Conflicto en Venezuela: el alzamiento que no fue y la fortaleza de Maduro

Unas 10 horas despu?s del anuncio de Juan Guaid? sobre la “liberaci?n” del l?der opositor Leopoldo L?pez, poco ha cambiado en la Venezuela de Nicol?s Maduro: ni batallones repletos de soldados hastiados se sumaron a la “rebeli?n” popular, ni las calles se llenaron de opositores dispuestos a llegar al Palacio de Miraflores para acabar con lo que el jefe del Parlamento y “presidente encargado” llama “la usurpaci?n”. Y, mucho menos, ha ca?do el r?gimen chavista, que sigue en pie, aunque con la salud algo esmerilada.



La liberaci?n de Leopoldo L?pez tuvo un fuerte efecto medi?tico. Pero poco parece haber cambiado en el pa?s de ayer a hoy.

Clar?n
30/04/2019 - 19:32

Unas 10 horas despu?s del anuncio de Juan Guaid? sobre la “liberaci?n” del l?der opositor Leopoldo L?pez, poco ha cambiado en la Venezuela de Nicol?s Maduro: ni batallones repletos de soldados hastiados se sumaron a la “rebeli?n” popular, ni las calles se llenaron de opositores dispuestos a llegar al Palacio de Miraflores para acabar con lo que el jefe del Parlamento y “presidente encargado” llama “la usurpaci?n”. Y, mucho menos, ha ca?do el r?gimen chavista, que sigue en pie, aunque con la salud algo esmerilada.

Con la “liberaci?n” de L?pez –es justo aclarar que estaba con prisi?n domiciliaria y que no resultaba muy dif?cil romper ese encierro en un pa?s en el que el propio Guaid? entra y sale de Venezuela a?n teniendo orden de captura–, el l?der opositor pretend?a generar un golpe de efecto en una alica?da resistencia, que hab?a fracasado ya en cercar a Maduro cuando fue nombrado por la Asamblea Nacional como presidente encargado, en enero, o cuando intent? distribuir la ayuda humanitaria que se hab?a acopiado en Colombia, Miami y Curazao.

Todo con un fuerte respaldo internacional y la presi?n constante de Estados Unidos sobre el r?gimen, que a?n se las ingenia para retener las adhesiones de Cuba, Bolivia y Nicaragua, pero que ha sumado el respaldo de jugadores con m?s peso en el escenario internacional, no s?lo pol?tico sino econ?mico, clave para un pa?s arrasado por la hiperinflaci?n y la escasez: Rusia, Turqu?a y, de alg?n modo, tambi?n China.

Pese al llamado de Guaid? y a las insinuantes declaraciones de John Bolton -el “halc?n” asesor de seguridad nacional de Donald Trump- dirigidas a los militares para que se subleven contra Maduro, no ha habido ni un solo alto mando o mando intermedio con influencia sobre las tropas que haya dado el paso al frente para reconocer al titular del Parlamento como leg?timo presidente de Venezuela.

No hay en la historia reciente de Am?rica latina reg?menes autoritarios o democr?ticos que hayan ca?do en desgracia s?lo por la presi?n popular. Si el grueso de las fuerzas armadas no le quitan la alfombra o se muestran prescindente, poco puede cambiar. Ocurri? con Alfredo Stroessner en Paraguay, con Abdal? Bucaram y Lucio Guti?rrez en Ecuador, con Alberto Fujimori en Per?, Manuel Zelaya en Honduras, Jorge Serrano El?as en Guatemala y hasta Raoul Cedr?s en Hait?. Todos ellos fueron arrastrados al ostracismo cuando los generales les dieron la espalda.

Que lo diga, si no, el r?gimen nicarag?ense de Daniel Ortega, que lleva un a?o resistiendo manifestaciones de protesta a punta de represi?n, paramilitares en las calles y arrestos indiscriminados de opositores. El mismo manual de Maduro, que esta vez, pese a los 60 heridos y los 11 arrestados, parece haberse cuidado de no desatar una represi?n indiscriminada por parte de las fuerza de seguridad o de los llamados “colectivos”, que regularmente aterrorizan las manifestaciones opositoras y tiran a matar al amparo de las caras cubiertas.

El respaldo militar a Maduro es clave, pero no la ?nica pata que le permite mantenerse en el poder. Es innegable que a?n, y pese al descalabro de la econom?a que golpea por igual a chavistas y antichavistas, el r?gimen goza de un respetable apoyo en sectores de la sociedad que viven del sue?o de la “Revoluci?n Bolivariana” inaugurada hace ya largu?simos 20 a?os.

Aunque a?n es prematuro imaginar c?mo evolucionar? esta intentona de Guaid?, una movida con m?s impacto medi?tico en el exterior que eficiencia pol?tica en Venezuela, parece claro que Maduro no ha sido derrotado y que sabe c?mo pasar a la ofensiva. Ya ha cortado las transmisiones de medios opositores o cadenas internacionales, no dudar? en en “reprimir selectivamente” a la oposici?n y en movilizar a sus bases, mientras gana tiempo, en busca de que pase el temporal. Los 25 militares que se sublevaron por la ma?ana pidieron asilo en la embajada de Brasil y L?pez ingres? a la de Chile. Guaid?, en tanto, como l?der de una oposici?n que no logra encolumnarse detr?s de un objetivo claro, deber? seguir mendigando el apoyo de los cuarteles.