industrial, por instancias bobas, sometidas al gerentismo de Estado, dejando de lado la necesidad de garantizar su cualidad técnico-científica, interponiéndose el reparto politiquero de cargos relacionados con uno u otro burócrata mayor, que terminaron acabando con centenares de empresas creadas o expropiadas.
La intervención burocrática, represión y expropiación de las formas libres de asociación productiva: desde muy temprano con la toma de tierras y fábricas directamente por la clase trabajadora alrededor del año 2005, comienza una agresiva intervención de las unidades de producción y la imposición de gerencias y modelos de organización que llevó a la quiebra a la mayoría de ellas. Impidiendo toda forma de tejido libre asociativo con vida y política propia, algo que se suma a cerca de 400 dirigentes obreros, campesinos e indígenas asesinados en esta etapa pico del proceso revolucionario, bajo total impunidad respecto a sus asesinos directos e intelectuales. Ya para entonces tenemos la formación del Estado corporativo-burocrático que perdura hasta hoy en la forma más militarista y mafiosa.
La formación en el año 2007 del Psuv como máxima instancia de captura de un proceso revolucionario popular: que no necesitó de partido sino de la confluencia autónoma de miles de unidades de organización que construyeron una identidad común en la “revolución popular bolivariana”. El partido termina por despolitizar y desarmar el movimiento popular, a la vez que consagra el modelo autocrático de mando que ahora intentan alargar a todas las instancias no solo partidistas sino las instituciones del poder constituido.
Los juegos financieros
La absorción o compartimiento deliberado de mercados monopólicos de importación: empezando por alimentos, insumos agrícolas, tecnológicos, energéticos, petroleros y medicinas, los cuales entraron a competir con los nuevos dueños de gobierno quienes comienzan la formación de toda una red de empresas que triangulan desde dentro y fuera del país con el gobierno directamente y toda el enjambre de burguesías parásitas, las principales importaciones. El caso de la relación Gobierno-Polar es emblemático en ese sentido y las payasadas teatrales de su supuesta confrontación.
La formación de máquinas financieras públicas que faciliten descaradamente la fuga de capitales: a discreción de la misma burocracia que controla el movimiento de uso y distribución de la renta importadora. Un mecanismo que aparenta restringir el apoderamiento de divisas por parte por parte de los grandes capitales, se convierte desde muy temprano a través de Cadivi hasta el caos cambiario de hoy en todo lo contrario, una máquina de fuga y formación de nuevos bloques capitalistas y fortalecimiento de muchos de los viejos; tenedores mil millonarios y acrecentados de una renta que jamás regresó. O sencillamente se apoderaron haciendo uso del hipercentralismo burocrático cada vez mas exacerbado y sin rendir cuenta a nadie, con ello producir una fabulosa sobrefacturación que empresas como Corpoelec, Pdvsa, Empresas Básicas, por medio de mecanismos de obtención de divisas directas y aprobadas desde la presidencia, usando para ello el modelo original de Cadivi, el famoso FONDEN que se convirtió en una gigantesca partida secreta hasta el Fondo Chino, para acometer los fines. Esto terminó convirtiéndose, curiosamente para los meses en que se dispara la inflación y muere Chávez, en un completo desfalco nacional concluido.
El comienzo de una hipermultiplicación de la ganancia bancaria, de lejos la más abultada de todo el continente: quienes intermedian en un mercado cada vez más vasto de movimiento de capitales de bonos e inversión, y se agiganta todavía más en un absurdo endeudamiento con precios petroleros por encima de los 100 dólares el barril que crece a través de bonos e intermediación con las bolsas financieras mundiales. Hoy es el acicate de una deuda gigantesca tanto de PDVSA como del Estado conjunto, que el gobierno obedientemente paga, dejando para la población una bolsa de carbohidratos (CLAP) que cada tres meses e llega si tiene suerte (y el “carnet de la patria”) para no morir de hambre.
