Palestina: autgoridades reprimen la disidencia

El hecho de que Israel viole sistemáticamente los derechos más básicos de los palestinos no es razón para permanecer en silencio ante la represión sistemática de la disidencia y la tortura que están ejerciendo las fuerzas de seguridad palestinas



Octubre 23, 2018

Palestina: las autoridades reprimen la disidencia
Las detenciones arbitrarias y la tortura son sistemáticas

(Ramallah) – La Autoridad Palestina dirigida por Fatah en Cisjordania y las autoridades de Hamas en Gaza arrestan y torturan rutinariamente a detractores y oponentes pacíficos, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy. A medida que la disputa entre la Autoridad Palestina y Hamas se ha profundizado, cada partido ha atacado a los partidarios del otro.

El informe de 149 páginas, “‘Two Authorities, One Way, Zero Dissent:’ Arbitrary Arrest and Torture Under the Palestinian Authority and Hamas,” (“‘Dos autoridades, un camino y cero disidencia’: el arresto arbitrario y la tortura bajo la Autoridad Palestina y Hamas”), evalúa los patrones de arresto y las condiciones de detención en Cisjordania y la Franja de Gaza 25 años después de que los Acuerdos de Oslo otorgaran a los palestinos un grado de autogobierno sobre estas áreas y más de una década después de que Hamas asumiera el control efectivo sobre la Franja de Gaza. Human Rights Watch enumeró más de dos decenas de casos de personas detenidas sin una razón clara más allá de publicar un artículo crítico o un mensaje en Facebook o pertenecer al grupo estudiantil o movimiento político equivocado.

“Veinticinco años después de Oslo, las autoridades palestinas sólo han ganado un poder limitado en Cisjordania y Gaza, pero aún así, allí donde tienen autonomía, han desarrollado estados policiales paralelos”, dijo Tom Porteous, subdirector de programa de Human Rights Watch. “Los llamamientos de los funcionarios palestinos para salvaguardar los derechos de los palestinos son vanos mientras continúen sofocando la disidencia”.

Human Rights Watch entrevistó a 147 testigos, incluidos ex detenidos y sus familiares, abogados y representantes de grupos no gubernamentales, y revisó pruebas fotográficas, informes médicos y documentos judiciales. El informe refleja respuestas sustantivas a los hallazgos de las principales agencias de seguridad implicadas en los abusos subyacentes.

Las detenciones arbitrarias y la tortura sistemáticas violan los principales tratados de derechos humanos a los que Palestina se adhirió recientemente. Pocos oficiales de seguridad han sido procesados y ninguno ha sido condenado por arresto indebido o tortura, según ha podido determinar Human Rights Watch.

La Unión Europea, Estados Unidos y otros gobiernos que apoyan financieramente a la Autoridad Palestina y Hamas deben suspender la ayuda a las unidades u organismos específicos implicados en los arrestos arbitrarios y las torturas generalizadas hasta que las autoridades cesen esas prácticas y aseguren la rendición de cuentas de los responsables del abuso.

“El hecho de que Israel viole sistemáticamente los derechos más básicos de los palestinos no es razón para permanecer en silencio ante la represión sistemática de la disidencia y la tortura que están ejerciendo las fuerzas de seguridad palestinas”, dijo Shawan Jabarin, director ejecutivo de la organización palestina de derechos humanos al-Haq y miembro del Comité Asesor de Human Rights Watch para Oriente Medio y Norte de África.

Human Rights Watch se reunió con los Servicios de Inteligencia de la Autoridad Palestina en Ramallah, pero no pudo aceptar una oferta de las autoridades de Hamas para reunirse en Gaza porque Israel se negó a otorgar los permisos de entrada a la Franja de Gaza a los altos funcionarios de Human Rights Watch. Las autoridades israelíes también han rechazado la solicitud de Human Rights Watch para que representantes de alto rango de la organización puedan acceder a Gaza en octubre de 2018 con el fin de presentar este informe en una conferencia de prensa.

Ambas autoridades niegan que los abusos vayan más allá de unos casos aislados que se están investigando y aseguran que los responsables rendirán cuentas por ellos. Sin embargo, las evidencias que ha recopilado Human Rights Watch contradicen estas afirmaciones.

Las autoridades palestinas a menudo se basan en leyes demasiado amplias que criminalizan el insulto a “autoridades superiores”, creando “conflictos sectarios” o “perjudicando la unidad revolucionaria” para detener a disidentes durante días o semanas, sólo para liberar a la mayoría sin remitirlos a juicio, pero a menudo con cargos pendientes. Las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina también detuvieron a 221 palestinos durante varios períodos entre enero de 2017 y agosto de 2018 en detención administrativa sin cargos ni juicio bajo la orden de un gobernador regional, según la Comisión Independiente de Derechos Humanos, órgano legal palestino.

