Los significantes de la calle (dos ejemplos) y la voluntad cuando la hambruna reina
Por: Roland Denis |
Viernes, 11/01/2019
Un mundo donde el trabajador gana doscientos significantes monetarios menos que su vecino colombiano, no por ser un mundo mejor donde a su lado el que no le guste cobrar la tarifa y responde con la lucha simplemente es asesinado. Mas de 500 l?deres campesinos y obreros han sido asesinados en estos ?ltimos en Venezuela por menos de diez a?os no por un problema de sueldos sino de justicia; la luchada revoluci?n bolivariana. La revoluci?n popular ha sido totalmente traicionada por quienes tomaron su mando, destrozando un pa?s entero. Mientras 5 millones de colombianos han sido sacados de su tierra o pertenencias a tiro limpio, gracias a una oligarqu?a siempre en el poder que se ha ganado el triunfo de no menos de 200 mil desaparecidos en dos d?cadas, Venezuela de acuerdo a una estrategia paralela la avanzada popular que llego alrededor de mediados de la primera d?cada de siglo fue destrozada a trav?s de los cercos estrat?gicos de bandas ligadas a los cuerpos militares y apoyadas por la misma cofrad?a asesina colombiana. Mientras millardos de d?lares se fugaban sin ning?n tipo de control, por el contrario favorecidos por las redes bancarias, y empresas de papel que han sido los grandes ganadores de esta historia.
En Colombia la gente calla y no solo eso el m?s pobre escoge entre la guerra abierta contra la oligarqu?a asesina o hacer parte de la mas bestiales de las bandas que se ha creado en el continente; los paramilitares. Pero esto no es un juego nacional, una movida que les pertenece a unas clases u oligarqu?as dominantes, fue el punto de para ordenar lo que tiende a convertirse en un modelo que va desde M?xico hasta la Argentina. Venezuela y Colombia son dos experimentos genocidas cuyo objetivo no es m?s que crear el ambiente para convertir estos territorios en masas extractivas de hidrocarburos y minerales propias del modelo mundial de divisi?n del poder que se est? creando.
Esto nada tiene que ver con las ideolog?as que hegemonizaron estos ?ltimos a?os soportados por movimientos populares que dieron la pelea en la calle. Es la falla de estos mismos al absorber todas las premisas de una modernidad desgastada, una suerte de mediaci?n in?til entre estado liberal y revoluci?n. De un liberalismo en decadencia que superada la guerra fr?a dejo de ser una utop?a de clases dominantes para convertirse en un instrumento devastador que desde la ONU hasta sus maquinarias militares convierten la geopol?tica de la guerra en su principal instrumento.
?Qu? tenemos por delante?. Es obvio que nos encontramos en un mundo donde el sue?o moderno de los estados soberanos se est? desmoronando donde los grandes imperios se pelean por su hegemon?a, dejando reinos consulares que visten por su lugar. Es el caso de Siria como puede ser el de Venezuela donde los acueductos imperiales soportados por burocracias absolutamente corrompidas y terriblemente autoritarias, cada una de ellas buscan su aliado imperial mas conveniente, sin dejar de lado la anmist?a con el grupo imperial occidental y entrar abiertamente dentro de un orden, que en el caso nuestro estar? hecho para ofrendar riquezas b?sicas a las potencias que luchan entre s? por su poder mundial.
Todo esto est? dominando por capitales financieros al cual se funden los movimientos de capital nacionales dejando el status nacional pol?tico en una trist?sima condici?n de instituciones “sin raz?n” ni poder. Obviamente Venezuela ha sido despu?s de la ambiciosa estrategia de Ch?vez (revolucionaria de por s? pero totalmente fuera del contexto hist?rico en que ella se realizaba; me refiero a la estrategia bolivariana de fundir el espacio nuestramericano a partir del fuero del estado liberal y que ahora se desmorona) un caramelo de desfalco donde precisamente el espacio pol?tico de Estado se ha resquebrajado por completo, rompiendo territorios, hasta llegar a un estado completamente fallido, mafioso y empobrecido hasta lo inimaginable.
Hoy se reelecionaba Maduro por seis a?os m?s. No importa el modelo que por lo formal es absolutamente inconstitucional, y una maravilla de juegos pol?ticos desde donde se han jugando millardos de d?lares entre botines de la oposici?n, el gobierno y mediaciones bancarias. Insistimos que solo una alternativa libertaria fuera de soberan?as y leyes, creadas sobre el mismo espacio soberano del poder constituido nos dar? el soporte de una sociedad distinta, y para ello habr? que crear una fuerza popular que est? a la altura de esta guerra furiosa y guerrera. Mientras tanto en medios de comunicaci?n y hegemonismos pol?tico-culturales el estado ser? un n?cleo absurdo de debate y pelea que seguramente como dice el ahora derechista ( Alberto Franchesqui, antes l?der del trotskismo naciente en Venezuela, hoy un palabrero huido de la ultraderecha) lo mas probable es que nos encontremos con situaciones de horror cuando la burbuja de desfalcos deflacionarios lleguen a su l?mite, para lo cual no falta mucho.
El horror gira precisamente sobre las palabras que se oyen en la calle que no me gustar?a repetir, no por el deseo de un traidor ultraderechista, sino por la realidad que expresan las mismas palabras que se oyen dondequier. Es un verdadero odio donde cada quien juega su suerte, buscando pa?ses de sobrevivencia o convirtiendo su existencia en oportunidades sin camino que cada d?a donde estos vampiros civiles y militares enchufados a los ramales financieros del Estado buscan entre ellos mismos las posibilidad de distribuir las barbaridades de dinero que recogen del Estado. El significante odiante juzgando a los gobernantes revienta en mil groser?as que se las merecen pero no hay uni?n org?nica entre ellas (como si la hubo en los a?os noventa y principios del 2000), son palabras solitarias, gritonas, que solo se soportan a ellas mismas, pero curiosamente defendidas por cada quien que las recoge en la calle, desde cualquier unidad de metro, camioneta, o cami?n de rescate donde la colectividad se oye a s? misma.
La ingenier?a social posliberal ha sabido crear este contexto, siendo Turqu?a y Venezuela excelentes ejemplos, unos soportado en un nacionalismo genocida el otro en una mitolog?a revolucionaria completamente colapsada. Eso crea una subjetividad desolada que no es un problema de individualidades desesperadas sino de la incomprensi?n misma de la asquerosa situaci?n que ha sabido crear estos s?trapas del poder. Obviamente es un modelo de dominio que va repiti?ndose en el mundo entero. El hambre y el juego de palabras sostenidas desde los lastimosos poderes que les quedan a estos mandatos consulares sobre los cuales se va creando un nuevo orden mundial. Sindicatos, gremios, asociaciones, del campo y la ciudad no han sabido comprender esta situaci?n horrorosa, qued?ndose inscritos en reivindicaciones, en el caso venezolano completamente absurdas, porque est?n pidiendo que al menos no sea tanta la cantidad de riqueza y plusval?a que la clase trabajadora pague por lo que estos s?trapas instalados en el poder roban y explotan. Repiten sus viejos lemas reivindicativos sin darse cuenta, o siendo parte de esta misma mafia mundial, que no hay otra salida sino disolver por completo este horror que los significados de la calle anuncian. ?C?mo, qui?n? . Hay todo que inventar, la revoluci?n ya dej? de ser agrupaciones valientes, sino inteligencias autobernantes, el capitalismo dure lo que dure no podr? con ello.