El acatamiento del orden internacional aceptando la ley de doble tributación: Las transnacionales por años ganaron en triple dimensión, y lo siguen haciendo con el resto de dólares que quedan, sin pagar impuestos, su ganancia en el mercado interno y luego la transformación de esa ganancia interna en dólares prácticamente regalados, comenzando de esta manera un desfalco que una vez concluido en el período Maduro empezaron a fugarse y demandando al Estado venezolano por las innumerables deudas adquiridas.
Los juegos industriales
La inversión perdida en el más impresionante botadero de máquinas, transportes, fábricas enteras, que se haya visto: uno tras otro personaje que pararon por los ministerios de tierras, industrias, alimentación, tecnología, comunicaciones, electricidad, y el emporio industrial que las corporaciones de PDVSA y las corporaciones agrícolas, dispusieron para sí por casi diez años una montaña de recursos dirigidos según el Plan Simón Bolívar y luego el Plan Patria, además de los recursos en capital fijo producto de las ya nacionalizadas empresas como las nuevas expropiadas al capital privado. Todavía no tenemos un conteo preciso de los miles de millones de dólares perdidos y convertidos en chatarra oxidada, o pasada a manos de cuanto “choro” se hizo de estos recursos. En todo caso, esto junto a la pérdida de millonadas de créditos embolsillados entre funcionarios y supuestos productores, más una política de controles de cambio y precios hecha a la medida de destruir toda la mediana y pequeña empresa, podemos concluir, mas allá de la corrupción, que aquí operó una verdadera máquina conspirativa en contra de todo el emporio productivo de la nación.
El desmoronamiento de la industria farmacéutica: el caso de los más criminales que ha ejercido esta conspiración. En la medida en que se fue saboteando todo el plan del sistema unificado de salud que desde la escala preventiva hasta hospitalaria de la salud pueda reconstruir la salud; se fue estrechando el plan respecto a las medicinas que siguió la misma lógica de los alimentos. Cimbiotec, como industria piloto de las medicinas, se fue evaporando hasta quedar completamente paralizada. Mientras el sistema de sobreprecios, medicinas convertidas en parte del comercio del bachaqueo, un gigantesco robo de equipos y medicinas del sistema público hacia el universo privado cada vez más abultado, y una merma de la importación producto del mismo desfalco y la falta de recursos, hacen posible una relación directa entre conspiración y ataque directo al cuerpo humano.
El bloqueo de los planes gran-industriales y de transformación interna de los modos de producción: que siguen la misma lógica aplicada a la mediana y pequeña industria solo que en este caso se trata de bloquear. Se bloquea todo el plan de soberanía semillera y agrícola, el plan de desarrollo aguas abajo de la grandes industrias metálicas de Guayana, el plan de desarrollo integral y multiproductivo de la minería del sur que queda en manos de mafias y desvastadores naturales, el plan gasífero impidiendo de esa manera la obtención de energías mucho menos contaminantes, mientras ahora se abocan a destrozar las aguas del Zulia abriendo la explotación y producción energética a través del carbón. La verdadera involución en todos los planos de PDVSA, no solo por la corrupción interna sino el bloqueo de todos sus espacios de investigación (INTEVEP) y construcción de una industria petrolera y petroquímica soberana. Hoy es una PDVSA mucho menos “nacional”, y mucho más dependiente e internamente quebrada, sostenida por una clase trabajadora cuyo trabajo vale diez y más veces menos. La corrupción juega un papel clave, pero no es todo lo de este cuento. Aquí se confirma así un “juego de muerte” geopolítico realmente horroroso.