Varios ex detenidos de la Autoridad Palestina entrevistados por Human Rights Watch también habían sido detenidos por Israel, que coordina con las fuerzas de la Autoridad Palestina cuestiones de seguridad. En Gaza, las autoridades de Hamas a veces condicionan la puesta en libertad de los detenidos a que firmen un compromiso para cesar las críticas y protestas.

El 27 de septiembre, la Comisión Independiente de Derechos Humanos informó que las fuerzas de seguridad de Hamas en Gaza habían arrestado a más de 50 personas afiliadas a Fatah y que las fuerzas de la Autoridad Palestina en Cisjordania habían detenido a más de 60 afiliadas a Hamas, en el lapso de sólo un pocos días.

En los casos documentados, las fuerzas palestinas amenazaron, golpearon y obligaron a los detenidos a mantener dolorosas posiciones de estrés durante períodos prolongados, incluso utilizando cables o cuerdas para levantarles los brazos por detrás de la espalda. La policía a menudo usaba tácticas similares para obtener confesiones de personas detenidas por delitos de drogas u otros cargos penales. Las fuerzas de seguridad también obligaban a los detenidos a proporcionar acceso a sus teléfonos celulares y cuentas de redes sociales. Estas medidas parecen tener el objetivo de castigar a los disidentes y disuadirles de un mayor activismo.

Si bien las autoridades reciben con regularidad quejas de los ciudadanos y disponen de sistemas para investigarlas, sólo una minoría ha dado lugar a delitos, según los datos proporcionados por las agencias. Incluso menos condujeron a sanciones administrativas o remisiones para un proceso penal.

Las autoridades palestinas deberían respetar los tratados internacionales de derechos humanos a los que se han adherido durante los últimos cinco años. Las autoridades de Hamas dijeron en una carta a Human Rights Watch que se consideraba comprometida a respetar todos los tratados internacionales ratificados por el Estado de Palestina. El cumplimiento requiere que las autoridades palestinas se aseguren de que un organismo independiente inspeccione los lugares de detención y que las autoridades investiguen las quejas de manera creíble e impongan las sanciones apropiadas en caso necesario.

La práctica sistemática de tortura por parte de las autoridades palestinas podría constituir un crimen contra la humanidad procesable en la Corte Penal Internacional (CPI). Human Rights Watch ha alentado durante mucho tiempo al fiscal de la CPI a abrir una investigación formal sobre la conducta israelí y palestina en Palestina, que es parte de la CPI.

EE.UU. y los Estados europeos brindan apoyo a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina. Mientras que EE.UU. recortó en 2018 los fondos para los servicios de salud y educación para los palestinos, incluido todo su apoyo al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés), continuó reservando fondos para las fuerzas de seguridad, incluida la asignación de US$60 millones en asistencia no letal de la Oficina para Asuntos Internacionales y de Aplicación de la Ley en materia de Narcóticos a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina para el año fiscal de 2018 y US$35 millones para el año fiscal 2019. Qatar, Irán y Turquía apoyan financieramente a las autoridades de Hamas. Todos estos países deberían suspender la asistencia a los organismos que habitualmente torturan a los disidentes, incluidos los Servicios de Inteligencia, Seguridad Preventiva y el Comité Conjunto de Seguridad de la Autoridad Palestina y Seguridad Interna de Hamas, mientras continúen la tortura sistemática y otros abusos graves.

“Los ataques tanto de la Autoridad Palestina como de Hamas contra disidentes y manifestantes, periodistas y blogueros, son sistemáticos y quedan impunes”, señaló Porteous. “Los gobiernos que quieran ayudar al pueblo palestino a desarrollar el Estado de Derecho no deberían respaldar a las fuerzas de seguridad que lo socavan activamente”.

Testimonios de ex detenidos:

“Me dirigía a casa. En el punto de control de Einab, vi que el convoy del primer ministro estaba detenido. Grabé esta escena. Después de que el auto en el que iba yo y el convoy pudimos cruzar el punto de control, nos detuvo uno de sus escoltas. Fui arrestado y llevado a la comisaría de las Fuerzas de Seguridad Preventivas en Tulkarm. Estuve detenido en Tulkarm y en Ramallah durante cuatro días”.

Jihad Barakat, 29 años, periodista, describe su arresto por las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina (AP) en Cisjordania en julio de 2017.
“En un caluroso día de verano había escrito: ‘¿Duermen sus hijos [en referencia a los líderes de Hamas] en el suelo como los nuestros?’ Creo que ese mensaje molestó a las fuerzas de seguridad y, como resultado, me convocaron para que compareciera ante la Seguridad Interna y luego fui acusado del delito de “uso indebido de la tecnología” (…) Permanecí detenido durante 15 días (…) A continuación, fui liberado después de un acuerdo con el Ministerio del Interior. El acuerdo se comprometía a no escribir ni incitar contra del gobierno”.

