Italia pone coto a los contratos temporales, subvenciones y prohíbe la publicidad del juego
Intereconomía
3 JULIO, 2018
El “Decreto Dignidad”. Así ha bautizado el ministro de Desarrollo Económico italiano, Luigi Di Maio, la nueva reforma laboral y empresarial en Italia. Las empresas que reciban ayudas públicas no podrán deslocalizarse, al tiempo que prohíbe la publicidad del juego por crear ludopatía y los contratos temporales serán de solo dos años frente a los tres actuales.
El Gobierno italiano ha asegurado que las empresas que perciban subvenciones o dinero público no podrán deslocalizarse, por lo que no tienen nada que temer las empresas honestas. “Este decreto tutela a los trabajadores honestos, sin dañar a las empresas honestas. Quien no abusa, nada tiene que temer”, ha asegurado el vicepresidente de Italia para presentar este decreto aprobado este lunes en el Consejo de Ministros.
Según el Gobierno italiano, el texto incide en la necesidad “urgente” de desarrollar medidas para tutelar “la dignidad de trabajadores y empresas”, para simplificar la fiscalidad laboral y combatir la ludopatía. Concretamente, se prohíbe la publicidad de apuestas y juegos de azar.
Por otro lado se aprobaron medidas contra la deslocalización de las empresas que operan en territorio italiano. Se decreta que aquellas compañías que hayan obtenido ayudas públicas y deslocalicen su producción, también en otros países de la UE, deberán devolver lo obtenido con intereses. Pero aquellas sociedades con ayudas del Estado que se vayan a un país que no pertenezca a la UE, serán sancionadas con multas de hasta cuatro veces el importe recibido de las arcas públicas.
Asimismo, si las empresas han recibido ayudas tendrán que devolverlas en caso de realizar despidos en los cinco siguientes años una vez las han obtenido.
Encadenar contratos temporales tendrá un coste para las empresas y la indemnización por despido aumenta al 50%
Primero pone fin a la fracasada reforma laboral del Gobierno de Matteo Renzi, imponiendo el límite máximo de 24 meses por trabajador en un contrato laboral en la misma empresa, frente a los 36 actuales. De esta forma, las empresas podrán renovar los contratos temporales con la obligación de indicar la causa de la misma y una vez que pasen 24 meses o bien contrata como indefinido al empleado o bien lo despide.
No obstante, el coste de cada contrato temporal se incrementa un 0,5% para la empresa, y la indemnización por despido se dispara en un 50% para los empleados cesados “injustamente”, al tiempo que éstos podrán contar con una compensación por 36 meses de antigüedad y no 24 meses como hasta ahora. “Damos un golpe mortal a la precariedad”, celebró el también líder del Movimiento 5 Estrellas, que gobierna Italia desde hace un mes con la Liga Norte.
Sin publicidad de juegos de azar ni apuestas
El decreto incluye la prohibición de publicitar los juegos de azar y las apuestas con premios en dinero con el objetivo de combatir la ludopatía, una enfermedad que según el ministro causa “un gasto sanitario enorme” en el país
El decreto ha sido criticado por diversos sectores, a los que Di Maio respondió al afirmar que los ataques a su gestión “vienen de quienes han masacrado los derechos sociales en vez de defenderlos” tras gobiernos de izquierdas y de derechas.
La Confederación General de la Industria Italiana criticó sin reservas en un comunicado el decreto, que tachó como “una señal muy negativa para el mundo de las empresas“. Auguró que las nuevas reglas contra la precariedad laboral serán “poco útiles” y su resultado será “menos trabajo, no menor precariedad”.
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03/07/2018 - 10:45
Clarin.com
Decreto dignidad
Italia: el gobierno populista presenta su primer paquete de medidas de fuerte contenido social
Las iniciativas apuntan contra los despidos, la precariedad laboral y el cierre de empresas que se van a otro país.
El gobierno italiano anunció el “Decreto Dignidad”, primer paquete de medidas de fuerte contenido social que incluyen aumento de los costos para las empresas en caso de despidos injustos, reformas para contener la precariedad laboral con los contratos a término y contra las empresas que tras recibir ayuda estatal deslocalizan su producción, yéndose a otro paÍs y dejando en la calle a sus dependientes.
El “Decreto Dignidad” ha sido el esperado estreno de la “otra ánima” del gobierno populista que arrasó en las elecciones del 4 de marzo con la victoria de dos partidos: el Movimiento 5 Estrellas liderada por Luigi Di Maio, de 31 años, y la Liga del ultraderechista Matteo Salvini, de 45.
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Salvini, vicepremier y ministro del Interior, ha ocupado hasta ahora el centro del escenario nacional con una guerra declarada a los migrantes que llegan desde las costas de Libia y Túnez por el mar Mediterráneo. Su estilo xenófobo, muy criticado por liberales y progresistas, le ha dado hasta ahora grandes réditos de popularidad. Según los sondeos, ha pasado del 17% de las elecciones de marzo al 31%, convirtiéndose en el primer partido italiano.
El Movimiento 5 Estrellas ha pagado con pérdida de popularidad el haber quedado en el rincón con Salvini en el centro del ring (del 32.7 al 29,9%, según los sondeos). Urgido por las bases y los dirigentes del Movimiento, Luigi Di Maio apresuró las medidas contenidas en el Decreto Dignidad utilizando todo el armamento disponible en el doble ministerio (Trabajo y Desarrollo Económico) que ocupa también como vicepremier.