Los juegos comunicacionales, simbólicos y religiosos
El maniqueísmo político y simbólico centrado en la polarización política: que en los primeros años del proceso tuvo toda razón de ser en una intensa lucha de clases vivida en forma masificada, esto se transformó en una sobresaturación simbólica al servicio de las nuevas castas dirigentes, como forma de crear una identidad sobrecodificada y estratificada verticalmente a partir de los elementos primarios que efectivamente le dieron identidad a la revolución popular bolivariana. Es el uso figura Chávez- heroísmo patriótico-padre-comandante-amor-paz-corazón, etc. Esto pasa por múltiples elementos hasta convertirse en una sopa incansable de repeticiones simbólicas que hoy en día han perdido prácticamente toda la potencia de su significado para revertirse en símbolos y significantes de mero dominio burocrático. La multitud protagónica pierde todo su lugar propio y se reduce a un corazón -murales, afiches, documentales, fotos- in-pensante que “ama” a la figura heroica, obediente y callada. Hasta los principios de la rebeldía y el poder popular terminaron suponiendo simbólicamente su contrario: sumisión y lealtad a un poder constituido jamás criticado, mucho menos imputado y de hecho inasequible.
La apropiación y control de todos los medios de comunicación posibles: línea de trabajo que se dispara a partir del 2003, y la primera formación del sistema público de comunicaciones, el cual desde un primer momento le da toda prioridad, sobre cualquier línea de información crítica y veraz, a la pacata línea de propaganda y venta de las caras, obras y palabras de gobernantes desde el presidente hasta alcaldes y funcionarios mayores. El primer ámbito de captura fueron los medios alternativos, que llamaron libres y comunitarios, hasta “des-almarlos” por completo y convertirlos en correajes de intereses burocráticos y sus sistemas de mando locales, para luego entrar en la jugada que comienza con la toma de RCTV y la expropiación de su concesión de onda –algo que todo el movimiento popular reivindicó– pero que sirvió seguidamente a los intereses conspirativos subalternos para consolidar –a partir de pleito con Globovisión– una estrategia que terminó con la toma de medios de primera importancia: radiales, televisivos y periodísticos, que pasaron a manos de la boliburguesía en combinación con las tribus burocráticas. Este devenir mediático produce una nueva polarización virtual y periodística dividida entre redes sociales hegemonizadas por la derecha, la cuales se apoyan en el sistema global de páginas y periodistas nacionales dentro y fuera del país y las grandes corporaciones mediáticas internacionales, confrontados a un sistema de radio, canales de TV y periódicos nacionales y regionales, todos bajo el mando y vigilancia del Ministerio de Comunicaciones. Desaparece por completo de los ámbitos masivos de comunicación pública, privada y de base todo horizonte de liberación comunicacional.
No pasemos desapercibidos los elementos religiosos: entendidos como componentes de una misma guerra conspirativa temprana van completando una línea cultural subalterna al mensaje y la discursiva oficial izquierdista. Muy ligados a los componentes militares –en personajes como Rodríguez Torres como ministro del interior se hizo evidente– los fundamentalismos, principalmente evangélicos, casi siempre ligados a iglesias norteamericanas, a la extrema derecha continental y a la vez al culto del sionismo israelí (manifestaciones masivas llevando la bandera de Israel) y a grandes inversiones bancarias, dentro de esta sopa simbólica atraviesan el mundo inconsciente de manera de desarmar por completo el espíritu de lucha colectivo sometiéndolos a las imposiciones religiosas de obediencia al Dios-amo. La violencia criminal repartida sobre todo el territorio necesita de algo más que la sobrecodificación de los cultos bolivarianos para lo cual muchos laberintos de gobierno partícipes de este fundamentalismo teológico que busca llenar los vacíos identitarios y a la vez se comportan como la “cara dulce” de una misma violencia caótica y fragmentaria.
