Aumentan fuertemente acciones de hostigamiento contra opositores que resisten a la dictadura de Nicaragua

Las denuncias de asedio se multiplican en la prensa, redes sociales y organismos de derechos humanos en medio de esfuerzos de la oposición para alentar a la población a salir a las calles a protestar.



Hostigamiento contra opositores causa zozobra en Nicaragua

Autoridades del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, declaran que los ataques contra opositores de Daniel Ortega tienen como finalidad “generar miedo para que la gente no proteste”

AFP
21/09/2019 05:30 am

Managua.- Pintadas amenazantes, sonidos y luces potentes contra casas y negocios durante la noche: grupos progubernamentales nicaragüenses hostigan a la oposición que protesta contra el presidente Daniel Ortega, en un clima de represión y deterioro económico.

“Muerte”, “vigilados perros”, “cochón (gay) hijo de puta”, “fuera golpista”, son algunas de las leyendas que seguidores del gobierno pintan durante la noche con rojo y negro en los muros de casas de opositores en Managua, León, Matagalpa, Diriamba, Jinotega, según denuncian de afectados, así lo relata AFP.

“Llegaron paramilitares armados, quebraron la bujía de la terraza, dañaron la cerradura del portón tratando de entrar y marcaron la casa con pintura”, contó Jaqueline Valdivia, madre del líder estudiantil Nayrobi Olivas, de la ciudad nororiental de León.

“Escribieron ‘plomo’ (amenaza de balazos), ‘vigilado’ e insultos de connotación sexual”, agregó Valdivia.

Su hijo estuvo casi un año en prisión por participar en protestas contra el gobierno de Ortega, y tras su liberación, hombres armados llegaron de noche a su casa a asediarlos acelerando sus motos e iluminando con potentes luces el interior de la casa, indicó.

El dirigente de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), José Pallais, denunció que su vivienda en León también fue atacada. Los agresores quedaron grabados en cámaras de video antes de que los atacantes las destruyeran.
El opositor Ariel Icaza, que también estuvo preso, denunció a la prensa que su vivienda fue dañada por motorizados que le asedian de noche. Dijo sentir temor porque además de advertirle que está vigilado, dejaron “unos símbolos extraños” en las paredes de su casa.

“Al mejor estilo fascista, cobardes se amparan en la oscuridad para pintar casas de opositores”, reaccionó el economista Juan Sebastián Chamorro, integrante de la ACJD.

El sociólogo Oscar René Vargas consideró en un análisis sobre la protesta social que el hostigamiento refleja que el gobierno “en el fondo tiene miedo a las movilizaciones sociales” porque la calle es el teatro de los conflictos sociopolíticos, “donde las personas de a pie se pueden manifestar”.

Las denuncias de asedio se multiplican en la prensa, redes sociales y organismos de derechos humanos en medio de esfuerzos de la oposición para alentar a la población a salir a las calles a protestar.

En abril de 2018 estallaron masivas y sucesivas marchas pusieron en jaque al gobierno, que recurrió a la fuerza para contener el movimiento con saldo de más de 325 muertos, cientos de detenidos y 62.500 exiliados, según grupos de derechos humanos.

Asimismo, el gobierno promovió una ley de “terrorismo” que criminaliza la protesta, y ha impedido la realización de manifestaciones opositoras.

Miedo

Esos ataques “son un mecanismo de intimidación y represión a la gente para generar miedo, para que no proteste”, dijo a la la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Vilma Núñez, cuya casa fue vandalizada.

“El miedo es real, porque aquí han matado, disparado, secuestrado, detenido y desaparecido a personas. Está anclado el miedo y el terrorismo en todas las ciudades”, indicó por su parte Ivania Álvarez, dirigente de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).

Debido a la represión, la oposición ha optado por formas creativas de protesta como los piquetes exprés, agitar la bandera de Nicaragua, lanzar globos y pegar calcomanías para evitar ser detenidos. “La resistencia está viva, pero hay una necesidad de recuperar las calles”, señaló Álvarez.

La UNAB convocó para el sábado a una marcha denominada “Nada está normal”, en desafío a la prohibición de las protestas.

El politólogo Félix Maradiaga repudió los ataques contra opositores, que “me recuerdan a la noche de los Cristales Rotos de los nazis contra los judíos”, en referencia al episodio de 1938 en Alemania en el que murieron casi un centenar de judíos y sus viviendas y negocios fueron destruidos.

“Los niveles de represión han llevado a una situación de temor” por lo “que es muy difícil estimular la movilización”, reconoció Maradiaga.