Amer Balousha, activista y periodista de 26 años, describe su arresto en julio de 2017 por autoridades de Hamas en Gaza.
“Un oficial de paisano me recibió en la puerta [de la prisión de servicios de inteligencia en Jericó]. Me vendó los ojos, me esposó las manos a la espalda y comenzó a golpearme y a empujarme contra las paredes (…) esto duró unos 10 minutos. El agente me llevó a la oficina del alcaide y me quitó la venda, diciéndome que esta era mi ‘bienvenida’ (…) [un agente] luego ordenó que me colgaran, como en que me llevasen a Shabeh. Me trasladaron de la oficina a los baños, allí me vendaron de nuevo los ojos, me esposaron con las manos detrás de la espalda, pusieron un pedazo de tela y cuerda en el centro de mis esposas y lo colgaron en un lado de la puerta. Había un gancho entre la puerta y el techo. Levantaron el trozo de tela, alzando mis manos por detrás de mi espalda. Mis piernas no estaban encadenadas, y la punta de mis piernas tocaban el suelo. Me mantuvieron en esta posición de estrés durante 45 minutos. Un agente me golpeó con una gran vara en la espalda, entre los hombros, más de una vez (…) Después de que me bajaran, sentí las manos adormecidas hasta los hombros y no podía sostenerme (…) [el día siguiente ] el Exprimidor (apodo para su interrogador en Jericó) me dijo: ‘Te prometo que no saldrás de este lugar si no es en una silla de ruedas”.

Alaa Zaqeq, 27 años, detenido por las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina en abril de 2017 durante tres semanas por su activismo como estudiante de posgrado con un grupo estudiantil afiliado a Hamas.
“Me obligaron a permanecer de pie todo el día con los ojos vendados en una habitación llamada el autobús. Había 5 o 10 personas conmigo. A veces nos sentaban en sillas pequeñas, pero necesitábamos permiso para todo lo que hacíamos, incluso dormir o hablar. Pasé 30 días allí (…) Después del primer día, comenzaron las palizas, me pidieron que abriera las manos y empezaron a golpearme con un cable y a azotarme los pies”.

Fouad Jarada, periodista de 34 años con la Palestinian Broadcasting Corporation, fue arrestado en junio de 2017 por fuerzas de Hamas tres días después de subir un comentario a Facebook en el que criticaba a un aliado de Hamas y publicar una serie de artículos críticos. Las autoridades lo detuvieron durante más de dos meses bajo cargos de “perjudicar la unidad revolucionaria” y lo pusieron en libertad sólo después de que la Autoridad Palestina accediera a arrestar a periodistas considerados cercanos a Hamas en Cisjordania.
“Todavía tengo pesadillas… [esa] celda me está estrangulando y no puedo respirar”.

Fares Jbour, 24 años, detenido durante 24 días en enero de 2017 por sus actividades con un grupo estudiantil afiliado a Hamas en una Universidad de Hebron, en Cisjordania.
“Los chicos tienen miedo de escribir. No lo intentan. No comparten nada. Ni siquiera le dan a ‘me gusta’ a nada que haya escrito alguien criticando al gobierno. Están asustados”.

Mohammad Lafi, rapero de 24 años en el Campamento de Refugiados de Jabalia en Gaza, fue detenido durante 5 días en enero de 2017 por autoridades de Hamas después de publicar un video musical llamado “Your Right” (“Tu derecho”) que insta a las personas a manifestarse y a participar en las protestas en torno a la crisis de la electricidad.
“Siento que me están vigilando, como si estuviera bajo un microscopio. Me liberaron pero, hasta ahora, siento que no soy libre. Rompieron nuestro deseo de defender los derechos de los ciudadanos”.

Taghreed Abu Teer, periodista de 47 años de la Palestinian Broadcasting Corporation, detenido durante 11 días en abril de 2017 por las autoridades de Hamas después de asistir a conferencias para el rival Fatah en Ramallah.
“Vivo en un país donde está prohibido expresar mi opinion. Este no es el país con el que soñamos, en absoluto. No creo que haya un palestino que acepte que toda esta lucha continuará, y todos los años de nuestras vidas, no sólo las nuestras, sino las anteriores, para que al final tengamos un sistema de gobierno que ha adoptado la forma de una dictadura. No puede ser (…) es muy doloroso que tengamos un régimen antes de tener un Estado. Nuestro problema con la Autoridad Palestina es que están creando fuerzas de seguridad y controlando a las personas cuando ni siquiera controlamos el punto de control”.

Hamza Zbeidat, de 31 años que trabaja para un grupo no gubernamental de desarrollo, fue detenido durante dos días por las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina en mayo de 2016 por un mensaje en Facebook que instaba a los palestinos “a oponerse a la AP igual que nos oponemos a Israel”