Los juegos institucionales y delincuenciales
El reemplazo de la “refundación de la república” por el dominio totalitario institucional cuasi absoluto: va en correspondencia a la hipnosis simbólica e informativa pretendida desde la autocracia de gobierno que logra al menos garantizarse una gran hegemonía acompañada por el chantaje a los medios privados y una suerte de autocensura generalizada y bajo chantaje para el resto. El maniqueísmo de toda comprensión de realidad se fija simbólica y comunicacionalmente hasta producir el contexto necesario para extenderlo hacia ámbitos institucionales (incluidos los ámbitos académicos controlados desde el centro-gobierno), los cuales pasan casi en su totalidad a estar bajo vigilancia y direccionamiento del cerebro burocrático. Lo que supuso en algún momento una completa transformación del viejo Estado, se convirtió en su reforzamiento con nuevos sujetos, métodos, discursivas y colores.
El control es autoritario y burocrático propiamente: judicial (tribunales), tributario (Seniat, sistema fiscal interno), financiero (BCV) parlamentario (AN o en su perdida sustitiuido por el TSJ), administrativo (“rojo-rojismo” burocrático extendido), militar (FABN “chavistas”), electoral (CNE al servicio de la reproducción en el poder de una autocracia) y de seguridad (al servicio en su gran parte de clanes de gobierno, nichos delincuenciales de los mismos organismos de seguridad, o incluso clanes paraestatales casi todos ligados al contrabando y el narcotráfico). Todo ello formando un solo paquete, que llega a extenderse hasta las instituciones del Estado –salvo las universidades negociadas en manos de la derecha– que por historia y ley gozan de mayor autonomía administrativa y curricular, cual es el sistema universitario y educativo en general. La famosa “pulverización del estado burgués”, siguiendo la historia de todos los socialismos reales, no disuelven el Estado sino que lo inflan, hipercentralizan, revientan todas sus autonomías, hasta convertirlo en un Estado absolutamente impune y cada vez más represivo y autoritario hacia el interno y hacia afuera. La tragedia socialista se repite solo que en este caso en función de reventar el horizonte transformador y progresivo propiamente acabado poco a poco con las ganancias históricas de derecho democrático. Este es un paso esencial para la conspiración interna y garantizar el paso a situaciones desastrosas como las de hoy.
Aún así el control institucional autoritario no es suficiente, es necesaria la violencia directa y fragmentaria contra el cuerpo social: en sociedades de inmensa movilidad como la nuestra y de poca capacidad de autoregulamiento por sus mismas debilidades como naciones, la reproducción del componente colonial y esclavista y una involución permanente de las fuerzas productivas capitalistas como tal desde los años 80, hacer sucumbir el deseo y la acción emancipadora masificada, supone introducirle, dejar pasar y finalmente articular todo un demonio delincuencial que en muchos lados terminan generando un paraestado y el cerco paramilitar sobre poblaciones que empezamos a vivir. El rescate del colectivismo solidario y productivo, los flujos territoriales liberados, y sobretodo el sentimiento de seguridad y libertad de ser sobre nuestros lugares de vida, se va acabando, sirviendo de punta de lanza a una exacerbada campaña de miedos inducidos mediáticamente, que facilitan la generación de una población sin capacidad de autodefensa, débil, in-segura, totalmente desconfiada del otro y psicoseada por el temor corroborado por la información diaria y los sufrimientos directos ya vividos. El paso al Estado represivo y a la vez involucrado en este cerco estratégico de fragmentación territorial y violencia contra la población, tiene aquí su mejor excusa.
