En medio de polémicas por el resguardo de la privacidad de la población, países como China, Colombia y Australia han lanzado iniciativas similares para controlar los contagios.
Pese a que existen reparos sobre su uso debido a la preocupación por la invasión a la privacidad, varios países han adoptado sistemas de rastreo para acelerar su respuesta al coronavirus. Para esto, se ha utilizado un modelo más invasivo, que se basa en el geolocalizador GPS y bases de datos centralizadas, y otro que realiza un seguimiento por proximidad basándose en la tecnología Bluetooth.
Tras su experiencia con el virus SARS en 2003, Singapur fue uno de los países más rápidos en reaccionar frente al nuevo brote de coronavirus, lanzando un rastreador por Bluetooth los últimos días de marzo. La aplicación, llamada TraceTogether, intercambia códigos de manera automática entre usuarios que estén en un radio de dos metros.
Si un usuario contrae el Covid-19, puede compartir su información con las autoridades y el sistema avisará a quienes hayan estado en contacto con ellos para romper la cadena de contagios. El proceso requiere la autorización del usuario y la aplicación no recoge datos de geolocalización. Según los expertos, este tipo de modelo descentralizado es el ideal, porque defiende la privacidad de los datos de la población.
Los ciudadanos chinos debieron descargar una aplicación que -a través de un GPS que registra los lugares visitados- emite un código verde para quienes pueden moverse con libertad y amarillo o rojo para quienes deben cumplir una cuarentena. De esta manera, las autoridades restringen y monitorean los movimientos de la población en medio de críticas por la falta de resguardo de la privacidad y la información personal.
Los surcoreanos implementó un polémico sistema de control y rastreo de contagios en las últimas semanas, que contempla que todas las personas que visiten bares, clubes nocturnos, gimnasios o salas de conciertos estén obligadas a mostrar un código QR a la entrada de estos recintos. De esta manera, las autoridades buscan tener identificados a cada uno de los visitantes para poder localizarlos rápidamente en caso de detectar un contagio. Sin embargo, el sistema ha recibido críticas porque va acumulando el historial de la persona de manera que se conoce con precisión cada uno de sus movimientos durante los últimos treinta días.
Medellín también creó un modelo para rastrear los contagios o posibles casos de coronavirus. Así, a través de un sistema de big data, las autoridades de la ciudad colombiana reúnen la información en bases de datos nacionales y logran tener un panorama más amplio del virus. Este sistema lo complementan con una encuesta virtual en la que los mismos ciudadanos -de manera voluntaria- pueden aportar con información para tener una mejor idea sobre los movimientos dentro de la ciudad.
Más seis millones de personas descargaron la aplicación COVIDSafe el día de su lanzamiento. El sistema identifica a otros usuarios que hayan estado a poca distancia del dueño del celular por 15 minutos o más en las últimas tres semanas.
Otros países como Irán, India y Alemania también han lanzado iniciativas similares para enfrentar el avance de la pandemia.