Cacerolazos retumbaron en toda Colombia, Duque responde: “Vamos a acelerar la agenda social”

Colombia se une a la rabia latinoamericana con fuertes protestas contra Duque



Cacerolazos retumbaron en toda Colombia, Duque responde: “Vamos a acelerar la agenda social”
 
 
AFP
07:32 AM/22/11/2019

En la noche de ayer jueves se escucharon estruendosos ‘cacerolazos’, inusuales en toda Colombia, que se prolongaron por más de dos horas en sectores de Bogotá, Cali y Medellín.

“Ganó Colombia en esta jornada histórica de movilización ciudadana”, indicó en un comunicado el Comité Nacional del Paro, que reúne a centrales obreras, sindicatos, organizaciones campesinas, universitarios y partidos opositores.

Los organizadores solicitaron una reunión “inmediata” con Duque para debatir lineamientos políticos, económicos, sociales y de seguridad que motivaron la protesta.

“Llamamos a toda la ciudadanía a estar prestos a desarrollar nuevas acciones en la calle si el gobierno nacional mantiene la desatención a los reclamos”, agregaron.

Cuatro voceros de organizaciones convocantes aseguraron a AFP que más de un millón de personas se manifestaron en todo el país. El balance oficial los estimó en cerca de 207.000 en el “pico más alto” de la jornada.

“Estamos escuchando”

Duque, que reconoce la legitimidad de algunos reclamos, siguió el desarrollo del paro en Bogotá con las altas jerarquías militares y policiales, y los ministros de Defensa e Interior.

En una alocución televisada al final de la noche, el mandatario destacó el “espíritu” de la “protesta pacífica”, aunque cuestionó con dureza los actos de “vandalismo puro” ocurridos en Bogotá, Manizales, Medellín y Cali.

“Hablaron los colombianos, los estamos escuchando. El diálogo social ha sido la bandera principal de este gobierno, debemos profundizarlo con todos los sectores de nuestra sociedad y acelerar nuestra agenda social”, dijo, sin responder directamente a la petición de reunirse con los promotores de la movilización.

Los choques dejaron al menos 57 civiles y 70 policías heridos, y 43 capturados en toda Colombia, así como daños materiales, según indicó en rueda de prensa el recién nombrado ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.

En Cali, el principal foco de violencia, la alcaldía decretó toque de queda hasta las 06H00 locales del viernes.

En la capital, los incidentes entre manifestantes y antidisturbios se produjeron en la Plaza de Bolívar, a las afueras de una sede del sistema de transporte público y en la vía al aeropuerto internacional. Caída la noche surgieron nuevas marchas.

En los próximos días, la fuerza pública seguirá interviniendo “en cualquier sitio en donde se pretenda alterar el orden público”, destacó Trujillo.

Abrir el gobierno

Sin mayoría en el Congreso y con un rechazo del 69% según encuestas, Duque afrontó la mayor protesta de su mandato desde que asumió en agosto del 2018.

Con aire de triunfo, algunos manifestantes llamaron a mantenerse en las calles hasta que el gobierno escuche sus exigencias, en un intento de emular las convulsiones sociales que han sacudido Ecuador, Chile y Bolivia. Aunque no está claro que tengan suficiente fuerza para lograrlo.

“La idea de un paro es que continúe a través del tiempo”, sostuvo la universitaria Johanna Suárez camino a la Plaza de Bolívar, el corazón político de Colombia, una nación de 48 millones de habitantes con crecimiento económico por encima del promedio regional, pero con elevados índices de desigualdad y desempleo.

A su alrededor, estudiantes cantaban y bailaban. Líderes y defensores de las comunidades indígenas llegados del suroeste del país alzaban sus bastones exigiendo que cese la violencia contra sus comunidades.

Duque “tiene un desafío de diálogo social” y “un mensaje de descontento muy grande”, opinó Yann Basset, de la Universidad del Rosario de Bogotá.

El analista afirmó a AFP que el presidente cuenta con reducidos apoyos sociales y políticos. Tendrá que “abrir frentes de diálogos con las organizaciones sociales, por una parte y con los partidos políticos, por otra, para tratar de ampliar la base de su gobierno”, estimó.

Antes de la protesta, Duque denunciaba una campaña de “mentiras” que buscaba desatar la violencia. El gobierno cerró las fronteras y desplegó militares en algunas ciudades.

El paro fue organizado desde el mes pasado por las centrales obreras, en rechazo de supuestas reformas para flexibilizar el mercado laboral y el sistema pensional.

Luego se sumaron diversos sectores. Los indígenas exigieron protección ante el asesinato de 134 comuneros desde que asumió Duque, y los estudiantes, más recursos para la educación pública

Todos cuestionaron la política de seguridad enfocada en el combate del narcotráfico, el asesinato de decenas de líderes sociales y el intento de modificar el pacto de paz de 2016 que desarmó a la exguerrilla Farc, que también participó en el paro.

