Un Ecuador dividido entrega el poder al conservador Guillermo Lasso
El candidato presidencial de la alianza conservadora CREO-PSC, Guillermo Lasso, se dio por vencedor de las elecciones celebradas este domingo en Ecuador, cuando con el 97,79% de las actas escrutadas obtuvo el 52,50% de los votos, cinco puntos por encima de su rival correísta Andrés Arauz.
“Los ecuatorianos han optado por un nuevo rumbo, muy diferente al de los últimos 14 años en el Ecuador“, manifestó desde el palacio de convenciones en Guayaquil, en sus primeras declaraciones tras el más que probable triunfo electoral, pues la diferencia parece inexpugnable.
ARAUZ RECONOCE SU DERROTA
Andrés Arauz, aspirante de la alianza izquierdista Unión Por la Esperanza (UNES) y heredero político del ex presidente Rafael Correa (2007-2017), obtiene el 47,50%, conforme con los datos oficiales, y ha reconocido su derrota diciendo que se trata de un “traspié político”, pero no una derrota”.
En un acto inusual en la política ecuatoriana, Arauz manifestó ante un grupo de seguidores que llamará personalmente a Lasso para felicitarlo por su victoria electoral, lo que dijo, demuestra el talante democrático que guía su formación política.
La victoria de Lasso, que ha llevado la delantera a lo largo de casi todo el vertiginoso escrutinio, ha sido la gran sorpresa en el país sudamericano, donde ha logrado aglutinar el apoyo de los votantes después de que Arauz ganara en la primera vuelta celebrada el 7 de febrero, por una diferencia de 12,98 puntos porcentuales.
Desde su ciudad, Guayaquil, el político de 65 años agradeció a sus votantes y nombró uno a uno a todos los integrantes de su equipo de campaña.
“Desde el 24 de mayo próximo, asumiremos con responsabilidad el desafío de cambiar los destinos de nuestra patria y lograr para todos el Ecuador de oportunidades y prosperidad que todos anhelamos”, adelantó.
Ex banquero y candidato presidencial en las otras dos ocasiones anteriores, una contra Correa en 2013 y la segunda contra Lenín Moreno en 2017, Lasso había asegurado que esta iba a ser la última vez que se presentaba a la liza electoral, pero la tercera parece haber sido la vencida.
Decenas de simpatizantes de la Alianza CREO y el Partido Socialcristiano se congregaron en Guayaquil y en la avenida principal del aledaño municipio de Samborondón al grito de “Lasso presidente”, ondeando banderas blanquiazules del movimiento, al igual que en los alrededores de la sede central del CNE en Quito.
LA VICTORIA MORAL DE “YAKU”
De su triunfo en las urnas se desprenden dos lecturas: la primera, el importante voto anticorreísta cosechado, y la segunda, la relevancia del sufragio del candidato invisible de estos comicios, el ex presidenciable indígena Yaku Pérez, que pidió a sus simpatizantes el voto nulo, que alcanzó una cota histórica del 16,25%: 1.663.606 votos.
Ello cuando el voto indígena era la gran incertidumbre de estos comicios, y la ruptura el pasado sábado del dirigente Jaime Vargas, presidente de la Conaie, para alinearse con Arauz, había sembrado una gran inquietud en el campo centroderechista.
Y aún así, el voto nulo llegó a poco menos de un punto del voto que Pérez obtuvo en la primera vuelta como candidato a presidente por la formación Pachakutik.
CAMPAÑA VERTIGINOSA
Lasso se presentaba a estos comicios como candidato menos favorito a juzgar por los resultados de la primera vuelta, pero dos hechos le ayudaron a remontar el vuelo: el último cara a cara con Arauz el 21 de marzo en un debate presidencial y la publicación de que su rival había estado en la nómina del Banco Central hasta agosto de 2020, aunque estaba en excedencia.
Operado de la columna en 2018, lo que le obliga a andar gracias al apoyo de un bastón, en la campaña por el balotaje, Lasso buscó también el apoyo del centro, del sector indígena, jóvenes y mujeres, además de colectivos alejados de la órbita tradicional socialcristiana como el LGTB.
En su discurso de victoria, se comprometió a defender a los miembros de ese colectivo, así como a las mujeres, adolescentes madres, campesinos, obreros, médicos, entre otros.
Algo más de 13 millones de electores estaban llamados a las urnas en Ecuador y el exterior en unas elecciones que eran consideradas un barómetro geopolítico en Latinoamérica después del giro a la izquierda experimentado en Argentina y Bolivia.
El sucesor de Rafael Correa, el aún presidente, Lenín Moreno, se había apartado de sus planteamientos políticos, pero el correísmo en Ecuador sigue provocando enconamiento y división entre buena parte de la población.
De ser el voto nulo un mensaje de protesta política, el resto del electorado habría virado hacia Lasso como opción anticorreísta.
“Vamos a trabajar con decisión por los 17 millones de ecuatorianos, sin dejar a nadie atrás”, expresó el político conservador al apostar por “el cambio de un país próspero” y “donde nadie tiene que tener miedo”.
Pese a su victoria, Lasso tendrá serios problemas para gobernar, pues en la Asamblea Nacional su partido apenas tiene 12 escaños de los 137, y sus aliados del PSC otros 19.