Hafter solo negociará cuando tenga el control de Trípoli, advierte portavoz
Diario Vasco
27 Junio, 2019 19:48
Trípoli, 27 jun (EFE).- El mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia, no se implicará en ninguna iniciativa de paz antes de que “el Ejército logre recuperar el control de la capital, Trípoli”, advirtió hoy el portavoz de las Fuerzas Armadas en el en este del país, coronel Ahmed al Mesmari.
En declaraciones a los periodistas, Al Mesmari explicó que la ofensiva lanzada contra la capital el pasado 4 de abril “tiene como interés único la patria” y que el objetivo, una vez conquistada la capital, es “discutir toda propuesta que busque una solución política que acabe con la guerra y saque al país de la crisis”.
La iniciativa política “incluye la formación de un gobierno interino que gestione los asuntos del país y emprenda un diálogo nacional con la participación de todas las partes libias, bajo los auspicios de las Naciones Unidas”, precisó el portavoz.
“Un ambicioso proyecto nacional por cuyo éxito estamos luchando desde 2014. Creemos plenamente en nuestra causa nacional. Se trata de un problema de seguridad y no de una cuestión política o de (reparto) de la riqueza como algunos aseguran”, agregó.
Las declaraciones se produjeron apenas 24 horas después de que el gobierno reconocido por la ONU en Trípoli (GNA), que apenas controla la capital y algunas áreas del oeste del país, anunciara la reconquista de la ciudad de Gharyan, base de operaciones de Haftr en su asedio a la capital
Responsables militares ligados al GNA confirmaron hoy a Efe que las milicias afines comenzaron este jueves a consolidar su posición en los barrios sur de esta pequeña pero importante localidad, “ya bajo nuestro control”.
Una fuente de seguridad del gobierno sostenido por la ONU precisó, por su parte, que al menos 57 combatientes de las fuerzas rivales perdieron la vida en el último asalto, 75 más resultaron heridos y otros 78 fueron detenidos.
Situada a unos cien kilómetros al sur de Trípoli, Gharyan fue la primera urbe que ocupó Hafter, que la convirtió en su principal base de operaciones militares de cara a una pretendida conquista de la capital.
El polémico militar emprendió su ofensiva con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de visita en Trípoli con el objeto de impedir la Conferencia de reconciliación Nacional que Naciones Unidas pretendía celebra dos semanas después en la ciudad fronteriza libia de Ghadamés.
Sus tropas aprovecharon entonces la autopista que parte de Gharyan para avanzar y ocupar el antiguo aeropuerto internacional de Trípoli, situado a unos 20 kilómetros del centro de la capital, y en desuso.
Y arrebatar al GNA el control de varias zonas rurales en el arco del extrarradio capitalino, posiciones que utilizó como puente para bombardear algunos puntos estratégicos como la base militar de Maitiga, único aeródromo en funcionamiento en Trípoli.
En los combates han muerto cerca de 700 personas, en su gran mayoría milicianos, varios miles han resultado heridos, y cerca de 30.000 se han convertido en desplazados internos.
Los enfrentamientos han afectado, igualmente, a cientos de migrantes subsaharianos retenidos en centros de detención, que han tenido que ser trasladados de forma precaria y en condiciones inhumanas al norte.