Gana presidencia de Argelia Tebún de la elite gobernante con gigantesca abstención electoral. Resistencia llama a seguir movilizándose y gobiernos autoritarios corren a felicitarlos, como Nicaragua, Venezuela, Egipto y otros que también tienen sus resistencias populares

Resistencia popular después de varios meses protestando y de haber derribado al dictador está poco dispuesta a rendirse ante esta elección de cinco candidatos del régimen que más pareció tongo.



El tecnócrata Tebún, antiguo primer ministro de Buteflika, gana las cuestionadas elecciones en Argelia

Los manifestantes, que habían llamado al boicoteo de los comicios, han convocado más protestas para hoy

 
El País

Abdelmajid Tebún, que fue primer ministro durante la era Buteflika, será el nuevo presidente de Argelia tras imponerse en unas contestadas elecciones celebradas este jueves. Según la Junta Electoral, logró el 58% de los sufragios, seguido del islamista moderado Abdelkader Bengrina (17%) y Alí Benflis (10%). El Hirak, el movimiento de protesta que libra un pulso con el régimen desde febrero y que boicoteó los comicios, respondió con una nueva manifestación multitudinaria en la capital. Ya van 43 viernes seguidos de protestas. Tras la contienda electoral, la pugna continúa.

En su primera rueda de prensa como presidente electo, Tebún pronunció un discurso conciliador con el “Hirak bendito”. “Le tiendo la mano para un diálogo franco por el bien de Argelia”, dijo poco después de iniciar su discurso, en el que agradeció la labor del Ejército y el general Gaid Salah, jefe del Estado Mayor y verdadero hombre fuerte del país, durante la campaña electoral. Tebún sugirió la eventualidad de una rápida transición al fijar como su principal prioridad la aprobación de una nueva Constitución a través de un referéndum.

Sin embargo, el Hirak desconfía de las intenciones del nuevo presidente, y lo considera un mero títere de los poderes fácticos que controlan el país desde hace décadas. “Nada va a cambiar. Tebún es un hombre del régimen, ahí lo puso Buteflika. Y tarde o temprano él también caerá. Vamos a continuar hasta el final”, proclamaba Faiza, de 31 años, que no quiso faltar a la manifestación de protesta que volvió a colapsar el centro de Argel. Esta vez, aunque el dispositivo policial era más amplio que nunca, apenas hubo momentos de tensión.

Todos los candidatos perdedores reconocieron su derrota, y ninguno de ellos presentará un recurso contra los resultados. Ali Benflis, un político de 75 años que sufrió su tercera derrota en unas presidenciales, deslizó la posibilidad de abandonar la política al dirigirse a los jóvenes de su partido con la frase: “Os cedo el relevo”. Con cara de circunstancias, Ezzedine Mihoubi felicitó al vencedor. Este aspirante, apoyado por el antiguo partido único (Frente de Liberación Nacional, FLN), obtuvo solamente el 6% de los votos a pesar de que días antes de los comicios circuló el rumor de que él era el candidato favorito del régimen en detrimento de Tebún, tal como se creyó al inicio de la campaña.

Finalmente, la participación oficial fue del 41,14% —un 39,8% si se promedia con el menor voto de la diáspora—, es decir, unos diez puntos menos que en 2014. Entonces, Buteflika arrasó con el 80% de los votos en unas elecciones sin credibilidad alguna. La cifra oficial no es halagüeña para el Hirak, que hubiera deseado una participación inferior al 15%. Sin embargo, la mayoría de sus activistas considera que el porcentaje está manipulado y que la Junta Electoral (ANIE, en sus siglas francesas), creada hace apenas tres meses, no goza de verdadera independencia.

Tasa de participación

La cifra de participación resulta dudosa, pero es posible. Hay mucha gente que votó en busca de estabilidad. También hay que tener en cuenta que las personas dependientes del Estado fueron presionadas para votar. Por ejemplo, todos los miembros de las fuerzas de seguridad, que superan el millón, estaban obligados a hacerlo”, dice el periodista Alí Bukhlef, del diario Liberté. “Más sospechosa me parece una victoria tan aplastante de Tebún, un hombre sin más carisma o apoyo popular que el resto de candidatos. Él es solo la fachada civil que necesita el régimen”, añade.

Tras diez meses de estancamiento económico a causa de la inestabilidad política, y en un contexto internacional de precios del petróleo a la baja, los economistas alertan del riesgo de un deterioro rápido de la economía del país. “A Tebún, con una legitimidad en entredicho para una parte de la población, le espera una tarea difícil. Los presupuestos recientemente aprobados recogen una subida de impuestos. Y en los próximos meses, a las protestas de tipo político se sumarán las de tipo social”, advierte Bukhlef. “Mucho me temo que habrá un aumento de la represión”, apunta su colega Lyes Menacer, del mismo diario. Argelia se adentra en una transición hacia un destino incierto.

