• “Desarrollemos una política para la transformación de Venezuela y para la conquista de un nuevo gobierno”.

Es obvio que sería imposible que la izquierda crítica e independiente progresistas, cada una por separado, se presente con sus candidatos al parlamento con éxito, pero aún es posible desarrollar algunas iniciativas constructivas, si se quiere y se cree realmente en la unidad. Creemos no equivocarnos si nos hiciéramos algunas preguntas:

• ¿Por qué no se materializa un programa mínimo común de toda la Izquerda crítica e independientes progresistas?

• ¿Por qué no se establece un programa de acción coincidente en torno a los conflictos populares más importantes y los grandes problemas nacionales?

• ¿Por qué no organizar algunas iniciativas o por lo menos una de toda la izquierda crítica e independiente progresistas en los que se ratifique la disposición a seguir luchando por la unidad, se presente el programa mínimo común, la plataforma de acción coincidente, y en general, se presente una imagen de fraternidad entre organizaciones de la izquierda crítica e independiente progresistas?

• ¿Por qué no se mantiene en funcionamiento un comité de enlace integrado por representantes por las organizaciones de izquierda e independiente progresistas…?

En fin de cuentas, el problema con toda la trascendencia e importancia que tiene, es un asunto que en buena medida queda cancelado con la culminación con la campaña electoral, en cambio, otros aspectos de la unidad popular son permanentes y decisivos, ahora, después de las elecciones y mucho más allá en el indetenible movimiento de las luchas societarias.

Un programa mínimo perfectamente pudiera estructurarse en torno a una convergencia de fuerzas que lucharía por conquistar un nuevo gobierno que garanticen la independencia nacional, satisfaga las reivindicaciones populares e instaure un gobierno que avanzaría ininterrumpidamente hacia una propuesta programática que tenga como punto de partida la definición del carácter de una revolución democrática, popular y antiimperialista.

Por supuesto que las gestiones que como las que acabamos de mencionar, buscan presentar a la izquierda crítica e independiente progresistas, con una opción real de poder, con un resultado favorable, sin el interés sectario y hegemónico. Pero es importante destacar que ya existen documentos publicados que están explícitos algunos elementos de ese programa que serán desarrollados como un “anteproyecto de línea general”, de una politica para la transformación de Venezuela y para la conquista de un nuevo gobierno.

A partir de la definición de la revolución democrática y del tipo de gobierno planteado para el pais se comience a proponer los principales lineamientos estructurales. Y, por supuesto, presentar a la izquierda crítica e independiente progresistas como una opción de poder. Ahora bien, ¿cuáles serán los elementos fundamentales que guiarán a esa campaña electoral? Es por esto que se planteamos el siguiente contenido esencial:

• El problema de los DDHH y la politica de Donald Trump, y Juan Guaidó como expresión de una táctica planteada. Denunciar los crímenes del gobierno Nicolás Maduro, las torturas y asesinatos deberían entrar en la denuncia.

• Denuncia del revisionismo contemporáneo del PSUV. En este aspecto, vinculado a la lucha ideológica, se plantea incluir el problema de las experiencias en la construcción del socialismo y la reestructuración pacifica del capitalismo. Asimismo, se hace necesario plantear el carácter y las vías de la revolución venezolana.

• Denuncia de la situación nacional. Es decir, la situación económica, la situación de los diversos partidos y los intereses de clases que representan.

• El significado de los procesos electorales y su papel como instrumento de la dominación ideológica y politica del gobierno-oposición.

• Explicar por qué participar en el proceso electoral, nuestra posición sobre la abstención y otras tácticas pretendidamente revolucionarias.

• Exponer nuestra concepción de la vía de la revolución democrática venezolana, el carácter, las fuerzas motrices, el partido, entre otros.

• El denominador común de toda la campaña debería ser la unión de todos contra el enemigo principal a ataca en la campaña al madurismo y el Guaidosismo, independencia total en la exposición de nuestra politica, establecer vínculos con los militantes de todas las organizaciones de izquierda y organizar actividades conjuntas donde fuera posible.

Este contenido debería conducir, junto a las formas que asumirían la campaña y los instrumentos que utilizaríamos, al logro de dos objetivos:

• El objetivo principal es movilizar y organizar a miles de obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, pequeños propietarios, entre otros, en la lucha por sus derechos. Esto implica una determinada modificación de la correlación de fuerzas, es decir, un fortalecimiento de la fuerza organizada de las masas y por ende, del poder de la revolución planteada, y un consiguiente debilitamiento de la base politica del PSUV-Oposición y de los partidos de la dominación del imperialismo y de la gran burguesía interna.