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Colombia se une a la rabia latinoamericana con fuertes protestas contra Duque


 

Algunos incidentes violentos llevaron a decretar el toque de queda en la ciudad de Cali

 


 
La Vanguardia

El rechazo a las políticas del presidente Iván Duque y el descontento generalizado de los colombianos continúa en aumento y ahora, con más fuerzas que nunca. Este último jueves decenas de miles de personas decidieron salir a las calles a expresar su descontento con una situación que lleva alargándose meses. Se recorrieron todas las avenidas de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Cúcuta y otras capitales bajo una sola consigna, exigir al Gobierno cambios en la política económica y social para frenar la desigualdad y la pobreza que sacude al país.

“Este paro nacional básicamente tiene como propósito rechazar las reformas laboral, pensional y tributaria del Gobierno de Iván Duque que van en contravía de derechos conquistados por el movimiento sindical y por los trabajadores en años de lucha”, ha dicho a Efe Carlos García, miembro de la Coordinadora de Organizaciones Sociales (COS).

Los sindicatos también piden al Gobierno un mayor compromiso con la implantación del acuerdo de paz con la disuelta guerrilla de las FARC. Así como mayores protecciones hacia indígenas y líderes sociales, los grupos más vulnerables dada la situación convulsa que se vive.

Por otro lado, otro de los objetivos principales es exigir la retirada de la reforma laboral y la de las pensiones, en especial subir la edad de jubilación, que en la actualidad es de 57 años para mujeres y 62 para hombres.

 

El Ministerio del Interior calcula que a las manifestaciones han acudido unas 207.000 personas en todo el país, dato que puede quedarse corto tras lo visto en las calles.

 

 

Universitarios

El ambiente festivo y pacífico dominó gran parte de la jornada. Los universitarios fueron los grandes protagonistas. Mediante banderas, instrumentos y artilugios varios, los estudiantes animaron a la gente a sumarse a la marcha hacia la Plaza de Bolívar en Bogotá, el Parque de las Luces en Medellín o el Paseo Bolívar de Barranquilla.

El aumento de la inversión en educación fue el hilo conductor de sus protestas.

A esta marea humana estudiantil se unieron trabajadores, indígenas, sindicalistas, afrodescendientes e incluso exguerrilleros de las FARC que se acogieron al acuerdo de paz.


Los organizadores han solicitado una reunión ‘inmediata’ con Duque para debatir los lineamientos políticos, económicos, sociales y de seguridad que motivaron la protesta. (Juan Cristobal Cobo / Bloomberg L.P. Limited Partnership)



Los organizadores han solicitado una reunión ‘inmediata’ con Duque para debatir los lineamientos políticos, económicos, sociales y de seguridad que motivaron la protesta. (Juan Cristobal Cobo / Bloomberg L.P. Limited Partnership)

Vandalismo

El ambiente festivo duró hasta que, al final de la jornada, algunos manifestantes arremetieron contra la policía provocando disturbios en zonas de Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena.

 

 

Algunos encapuchados atacaron con cócteles molotov, piedras y ladrillos edificios públicos del centro de Bogotá y se enfrentaron con policías en su intento de ingresar en el Capitolio Nacional y el Palacio Liévano, sede de la Alcaldía capitalina.

La agresividad de las acciones acabó provocando una batalla campal que duró casi una hora. Fueron las fuerzas de seguridad quienes lograron dispersar la revuelta, generada, principalmente, en la Plaza de Bolívar.

Polémicas similares tuvieron lugar en la Universidad Nacional, en la Avenida El Dorado, y en el barrio de Suba, donde se produjo un fuerte enfrentamiento con el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), además de saqueos a algunos comercios.

Una situación crítica

Cali

El toque de queda tuvo que ser decretado en Cali, capital del departamento del Valle del Cauca y tercera ciudad de Colombia, por el alcalde Maurice Armitage.

“Después de ver la manifestación de unas 20.000 personas que concurrieron en paz hasta el CAM (Centro Administrativo Municipal), no tengo otra opción que decretar el toque de queda (…) Una serie de vándalos, desadaptados y delincuentes están atracando y saqueando negocios”, dijo Armitage a periodistas.

El toque de queda también fue el recurso implantado en Candelaria y Jamundí, municipios cercanos a Cali donde también hubieron ataques violentos.

Según datos oficiales del director de la Policía en el país, Óscar Atehortúa, 28 agentes y 8 civiles resultaron heridos.


Una mujer grita entre un manifestante que enfrenta a la policía durante el desarrollo de las protestas y movilizaciones por el denominado Paro Nacional este jueves, en Cali (Colombia) (ERNESTO GUZMAN JR / EFE)

 

 

Según datos oficiales de la Policía colombiana, 28 agentes y 8 civiles resultaron heridos

Parece que la rabia latinoamericana empieza a tener un potente efecto llamada. Siguiendo la estelada de Ecuador y Chile, la oposición colombiana ha querido plantar cara a Iván Duque, un líder que sin duda pierde fuelle conforme pasan los meses.