Asedio y persecución arrecian en Nicaragua tras la salida de Evo Morales
El dirigente campesino, que fue detenido durante las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega y condenado a 216 años de prisión, denuncia que fue torturado y que la situación actual es más difícil con represión en iglesias, calles militarizadas y turbas orteguistas para acallar cualquier intento de protesta.
Pregunta: ¿Por qué fue condenado a 216 años de prisión?
Respuesta: Cuando vimos que estaban asesinando a estudiantes solo por protestar en apoyo a personas de la tercera edad contra la reforma de pensiones, llamamos a los campesinos a marchas pacíficas. El 13 de julio de 2018 me detuvieron a mí y a mi compañero de lucha Pedro Mena… nos llevaron a la cárcel El Chipote, que es la cárcel de tortura. Me ofrecieron prebendas económicas, cargos públicos, una casa… a cambio de que yo acusara a la Conferencia Episcopal de que había sido la que había organizado un supuesto golpe de Estado, que nunca existió, yo me negué. Me golpearon, patearon… dijeron que si no aceptaba me iban a llevar un video mostrando que habían cortado a mi niña dedito por dedito, su cuerpito pieza por pieza. Pedí a Dios nada más. Yo siempre supe que era una cuestión política porque nunca he cometido ningún delito. Fui condenado a 216 años de prisión, es totalmente ridículo porque la pena máxima son de 30 años en Nicaragua. A mi compañero Pedro Mena le pusieron 210 años. Posteriormente, a raíz de la presión internacional y nacional, Ortega hizo una ley de amnistía para liberarnos a nosotros.
P: Tras la renuncia al poder del presidente boliviano Evo Morales, el gobierno de Daniel Ortega ha advertido con recurrir si es necesario a una guerra para evitar una crisis como la de Bolivia. ¿Cuál es la situación en Nicaragua en estos días?
R: Han arreciado la represión, la persecución hacia los liderazgos. Ya hay excarcelados que los están llevando a la cárcel de nuevo. Un grupo de familiares hizo una huelga de hambre en una iglesia para exigir la libertad de presos políticos, porque no todos fueron liberados… ahora se ha encarcelado a más, y ya son 156. En la iglesia en Masaya se declararon en huelga de hambre y fueron cercados por las turbas orteguistas, les cortaron el agua, luz, no permitían el ingreso de agua ni medicinas. Otro grupo se solidarizó y se declararon en huelga de hambre en la catedral, pero ahí también fueron reprimidos por la turba orteguista, a un sacerdote lo golpearon. Son 17 iglesias, fueron rodeadas por cercos antimotines ante sospechas de que familiares de presos políticos puedan ingresar para declararse en huelga de hambre.
P: ¿Hay protestas en Nicaragua?
R: Ortega ha militarizado el campo donde se han mantenido algunos líderes. Ha entrado el ejército, la policía con muchos paramilitares. Como una cosa de intimidar al pueblo y amenazando a todo aquel que eleva su voz; el que dice algo lo trata de golpista y no permiten que nadie pueda protestar. Las calles de Managua están totalmente militarizadas, en todas las rotondas hay grandes cantidades de antimotines y cualquier persona que salga con una bandera azul y blanca puede ser apresada. Los estudiantes hicieron una protesta adentro de la universidad, inmediatamente el régimen mandó a las turbas. La gente lo que hace son las protestas que le llamamos piquetes, de repente unas 20 o 30 personas salen con la bandera azul y blanco, hacen un Facebook Live y llegan los medios de comunicación, pero inmediatamente caen unos 200 antimotines para reprimir. Es una cosa totalmente terrible la que estamos viviendo en Nicaragua.
P: ¿Qué pasa con las acciones de la coalición?
R: El pueblo está demandando a que todos los movimientos sociales se unan en un solo puño. Se está haciendo mucho esfuerzo para conseguir una sola coalición donde todos nos sintamos representados, donde estén los intereses del pueblo. Sabemos que existen intereses entre la cúpula, hay intereses propios que no son los del pueblo. Estamos pidiendo a la comunidad internacional que hagan toda la presión necesaria para que los organismos defensores de derechos humanos entren a Nicaragua para que puedan documentar las violaciones de derechos humanos, para que puedan ayudarnos a presionar para que cese la represión. Los medios de comunicación independientes son pocos los que han quedado porque la mayoría los ha comprado Ortega y los que no, los ha confiscado. Hay más de 80 periodistas independientes que han tenido que irse al exilio por la amenaza de asedio.
P: ¿Están planeando realizar un paro nacional?
R: Es una manera de manifestarse, pero el régimen ha amenazado al sector privado que les suspendería sus patentes, su licencia para poder seguir en un negocio. Anteriormente ya hubo muchos negocios que los cerró. La Asamblea Nacional, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo Supremo Electoral, todos los poderes del Estado los tienen manipulados con gente que son afines totalmente a él. Lo más importante para nosotros para salir de esta triste realidad es que se pueda permitir un diálogo sincero donde pueda haber acuerdos de verdad. (I)