La crisis general de los estados y de los partidos se expresó en Europa y en las elecciones suecas con la gran caída de la socialdemocracia

Las abstención creciente permite que las derechas se apoderen de los gobiernos por la decepción generalizada de las izquierdas, al tiempo que permite y favorece la emergencia de formas alternativas como autogobiernos, formas de vida comunitaria y soluciones públicas desde abajo no estatales.



La socialdemocracia sufre una nueva debacle en Europa

La Tercera
Fernanda Rojas A.
MAR 11 SEP 2018 | 02:30 AM

En los años 90, los socialdemócratas gobernaban o formaban parte de una coalición en 12 de los 15 países del bloque europeo. Sin embargo, el caos económico de 2008 y la crisis migratoria de 2015, provocaron una dramática caída en su apoyo. Suecia se acaba de sumar a esta tendencia tras las elecciones del domingo.
La fuerte pérdida de apoyo de los socialdemócratas en las elecciones del domingo en Suecia, uno de los últimos bastiones de ese sector, fue prácticamente el golpe de gracia que ejemplifica su declive en Europa. El auge de la socialdemocracia en los 90, cuando 12 de los 15 países de la Unión Europea (UE) tenían gobiernos o coaliciones de esa tendencia política, parece quedar en el olvido.

Actualmente solo cinco países europeos son gobernados por líderes socialdemócratas: Suecia, España, Portugal, Malta y Eslovaquia. Mientras que en otras cinco naciones esta formación es parte de la coalición gobernante: Alemania, Estonia, República Checa, Rumania y Eslovenia. Así, los socialdemócratas -ya sea en el Ejecutivo o como parte de la coalición de gobierno- están presentes en 10 de los 28 estados miembros de la UE. Según el sitio web Politico, “desde la Segunda Guerra Mundial, la socialdemocracia se ha mantenido, junto con la centroderecha, como uno de los pilares gemelos de la democracia europea”. Pero ya no.

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La debacle de la socialdemocracia europea ha sido gradual y no tiene una única explicación. En 2000 esta formación gobernaba en 10 de los 15 países de la UE.

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Los investigadores James F. Downes y Edward Chan, en un artículo publicado por el London School of Economics en junio de este año sobre el declive de los socialdemócratas en Europa, coinciden en que la crisis económica que estalló en 2008 y se extendió hasta 2013 fue el primer golpe para la centro izquierda. Durante los últimos años, los socialdemócratas, los liberales y los cristiano demócratas fueron los que perdieron la mayor cantidad de votos. Parte de este electorado emigró hacia colectividades de centroderecha y extremaderecha.

Pero el golpe mortal para los socialdemócratas -que promueven la justicia social dentro de una economía capitalista- llegó con la crisis migratoria de 2015. “Posiblemente eso haya conducido al colapso sistemático de una serie de partidos socialdemócratas en Europa”, señaló la investigación. La inmigración se transformó así en un tema central para los votantes, especialmente en Alemania -país clave para la socialdemocracia-, Francia, Holanda e Italia. Son precisamente estas naciones las que registran el mayor retroceso de esta formación.

En las elecciones legislativas del año pasado en Francia, el Partido Socialista (PS) disminuyó su respaldo en un 32% respecto de los comicios de 2012, obteniendo junto a sus aliados apenas 44 escaños (de 577 de la Asamblea Nacional). En el anterior período, la colectividad de François Hollande tenía el control total con 284 diputados.

Esto coincide con lo que ocurrió con el Partido Democrático (PD) en Italia, que este año perdió 185 escaños en la Cámara Baja. A su vez, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) obtuvo en 2017 el peor resultado electoral de la posguerra, al perder 40 escaños, mientras en Holanda el Partido Laborista (PvdA) sufrió la pérdida de 29 escaños.

De esta manera, el sector que ha aprovechado la crisis en la socialdemocracia, tanto en 2017 como en 2018, han sido los partidos de ultra derecha y populistas, como Alternativa para Alemania (AfD), la Liga en Italia y el Frente Nacional (FN) en Francia. En las elecciones francesas, Benoît Hamon, la carta presidencial socialista, no llegó a segunda vuelta (quedó quinto), algo que no había ocurrido desde 1974.

“La caída de los socialdemócratas se debe a muchos factores. Entre ellos, el precio electoral que se paga por estar en el gobierno en tiempos difíciles y el ascenso de los partidos ‘retadores’ de derecha, que a menudo obtienen los votos de los electores de la clase trabajadora”, explica a La Tercera Nicholas Aylott, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Södertörn de Suecia.

Descontento social
La caída de los socialdemócratas en Europa también apunta a factores sociales. “Esta es una pregunta que ha ocupado el interés de los cientistas políticos en Europa durante muchos años. Creo que las diferencias entre las clases sociales han disminuido y, por lo tanto, los socialdemócratas han tenido dificultades para mantener la lealtad de la clase trabajadora”, explica a La Tercera el cientista político de la Universidad de Lund, Anders Sannerstedt.

Según la investigación de Downes y Chan, las políticas colectivistas de los socialdemócratas, la disminución de las clases trabajadores y el desencanto popular con la política significa que la centroizquierda debe reformular sus políticas y modernizarlas según su identidad, para no continuar perdiendo votantes, por parte de partidos radicales, tanto de izquierda y de derecha.

El cientista político Karl Magnus Johansson, de la Universidad Södertörn, confirma a este diario que el quiebre de los socialdemócratas en Europa se debe a la falta de identificación con este sector. “Hay desalineación, debilitamiento de la identificación partidaria y de los vínculos ideológicos. Lo que significa una tendencia hacia una identificación más débil entre los votantes y los partidos políticos”, sostiene este experto.

Caos en Suecia
En las elecciones del domingo en Suecia, la socialdemocracia obtuvo su peor performance política en 80 años. Aunque ganaron con un 28,4%, quedaron en empate con la alianza opositora. En 2014, el Bloque Roji-Verde logró un 43,7%.

Tras esta debacle electoral, el primer ministro socialdemócrata Stefan Löfven deberá intentar formar gobierno, tarea que no se ve fácil.

“El resultado final de la elección es realmente importante. Si el bloque de izquierda está un poco adelantado, sospecho que dos de los partidos de la Alianza de centroderecha aceptarán, eventualmente, tolerar un gobierno minoritario socialdemócrata”, sostiene Aylott y advierte: “¡pero todo podría pasar en las negociaciones!”.