• De lo anterior se deriva otro objetivo, conquistar una representación parlamentaria que se convierta en auxiliar de nuestro trabajo político y de masas.

Como se ve, en esta proposición programática, igual que en el anteproyecto de línea general, hay un proyecto político planteado. Este de alguna manera unificará a algunos sectores de la sociedad, pero no llegará a convertirse en un instrumento para la construcción organizativa sino se conquista una representación parlamentaria en la AN y se desarrolle una política para la transformación de Venezuela y para la conquista de un nuevo gobierno.

¡¡A este compromiso, llamamos a la izquierda crítica e independiente progresistas, sin distinción!!

¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento!

Tal y como se ven las cosas en nuestro país, a menos que ocurra algo de importancia en la vida política nos mantendremos durante mucho tiempo mas en la tragedia que estamos padeciendo:

(1) El Presidente Maduro gobernando en Miraflores e influenciando en las Fuerzas Armadas, en el Tribunal Supremo, en el nuevo CNE y en el AMO, en los medios y en la libertad de expresión e información.

(2) Al mismo tiempo, Juan Guaidó ─dirigido como muñeco por el gobierno genocida de los Estados Unidos─ gobernando CITGO, Monómeros, administrando el oro que Inglaterra no devolverá y unos 80 millones de dólares que tomo prestados de las cuentas del BCV y que él sí devolverá, pero seis meses después que cese la usurpación. ¿Tendrá prisa por que cese la usurpación?

Imaginemos que esto dura 10 años mas y que en ese tiempo el PSUV y Maduro han copado, ahora del todo y porque no tuvieron oposición, hasta los intersticios mas recónditos de la vida ciudadana. Para ese momento serían los dueños hasta de las juntas de vecinos de cualquier comunidad por pequeña que esta sea. Estaríamos, como ahora, atrapados y sin salida, pero más.

Por eso observo atentamente la alianza REDES-SOLUCIONES para VENEZUELA. Porque es alternativa electoral distinta al Psuv-Maduro-Somos Venezuela y al mismo tiempo no adolece del extremismo oposicionista que invoca la acción armada de potencias extranjeras en contra nuestra. Su éxito no aumentará los salarios ni bajará los precios, ni propiciará la salida del Presidente Maduro del poder, pero podría ser el inicio de un proceso de democratización de la vida política y de los derechos ciudadanos, hoy controlados, monopolizados o conculcados por el gobierno y la oposición extremista, que han venido decidiendo que la vida política gire alrededor de ellos. Le concedo a esta alianza el beneficio de la duda. Al menos para ella parece haber perspectivas favorables de lograr escaños en la AN y tiene sentido que hayan decidido participar en la elección. Lo otro es hacer nada y que todo siga igual: Maduro en lo suyo durante 15 o 20 años más y Guaidó administrando a juro el patrimonio nacional en el exterior. Mientras, los venezolanos y venezolanas esperando que alguno de ellos se canse y muriéndonos de hambre material y espiritual,

No es la primera vez que nuestra negociada República se encuentra en esa situación en que nuestro porvenir y el de nuestras familias ha caído al suelo, o que no hay porvenir porque no tenemos la posibilidad de construirlo, porque élites interesadas se adueñaron de todas las instituciones y dispusieron a discreción de los recursos del país guiadas por su exclusivo beneficio. Y para los ciudadanos solo nos quedaba el sufrimiento y la tristeza. Ocurrió así, recientemente, en lo que ahora llamamos la IV REPÚBLICA que el futuro visible a largo plazo parecía estar arreglado de antemano por los siglos de los siglos: AD…COPEI…AD COPEI…AD…COPEI…, Para romper ese ciclo fatídico, Alfredo Maneiro y su partido LA CAUSA R le propusieron a Jorge Olavarría que fuera su candidato presidencial a las elecciones de 1983. La idea fue crear un movimiento que rompiera la polarización de la vida política que imponía la alternancia en el poder de esos dos partidos únicamente obstruyendo el ejercicio democrático de los derechos ciudadanos. No faltó, sobre todo en las izquierdas de la época, críticas a esta peculiar alianza entre un ex guerrillero líder de una organización de izquierda, con un destacado político e intelectual conservador que nada tenía que ver con revoluciones ni teorías marxistas leninistas. Alfredo Maneiro declaraba frecuentemente que “mas allá de la izquierda está la solución”, lo que seguramente le inspiró a la conjunción de esfuerzos acordado entre él y Olavarría. La temprana muerte de Alfredo Maneiro imposibilitó la concreción de tal candidatura. Aún con las distancias en tiempo y espacio, me acordé de todo eso viendo la unión entre REDES y SOLUCIONES PARA VENEZUELA.