Sobreviven en el norte de Irán testimonios del cristianismo originario

Se trata de una región cuya capital es Urmía, una ciudad de un millón de habitantes.



Sobreviven en el norte de Irán testimonios del cristianismo originario

Se trata de una región cuya capital es Urmía, una ciudad de un millón de habitantes.

2018-01-16 10:40
Roma, Notimex

Un Irán desconocido, caracterizado por el pluralismo religioso, con ejemplos únicos sobre la divulgación del cristianismo originario y la convivencia entre diversas etnias y pueblos es el que existe en Urmía, una localidad en los confines con Turquía, Irak, Armenia y Azerbayán. El redescubrimiento de esa zona en la norteña región iraní de Nuevo Azerbayán es obra de Silvano Vinceti, presidente del Comité Nacional para la Valorización de Bienes Históricos, Culturales y Ambientales de Italia y conocido por sus investigaciones sobre los restos mortales de la Gioconda, el Caravaggio o Petrarca, entre otros personajes históricos. En entrevista con Notimex, Vinceti explicó que el comité que preside fue autorizado por las autoridades iraníes para visitar recientemente el norte del país a la búsqueda de testimonios sobre la presencia protocristiana, en una tierra que representó la primera zona de evangelización y expansión de la doctrina cristiana. Se trata de una región cuya capital es Urmía, una ciudad de un millón de habitantes. Un lugar desconocido para casi la totalidad de los occidentales, en la que viven y conviven pacíficamente azeríes, armenios, asirios, kurdos, iraníes y turcos. “Urmía es un lugar donde en la misma calle hay una mezquita, una iglesia protestante y una iglesia católica”, dijo Vinceti. Fue un viaje, añadió, en el que imágenes, emociones y palabras buscaban proponer el mismo espíritu con el que viajeros de los siglos XVIII y XIX visitaban Italia para conocer su cultura, sus expresiones, sus paisajes y encontrar personajes e historias característicos. En Urmía existen las primeras iglesias cristianas, construidas entre los siglos I y IV, cuando el mundo ocidental estaba dominado por los romanos, el politeísmo era la religión de Estado y los cristianos eran hechos prisioneros, torturados y en muchos casos asesinados. Según Vinceti, en toda la región del Nuevo Azerbaiyán hay decenas de iglesias edificadas entre los siglos I y IV. Mira esto: Nuevo reto viral cápsulas de detergente puede causar quemaduras En Urmía, en particular, sobresale la iglesia de Santa María Madre de Jesús, levantada en un lugar de culto y sepultura del mazdeísmo o zoroatrismo, una religión que adoraba el fuego y las estrellas y que creía en la llegada del “Santísimo” para redimir al mundo. La iglesia de Santa María Madre de Jesús fue edificada entre los años 70 y 80 después de Cristo y es una de los más antiguos testimonios arquitectónicos mundiales. También en Urmía se encuentra un templo de entre el tercer y el cuarto siglos después de Cristo, ubicado en un barrio habitado por kurdos. La iglesia es administrada por una mujer kurda musulmana y su interior sobresale por una arquitectura religiosa inspirada en sentimientos místicos. Según Vinceti, los detalles de las pequeñas ventanas se asemejan a las fisuras que caracterizan a las iglesia protoromanas presentes en Occidente. La tercera iglesia visitada por el Comité data del tercer siglo después de Cristo y se encuentra a pocos kilómetros de Urmía. También en este caso su interior, su configuración o el altar desnudo hacen pensar en otros aspectos arquitectónicos presentes en Occidente, por lo que en opinión del experto, seguramente hubo una contaminación arquitectónica promovida por viajeros que partían de Oriente. La cuarta iglesia se encuentra en un aldea a 10 kilómetros de Urmía, donde conviven kurdos, musulmanes, cristianos evangelistas, cristianos católicos e iraníes de religión islámica. El templo, dijo Vinceti, está ubicado en la cima de una colina envuelta en un paisaje típico del norte de Irán y cuenta con una pequeña puerta de entrada que daba un sentido místico de humildad cristiana y evitaba que los creyentes entraran a caballo. La ciudad fue uno de los mayores centros culturales y religiosos de la antigüedad y se cree que en sus alrededores nació el profeta Zaratustra.