Con énfasis, Di Maio exageró: “Este es el Waterloo del precariato”, que es una verdadera epidemia que afecta sobre todo a millones de jóvenes y trabajadores no especializados.
Un grupo de leyes y decretos que debatirá el Parlamento, donde los populistas tienen la mayoría absoluta, representa el inicio de los cambios, que costará hacer realidad porque Italia atraviesa difíciles tormentas económicas y los recursos no abundan.
En Italia hay 23 millones de ocupados laborales, muchos de los cuales soportan la carga de los contratos a tiempo determinado. Las nuevas normas que propone el gobierno al Parlamento establecen que las empresas no podrán hacer más contratos y renovaciones hasta 36 meses. El máximo será de un año sin obligación de explicar porque el patrón quiere un contrato a término y no acepta uno a tiempo indeterminado.
Después podrá renovar el contrato por un año más, pero explicando cuales son las razones para no asumir en plantilla estable al trabajador. En este segundo año, el empleador pagará una contribución de 0,5 puntos extra. El objetivo es terminar con las renovaciones permanentes de un mismo contrato. El mismo sistema se aplica a los contratos de las agencias temporales que colocan trabajadores en las empresas con su mediación.
El Decreto Dignidad pone un freno también a los despidos fáciles. Aquellos trabajadores despedidos sin justa causa recibirán una indemnización aumentada en un 50%.
Las nuevas normas prometen leña sin piedad también para las empresas que se establecen y reciben ayuda del Estado, para anunciar después la llamada “deslocalización”, o sea el traslado de todos los activos a otro país y el despido de los trabajadores. En este caso, las compañías deberán restituir los dineros recibidos del Estado, pagando intereses hasta un 5% y una multa de cuatro veces el valor de la ayuda que recibieron. Las ayudas abarcan contribuciones dadas por el Estado italiano como estímulo, pero también, financiaciones especiales, garantías y ayudas fiscales.
Con estas medidas la “otra ánima” de los populistas, la del Movimiento 5 Estrellas, espera quitarle el monopolio de la exhibición pública de poder a Matteo Salvini.
El Decreto Dignidad también adopta medidas de aligeramiento fiscal, aboliendo disposiciones de control rígido pero sin llegar a ser una panacea. Las medidas fiscales eran más ambiciosas, pero el ministro de Economía Giovanni Tría desinfló los entusiasmos demostrando que en esta primera parte del gobierno es necesario avanzar con prudencia, evitando hacer crujir las coberturas financieras.
Contra la adicción al juego
Una buena acción son las medidas para contrastar la “ludopatía” o sea la enfermedad de los juegos de azar que se difunde notablemente entre los italianos. En los últimos años los bares se han llenado de máquinas de juego y los centros especializados médicos están tratando a más de 15 mil personas devoradas por la pasión del juego hasta arruinar sus patrimonios y los de las familias.
El “boom” del juego ha terminado por insuflar esta manía en millones de personas gracias a la publicidad en las redes de televisión e internet, con famosos personajes que invitan a tirar la plata. Por eso es buena cosa que las normas contenida en el Decreto Dignidad prevean multas a partir de 50 mil millones de euros a los que violen la prohibición de publicidad, de la cual está exenta solo la tradicional Lotería Italia.
La expansión descontrolada de los juegos de azar es un negocio fabuloso para las lobbies y las mafias que manipulan el sistema, con una facturación en los primeros seis meses de este año de 102 mil millones de euros.
Di Maio y el Movimiento 5 Estrellas planean ahora “despedir” también al llamado Jobs Act, una ley del gobierno anterior de Matteo Renzi que mortificó las conquistas de los jubilados y, sobre todo, liquidó el articulo 18 del Estatuto de los Trabajadores, que establecía que un trabajador no podía ser despedido sin una causa justa.
La mayor ambición del Movimiento es obtener lo antes posible el llamado “Rédito de Ciudadanía”, que están esperando millones de jóvenes y pobres sobre todo en el sur de Italia, donde se encuentran los grandes bastiones electorales del Movimiento 5 Estrellas. En la práctica, este rédito representaría un subsidio de unos 879 euros mensuales a pagar durante dos o tres años, para facilitar el inserción en el mercado del trabajo de los más necesitados, inyectando unos 20 mil millones de dólares en los bolsillos populares que servirían a aumentar los consumos y la actividad económica general.
Del otro lado del populismo gubernamental italiano, el ahora llamado “Capitán” Matteo Salvini y los suyos de la Liga Norte, elogian sin mucho entusiasmo el Decreto Dignidad y la labor de Di Maio. En realidad, los miles de artesanos, pequeños patrones y empresarios que forman el meollo de la Liga, muy fuerte en las regiones del norte, no están de acuerdo con las protecciones sociales extras en materia de contratos a término, freno a los despidos fáciles, lucha a las precariedades y a la deslocalización de las empresas que buscan países con menor costo de trabajo.
Entre la Liga y el Movimiento 5 Estrellas no existe identidad de género. La Liga, por ejemplo, sostiene como su máxima reivindicación el “flat tax”, el impuesto chato que rebaja las imposiciones fiscales sobre todo a los más ricos y que costará tanto, unos 50 mil millones de euros anuales, que el ministro de Economía Tría ya ha decidido postergar su puesta en vigencia para tiempos mejores, dando prioridad a las empresas quizás en 2020 y haciendo esperar a las familias.
Roma, corresponsal