Ira de Trump llamando “horribles anarquistas” y “terroristas domésticos” a la población que organiza la Zona Autónoma de Capitol Hill en Seatle

En Seattle los manifestantes establecieron una “zona autónoma” cooperativa sin policías que provocó que Donald Trump ordenara a la alcaldesa retomarla, y ésta le respondió que mejor se regresara a su búnker



Por este motivo Seattle pone planes de Trump en jaque

La Comisaría de la ciudad cerró luego de que las protestas antirracistas se tornaran violentas

  • SEATTLE, EUA.- Una disputa en Twitter estalló este jueves entre Donald Trump y las autoridades del estado de Washington después de que el presidente estadounidense acusara a éstas de abandonar una zona de Seattle a “horribles anarquistas” y “terroristas domésticos” en el marco de las manifestaciones contra los abusos policiales.

La razón del enfrentamiento es una “zona autónoma”, sin presencia policial, establecida en Seattle esta semana por líderes de las protestas raciales tras la muerte del afroestadounidense George Floyd a manos de un policía blanco.

La comisaría de la zona cerró temporalmente tras manifestaciones que en momentos se tornaron violentas, en una decisión criticada por la jefa policial de Seattle, Carmen Best, quien acusó a la municipalidad de haber “cedido ante la fuerte presión pública” en un video dirigido a sus agentes.

Recuperen su ciudad AHORA. Si no lo hacen, lo haré yo”, advirtió el mandatario en un tuit el miércoles de noche, en el que llamó a los manifestantes “terroristas domésticos”.

“Este no es un juego. Estos horribles anarquistas tienen que ser detenidos. INMEDIATAMENTE. MUÉVANSE RÁPIDO”, escribió después.

Trump, que atacó al gobernador de Washington, Jay Inslee, y la alcaldesa de Seattle, Jenny Durkan, no se refirió explícitamente a la llamada “Área Autónoma del Capitolio” proclamada esta semana por los manifestantes, pero sus tuits siguieron de cerca un informe sobre el tema en la cadena conservadora Fox News, que sigue fervientemente.

El informe describió “la toma total de un área de siete manzanas en un barrio de Seattle“, diciendo que manifestantes armados estaban patrullando la zona.

Los manifestantes se han instalado efectivamente en las calles que rodean una comisaría de policía desalojada, pero no se informó hasta ahora de ningún incidente de violencia en la zona, donde el ambiente parece por momentos el de una fiesta de barrio o un movimiento de protesta.

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El jueves por la tarde, en el área cerrada a la circulación caminaban familias con niños, y se ofrecían servicios médicos y comidas o bebidas donadas por los comercios locales.

“La situación aquí es de lo más pacífica”, dijo a la AFP Jahtia, una mujer negra que trabaja en el hospital infantil de Seattle, tras participar de una manifestación ciclista contra las brutalidades policiales.

Los policías, no obstante, no son bienvenidos en el área. Dos intentaron pasar las barreras que bloquean el paso pero los manifestantes les hicieron retroceder.

Un hombre que es totalmente incapaz de gobernar debe mantenerse al margen de los asuntos del estado de Washington. Deje de tuitear”, escribió Inslee a Trump.

“Háganos sentir más seguros, regrese a su búnker”, dijo por su parte Durkan, en relación al lugar en donde habrían llevado al mandatario por seguridad durante una manifestación en la capital.

Otras masivas protestas contra la brutalidad policial se han realizado en el país tras la muerte de Floyd.

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Las protestas continúan en Los Ángeles, NYC y Seattle, pero pierden fuerza en el resto del país

Las acciones de los manifestantes en Seattle provocaron un arduo enfrentamiento entre Trump y la alcaldesa de la ciudad.

Las protestas contra la violencia policial hacia los afroamericanos se han ido reduciendo con un menor número de asistentes que, eso sí, siguen saliendo a las calles de ciudades como Seattle, Los Ángeles y Nueva York con pancartas y consignas.

Este jueves, cientos de personas se concentraron en Seattle frente al legislativo estatal con pancartas con el lema “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan), mientras algunos activistas repartían comida entre los asistentes, según el diario The Seattle Times.

El barrio que rodea el parlamento estatal se ha convertido en los últimos días en el foco de la protesta: los activistas obligaron el lunes a retirarse a la policía después un fin de semana de masivas manifestaciones en todo el país y que, en Seattle, desembocaron en disturbios.

Desde el lunes, los manifestantes han ocupado el área y la han bautizado como “zona autónoma de Capitol Hill”, un lugar donde la policía está prohibida, la comida es gratis y por la noche se proyectan documentales, reporta el diario The Washington Post.

Enfrentamiento entre Trump y la alcaldesa de Seattle

Esa zona ha atraído la atención del presidente Donald Trump quien en Twitter exigió al gobernador de Washington y la alcaldesa de Seattle, los demócratas Jay Inslee y Jenny Durkan, respectivamente, que “retomen” la ciudad, y advirtió: “Si no lo hacen, yo lo haré”.

Por la noche, en la cadena Fox, reiteró su amenaza y aseguró que no “dejará que Seattle sea ocupada por anarquistas“.

En respuesta, en una rueda de prensa, la alcaldesa de Seattle avisó que “no necesita que nadie, incluido el presidente, intente sembrar más divisiones, más desconfianza y desinformación” y añadió: “La amenaza de invadir Seattle, dividir e incitar a la violencia en nuestra ciudad no solo es inoportuna, sino que sería ilegal”.