Los juegos geopolíticos
“De la estrategia pluripolar al pluripragmatismo maquillado con los estruendos quejosos del débil en un permanente lenguaje de víctima sin salida”: frase con la que podríamos sintetizar los pasos dados por una casta que desde el juego político interno fue acoplando sus intereses a una geopolítica mundial donde se va perdiendo al menos el perfil de soberanía, autonomía y estrategia multinacional y pluripolar propia ganada en los comienzos del proceso, hacia un pragmatismo sin suelo. Las últimas jugadas en el medio oriente (el acercamiento con los países y culturas islámicas sunitas y sionistas más regresivas), el debilitamiento sin pausa de la causa revolucionaria nuestroamericana, la diplomacia de la fraseología caricaturesca pero sin ninguna consecuencia de trascendencia nacional, fue creando desde principio de la década presente las condiciones para ir abandonando el corte propio, acoplándose cada vez más un juego geopolítico pragmático. Paso fundamental a todos los “diálogos”, el abultamiento de una deuda gigantesca y el fin de una diplomacia de los pueblos. Para lo que nos interesa en este caso lo importante es cómo se va anulando la opción, el mensaje, la política concreta emancipadora hacia el mundo. Venezuela pierde su lugar y respeto ganado, para volver a ser el nicho de todos los saqueos con excelentes ganancias para oligarcas y castas gobernantes, y cómo en el mismo “antimperialismo” gubernamental esta la semilla de la cantata del débil (la denuncia ¡de qué mal me tratas!, sin exponer ningún orgullo, ni política, ni fuerza propia porque todo internamente lo has destruido) cuyo único punto a reiterar es la respuesta de una ignorante canciller a acusaciones corporativas imperiales donde Venezuela es ya la burla del mundo. Otro paso esencial para cumplir a cabalidad la estrategia conspirativa.
En definitiva…
Podríamos sumar otros tantísimos puntos que sin duda se nos escapan. Al igual que podríamos hacer una abultadísima lista de elementos menos gruesos que se repiten a menor escala en gobernaciones, alcaldías, regiones, con el mismo perfil, donde un juego macabro utilizando la debilidad nacional y la descomposición por dentro y sobre sus propios sujetos de la vanguardia revolucionaria, se va acometiendo semejante dimensión de desastre.
Los juegos conspirativos preparan la jugada a continuación propiamente del hambre comenzada en el mismo año 2013 a través de una rápida escalada devaluativa e inflacionaria sin pausa y profundizándose abismalmente en cuatro años, sin ninguna respuesta macroeconómica –perfectamente posible técnicamente– que al menos la pare. Por el contrario lo que se ha hecho es agigantarla como demonios buscando el sufrimiento y la muerte colectiva. Los juegos conspirativos en su entropía crearon una lógica conspirativa contrarrevolucionaria que fueron, como en la película, razón para que se vaya matando y filtrando entre ellos hasta dejar a los elegidos, hegemonizando civil y militarmente los hilos de gobierno. Pero en este caso no hay héroes que salgan de los mismos juegos que se rebelan. La rebelión definitivamente estará fuera del emporio gobierno que sigue autodenominándose “chavista” y “revolucionario”. Los juegos del hambre empiezan y siguen.
Denunciar todo esto ha sido importante, hacer su lectura conspirativa mucho más. Ahora, ¿de quién se trata?, en esta lograda guerra irregular que sigue el norte de las guerras de cuarta generación, esta vez es efectuada desde dentro del espacio nacional y la estructura interna de Estado. Siendo así por supuesto que hay una “lógica e interés del gran capital global” que le da estrategia y sujeto a esta conspiración interna. Pero esto no puede quedarse simplemente en palabras mayores.
En la segunda parte de este trabajo, siguiendo el guión de la película, al menos intentaremos escudriñar hipótesis generales sobre estos actores, ¿de qué conexiones se trata?, ¿en dónde se escudan?, ¿cómo han justificado todo esto?, ¿cuáles son sus diversas tendencias? Como pasa en la película se descubre que hay un poder “detrás del muro” dirigiendo las grandes jugadas estratégicas, situado en espacios que nunca se habían conocido pero que fueron el preludio de una historia de fin de mundo. El hambre es una política final de seres concretos no solo una consecuencia trágica de lógicas inmanentes al orden capitalista. De hechos tales núcleos estratégicos preparan, después de acometida la conspiración gruesa material e inmaterial en los tiempos de Chávez, las condiciones entrópicas y de fragmentación subjetivas, sobre el cual van ahora sí al gran objetivo del amo mayor sobre nosotros: la biosfera conjunta sobre la cual construimos el mundo noosférico-humano que nos pertenece.