El 3 de enero de 2008, Matías Catrileo, joven mapuche, fue asesinado por fuerzas policiales tras un disparo por la espalda en el Fundo Santa Margarita de Jorge Luchsinger, ubicado en la comuna de Vilcún, región de La Araucanía.

El joven recibió un disparo del cabo segundo Walter Ramírez Inostroza, el cual quedó en libertad provisional bajo fianza y con firma mensual, quedando así en completa impunidad.

Desde primera hora de la tarde los manifestantes fueron llegando a la céntrica Plaza Italia, y los cientos se convirtieron en miles y hacia la noche, eran decenas de miles los que ocupaban la rotonda y numerosas calles aledañas.

La conmemoración se realizó en el marco de la brutal represión que se viene viviendo desde el 18 de octubre, la cual ya ha dejado a más de 25 muertos, cientos de mutilados y miles de heridos y detenidos. Incluso estas últimas semanas la política del intendente Guevara cobró la vida de Mauricio Fredes, mientras que Oscar Pérez fue embestido entre dos vehículos policiales.

El accionar de la policía y la brutal represión, son parte de la política del gobierno para acallar a quienes se vienen 

movilizando y, tal como pasó hace 12 años, los violadores a los Derechos Humanos siguen en completa impunidad mientras velamos a nuestros muertos.

Este viernes no fue la excepción, y Carabineros reprimió a los miles que se manifestaban.

El estatal Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), confirmó en su último balance que al menos hay 3.583 personas heridas, de ellas 2.050 por disparos de algún tipo efectuados por fuerzas del Estado, mientras que 359 recibieron heridas oculares. Los detenidos ascienden en más de dos meses de protestas a 9.589 según constató el organismo, que ha denunciado 1.549 vulneraciones a los derechos humanos.