 

El presidente francés “toma nota”

El presidente francés, Emmanuel Macron, fue uno de los primeros líderes internacionales en reaccionar al anuncio de la victoria de Abdelmajid Tebún. Desde Bruselas, Macron dijo “tomar nota” del resultado, y apeló al nuevo presidente a abrir un diálogo con el pueblo argelino. Al ser preguntado en la rueda de prensa por la fría acogida de París, la antigua potencia colonial, Tebún respondió de forma displicente: “No me interesa. Lo único que me importa es Argelia”. Entonces, el auditorio estalló en un fuerte aplauso, una muestra más de las tensas relaciones entre ambos países casi seis décadas después de la independencia (1962). El otro mandatario internacional que reaccionó con celeridad a las noticias que llegaban de Argel fue el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi. En su caso, sí hubo una felicitación expresa a Tebún, lo que suscitó algunos comentarios irónicos en las redes sociales por la naturaleza militar del régimen egipcio. España también felicitó al vencedor de las elecciones.

 ————————————————————————

Argelia: Elecciones para que nada cambie

 

El académico de la Universidad Complutense de Madrid explica por qué el nuevo presidente argelino Abdelmayid Tebune no satisface al movimiento popular que llevó a la caída de Buteflika.

El académico Rafael Bustos, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Complutense de Madrid y coordinador científico del Observatorio político del mundo árabe y musulmán OPEMAM analiza el resultado de las elecciones en Argelia.

RFI: El ex primer ministro de Abdelaziz Buteflika, Abdelmayid Tebune, fue declarado ganador de la elección presidencial argelina con 58,15% de los votos. ¿Quién es Tebune?

Rafael Bustos: Para muchos es la continuación de Buteflika sin Buteflika. Es una persona muy cercana al ex presidente y también Ahmed Gaid Salah, el jefe del Estado mayor.

Tebun es una persona que tiene cierta popularidad dentro de lo que cabe. Es una persona muy del aparato, es del FLN, el partido de Buteflika. En ese sentido encarna la continuidad. Su edad indica también que es una persona con mucha experiencia, envejecida pero no es la persona que quieren los argelinos, es una sociedad muy joven que quiere un candidato de renovación. No es la persona que pueda renovar el país.

RFI: Este jueves hubo elecciones presidenciales en Argelia, las primeras desde la salida de Buteflika, y solo el 39.9% de los electores fue a las urnas, una tasa históricamente baja, ¿cómo explicarlo?

Rafael Bustos:  Es la primera vez que en las presidenciales se da una tasa tan baja, por debajo del 50%. Hay que precisar que son las tasas oficiales. Yo creo que la oposición y los grupos del Hirak (movimiento social que protesta desde hace meses en Argelia para la democratización y contra la corrupción) probablemente van a cuestionar mucho esas cifras.

Sobre todo, sabiendo que en el norte dónde está la mayor parte de la población, y en las grandes ciudades, la participación ha sido exigua, ha sido irrisoria. Por ejemplo, en Kabilia, por lo menos en un departamento en Tizi Uzu, vayan anularse los resultados porque los colegios estuvieron totalmente cerrados, los alcaldes no han permitido que entraran urnas en los colegios y ha habido un boicot casi total.

Hay un movimiento social, el Hirak, organizado desde febrero de este año, que tiene unas consignas firmes de que cambie sustancialmente toda la clase política del país. Consideran que básicamente no se dan las condiciones para organizar las elecciones.

En primer lugar, no habido ninguna misión de observación internacional, los cinco candidatos eran candidatos oficialistas y salidos del régimen. Dos de ellos fueron primeros ministros y los dos restantes fueron ministros. No hay una personalidad independiente que se presentó. No hay un censo fiable que haya sido contrastado. En muchos sentidos no se cumplen los requisitos de unas elecciones que pudieran ser aceptables internacionalmente.

RFI: ¿Qué ha conseguido el movimiento?

Rafael Bustos: Se han conseguido cambios, algunos cambios importantes. Nadie pensaba el año pasado que Buteflika iba a dejar de ser el presidente ni qué régimen fuera a hacer ninguna concesión.

Visto con un poco de perspectiva temporal sí habido éxitos de la movilización. Pero en cada momento que ha ido ocurriendo, ha habido la sensación de que había una trampa detrás.

Cuando que asegura que no va a haber elecciones en el mes de abril, se dice que se va a renovar a Buteflika por unos cuantos años más.  Entonces la gente se lanza a la calle hasta que el régimen diga que Buteflika va a dimitir y entonces que vamos a nuevas elecciones.

En cada momento ha habido como una pequeña concesión y una pequeña trampa detrás. El movimiento no se ha desinflado, no ha tragado el anzuelo y ha seguido con la presión en la calle. Y por eso ellos no se van a contentar con Tebun de presidente, sino que estoy seguro de que van a seguir con la huelas o con movilizaciones en la calle.