Trump casi no tiene potestad legal para desplegar agentes federales en Seattle, algo que sí pudo hacer en la capital de EE.UU. porque tiene menos autonomía que el resto de localidades del país.

Menos manifestantes en Washington D.C. y Los Ángeles

En Washington D.C. y en Los Ángeles, se han reducido el número de asistentes a las protestas contra la violencia policial y vigilias en honor del afroamericano George Floyd, quien murió después de agonizar durante nueve minutos postrado en el suelo y mientras un agente blanco presionaba su rodilla contra su cuello.

En la capital hubo este jueves una pequeña concentración cerca de la Casa Blanca a la que acudieron un centenar de personas.

En Los Ángeles, cada día, se celebran dos manifestaciones: una al mediodía en Sherman Oaks, un suburbio acomodado al noroeste de la ciudad; y otra por la tarde en el Centro de la ciudad.

Ninguna organización está liderando las protestas, que en ocasiones se están desarrollando de manera esporádica.

Bloqueo de un puente de Nueva York

Por otro lado, los manifestantes en Nueva York bloquearon este jueves durante unos minutos el túnel Holland que conecta la isla de Manhattan con el estado de Nueva Jersey, según CNN.

Además, sobre las cuatro de la tarde, cientos de personas se dieron cita en Washington Square Park, en el centro de Manhattan, donde los activistas protagonizaron momentos de silencio con el puño alzado, y otros instantes en los que gritaban al unísono “We will win”.

Las protestas han abierto un debate a nivel nacional sobre las tácticas de la policía y ya se han extendido a más de 650 ciudades en los 50 estados del país.

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Trump truena contra una “zona libre de policías” en Seattle

David Brooks, corresponsal |
La Jornada
 
Viernes 12 de junio de 2020. Nueva York. En Seattle los manifestantes establecieron una zona autónoma cooperativa sin policías que provocó que Donald Trump ordenara a la alcaldesa retomarla, y ésta le respondió que mejor se regresara a su búnker, mientras continuaron las tensiones entre el comandante en jefe y los mandos militares.

Fue un error, declaró el general Mark Milley, el militar de más alto rango del país, quien preside el estado mayor, al disculparse por haber participado en la ahora famosa caminata de Trump a través de la Plaza Lafayette la semana pasada, después de que manifestantes pacíficos fueron expulsados con gas lacrimógeno y balas de goma, para tomarse una foto con una Biblia frente a una iglesia. “No debería de haber estado ahí… Mi presencia en ese momento y en ese ambiente creó una percepción de las fuerzas armadas involucradas en política doméstica”, afirmó en un videomensaje a la Universidad Nacional de Defensa.

Milley consideró renunciar después de ese espectáculo, el cual pensaba era un evento para reconocer a las fuerzas federales alrededor de la Casa Blanca, reportó NBC News. El general también se opone a la amenaza de Trump de desplegar a los militares para reprimir las protestas, informó el New York Times. Otros cinco generales y almirantes retirados expresaron alarma ante esa propuesta y el espectáculo después de la represión de los manifestantes, algunos advirtieron que ponía en jaque la democracia estadunidense.

Pero el comandante en jefe continúa amenazando con el uso de fuerza federal a opositores por todas partes. Un grupo de activistas que, después de una semana de protestas y enfrentamientos con la policía, ha ocupado una zona de varias cuadras en Seattle a la cual bautizaron la zona autónoma de Capitol Hill, para convertirla en un experimento urbano cooperativo sin policía; un área que cedieron las autoridades municipales, que incluía el abandono de un cuartel de policía ahí. Una manta a la entrada de ese cuartel declara: Este espacio es ahora propiedad del pueblo de Seattle, y medios locales reportan algo entre festival de arte, comuna y escuela en la calle.

Esto, aparentemente, es una amenaza intolerable para la seguridad nacional y Trump, en un tuit dirigido a la alcaldesa Jenny Durkan, de Seattle, y al gobernador de Washington, Jay Inslee, la noche del miércoles, les ordenó que retomen su ciudad AHORA. Advirtió: Si ustedes no lo hacen, yo lo haré. Esto no es un juego. Añadió que terroristas domésticos han tomado Seattle, gobernado por demócratas de izquierda radical, por supuesto. ¡LEY y ORDEN!

Durkan, la alcalde, respondió con su propio tuit: Haznos seguros a todos. Regrésate a tu búnker.

En Dallas, ayer, Trump convocó a un foro en una iglesia sobre el asunto de seguridad pública donde defendió a las fuerzas policiacas del país rechazando las críticas y demandas nacionales para reformarlas o incluso desaparecerlas, y retomó el argumento clásico de que los abusos son cometidos por casos aislados, malas manzanas. No invitó a ese foro a los tres oficiales de seguridad pública de mayor rango de la ciudad, todos afroestadunidenses.

Ahí, el presidente reprobado por mayorías por su manejo de relaciones raciales, declaró que los estadunidenses son un pueblo bueno y virtuoso. Tenemos que trabajar juntos para enfrentar la intolerancia y prejuicios donde aparezcan, pero no haremos progreso ni sanaremos heridas acusando falsamente a decenas de millones de estadunidenses decentes como racistas e intolerantes.

Mientras, William Barr, procurador general, declaró que la verdadera opresión y peligro a nuestras comunidades proviene del crimen violento y el desorden y no de la policía. No mencionó, como documenta el Washington Post, que la policía ha matado a balazos a más de mil personas por año, un nivel sumamente más alto que en cualquier otro país avanzado.