Coches incendiados durante los disturbios en Nantes - AFP | Vídeo: ATLAS
Francia «coquetea» con un «verano caliente» de disturbios
Una vez más, los altercados comenzaron en el barrio de Breil, donde se produjo el control policial en el que falleció Aboubacar Fofana
Juan Pedro Quiñonero
ABC
06/07/2018 14:16h
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Noche tras noche, desde el martes, Breil y otros suburbios de Nantes vuelven a ser escenario de enfrentamientos violentos entre jóvenes «incontrolados» y fuerzas del orden, prolongación de las protestas que siguieron a la muerte de Aboubacar Fofana (22 años), muerto a tiros de un gendarme, cuando intentaba huir a un control policial, la noche del martes,
La familia de Aboubacar Fofana organizó el jueves una marcha ciudadana en la que participaron entre 1.000 y 2.000 personas, pidiendo «justicia» a gritos.
Las peticiones de «calma» de la familia de Fofana, las autoridades locales, los partidos políticos y los sindicatos no han conseguido evitar la prolongación indefinida de tensiones y violencias sistemáticas, de intensidad variable.
Los incidentes que estallaron en el barrio de Breil, en Nantes, se han extendido a otros barrios, como Bottière, Bout de Pavés, Bellevue y Dervallières.
Desde el martes, la sucesión de «noches calientes» repite siempre el mismo escenario: cuando cae la noche, bandas de adolescentes y jóvenes atacan a pedradas edificios públicos, algunos coches y comercios son atacados o incendiados. Gendarmes y anti disturbios responden rápida y expeditivamente, neutralizando los estallidos de violencia, que vuelven a repetirse en otro barrio, horas más tarde.
En la «banlieue» de París, los suburbios de la capital, han comenzado a multiplicarse los actos de vandalismo, coincidiendo con los estallidos de violencia de Nantes.
Louis de Saint-Amour, sociólogo, analiza la crisis de este modo: «La crisis de Nantes es un clásico en la historia de las crisis de la «banlieue», desde 2015, cuando el gobierno de la época tuvo que recurrir al ejército para restaurar el orden. El escenario es siempre el mismo. Un incidente, con o sin derramamiento de sangre, mete fuego a estallidos de violencia, que no es fácil sofocar. Nadie sabe si Francia vivirá o no vivirá un verano caliente. Pero el gobierno debiera tomar medidas preventivas».
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“No se mata a nadie así, de un balazo en la cabeza”
Vecinos y amigos del chico fallecido en un control policial muestran su solidaridad con la familia durante una marcha silenciosa en el barrio nantés de Breil
Eva Cantón
Eva Cantón
Nantes - Jueves, 05/07/2018 | Actualizado a las 23:35 CEST
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Aspecto de la protesta en Nantes por la muerte del joven Aboubakar Fofana por la policía.
Aspecto de la protesta en Nantes por la muerte del joven Aboubakar Fofana por la policía. / AP / MICHEL EULER
En el número 68 de la calle de las Plantas hay ramos de flores y dos pintadas. ‘La policía mata’, dice una de ellas. ‘Abuso’, reza la otra. Las dos frases sintetizan el ánimo de los vecinos de Aboubakar Fofana, el chaval de 22 años que recibió hace dos días el balazo mortal de un agente de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS) durante un control de tráfico en Breil, un barrio de 3.500 habitantes a quince minutos del centro de Nantes.
Desde entonces, las noches son tensas y los jóvenes muestran su rabia con violencia. Durante el día, en cambio, reina la calma en una zona de aspecto residencial con casas bajas rodeadas de jardines en la que sobresale algún bloque aislado de mayor altura. Las calles están limpias pero los coches calcinados que aparecen de vez en cuando o el gabinete médico destrozado de un pequeño centro comercial delatan que algo pasa.
Lo que pasa es que se repite lo vivido en otros barrios franceses cada vez que la policía se pasa de frenada. La gente estalla. “Nunca he visto nada igual. Disparar a la gente así…”, se lamenta el dueño de la panadería ‘Breil d’Orient’ mientras muestra una foto del chico fallecido. “Se te encoge el corazón. Estamos en Francia y somos todos iguales. Asiáticos, africanos, magrebíes, somos todos franceses”.
Su queja es una crítica reiterada en estos barrios que la administración llama eufemísticamente “sensibles”. Ahora, en la nueva terminología de la presidencia de Emmanuel Macron se han rebautizado como “los de la conquista republicana”.
Sin embargo, la ley de la república no contempla ningún plan para las ‘banlieues’ en las que el paro juvenil dobla la media del país y el ascensor social parece averiado. “En el fondo hay una enorme pobreza y los jóvenes usan la rebelión para ser escuchados”, reflexiona Julien, un jubilado de 66 años que no ve normal la muerte de Fofana.
Investigación policial
Aboubakar Fofana estaba fichado por robo y la policía sospechaba que trapicheaba con droga. Nadie lo niega en Breil, pero creen que eso no justifica lo sucedido.
“No se mata a nadie de un balazo en la cabeza, haya hecho lo que haya hecho. Yo soy blanca y la policía no me ha parado nunca”, cuenta Danielle, una profesora universitaria de 50 años. Ella es una de las cientos de personas que este jueves han participado en un recorrido silencioso en solidaridad con la familia del chico.
Una “Marcha blanca” a la que han asistido muchos jóvenes, muchos niños y muchas madres, como Sandrine, de 38 años. Su hijo mayor tiene 17 y era amigo de Fofana. Había estado con él la misma tarde de su muerte. “Mi hijo no quiere hablar”, dice. “Fue un acto cobarde. Incluso si tenía un pasado dudoso no es normal terminar así. Hay que saber lo que pasó”.
La Inspección de la Policía Nacional ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias del drama y el autor del disparo que alcanzó en la carótida al joven se encuentra en detención provisional por el cargo de “violencia voluntaria de una persona depositaria de autoridad pública que condujo a una muerte no intencionada” , según ha anunciado el fiscal de Nantes, Pierre Sennès.
Justicia y paz
También el primer ministro, Edouard Philippe, que se ha desplazado este jueves a Nantes, ha prometido transparencia. Sin embargo, sus declaraciones se ven con escepticismo en Breil. “Al final siempre archivan el caso. El uniforme les protege”, comenta Simon, un fotógrafo de 22 años que observa el goteo de gente que se acerca a depositar flores en el lugar del que ha partido la marcha entre gritos de ‘Justicia para Abou’, ‘Sin justicia no hay paz’ y ‘Policía asesina’.
El homenaje se cerró con un minuto de silencio y transcurrió sin incidentes, aunque se teme que esta noche vuelvan a repetirse los disturbios de los últimos días. Este miércoles hubo 19 detenidos y los incidentes se han propagado a otros suburbios.