Protestas continuaron, pese a anuncio de cese del Comité del Paro
En Cali, Medellín, Bucaramanga, Pasto, Popayán y Bogotá se registraron las principales manifestaciones esta semana, luego del anuncio del Comité Nacional del Paro de suspender temporalmente las movilizaciones y empezar nuevas tácticas, para continuar el paro.
La ciudad con más manifestaciones fue Cali. Allí, además de protesta pacífica, se vivieron actos de violencia y vandalismo el jueves y viernes. En esta capital se mantienen, al menos, cinco bloqueos, siendo los de Paso del Comercio y Puerto Rellena los que mayores problemas de orden público presentan.
En esos dos días fueron incinerados dos buses del MIO, así como tres camiones. De igual forma, el jueves se registró una nueva muerte en el Paso del Comercio. En este sector del sur de la ciudad fue asesinado Juan David Muñoz, de 23 años, quien recibió un disparo en la cabeza. Y el viernes en la noche murió otro manifestante identificado como Eloy Alejandro Mata Díaz. Según la denuncia, desconocidos dispararon desde un carro en el sector del puente de los Mil Días.
En Cali la Unión de Resistencias sostiene que respeta al Comité del paro, pero que ellos continuarán adelante con sus procesos de protesta y de diálogos independientes en su ciudad.
Otro de los lugares más críticos fue Bogotá, donde la nueva jornada de movilizaciones del miércoles terminó en enfrentamientos entre manifestantes y el Esmad. Según las autoridades, unas 500 personas salieron a protestar en más de 10 puntos. La situación más complicada se presentó en el barrio Country Sur, donde dos jóvenes y dos policías resultaron heridos. Además, un sector de manifestantes señaló que seguirá la protesta en el portal Américas.
En Bucaramanga y Medellín también hubo manifestaciones el miércoles, y en ambas capitales terminaron en disturbios. Sin embargo, las concentraciones no continúan con la misma intensidad que en Bogotá y Cali.
Quienes han salido a marchar han manifestado que seguirán con las movilizaciones.
Para esta semana aún no hay programadas marchas, pero el Comité del paro tiene previsto hoy un concierto, en el parque Nacional de Bogotá, tras un año de la radicación del pliego nacional de emergencia.
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El otro paro: la protesta que se vive en las regiones
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El paro es uno solo. Sin embargo, no es el mismo ni se vive igual en todos los rincones del país. Si bien hoy no hay sector o población en Colombia a la que no le haya tocado el estallido social, no se siente ni ha golpeado a todos de la misma manera. Detrás de la coja mesa de negociación entre el Gobierno y el Comité del Paro, de los llamados del presidente Iván Duque para ponerles fin a los bloqueos o de los cálculos de los gremios por sus pérdidas económicas, hay territorios cuyas problemáticas superan -y si se quiere, desbordan- cualquier pronóstico, buena intención o programa. De allí que el paro sea para muchas poblaciones la única oportunidad de llamar la atención del Estado y, lo más importante, de lograrla.
“Para el Gobierno esto es un bloqueo, para nosotros es un punto de resistencia. Ojalá hubiera de otra, pero si no es así, desde Bogotá ni arriman las narices por acá. Y así llevamos 50 años”, dice con voz alta uno de los campesinos que participa en uno de los puntos de bloqueo en el municipio de Puerto Asís, en Putumayo. Como él, alrededor de 80 personas permanecen apostadas en un tramo de la vereda Brisas de Hong Kong. No es un punto cualquiera. Decidieron mantenerse allí para impedir el paso de los camiones cargados de crudo provenientes de varios pozos petroleros en el corredor Puerto Vega Teteyé.
Lo que logró allí el paro no es de poca monta. Dejando de lado sus diferencias, algunas incluso históricas, indígenas nasas, campesinos, afros, profesores, estudiantes y jóvenes se unieron alrededor de la protesta y aunaron esfuerzos para ser escuchados. Son muchos sus reclamos, pero justo la vía que decidieron tomarse y que desbloquean cada 50 minutos deja al desnudo varios de ellos. Pese a ser un corredor estratégico para el paso de hidrocarburos -Putumayo es considerada por la propia Agencia Nacional de Hidrocarburos como una de las cuencas de mayor actividad exploratoria-, el corredor es intransitable, sigue sin pavimentarse y el barro abunda tanto como los huecos. Si esa es la vía por donde salen los camiones cargados de crudo, no hay que ir más lejos para saber en qué estado están las vías en las veredas.
“Llegaron a invadir nuestros territorios con la promesa de progreso y regalías por el petróleo. Pero no nos dejan nada. Aquí hay pobreza, contaminaron nuestros territorios y ya hasta el agua llega negra. No hubo reconocimiento de nuestro territorio ancestral. Perforan con químicos nuestras fuentes de agua. Llegó el petróleo y llegó la militarización. Hay hasta restricciones para entrar a zonas que siempre fueron nuestras. ¿Y sabe qué es lo peor? Que aquí toda persona que habla en defensa de la vida y en contra del Gobierno es tildada de guerrillera”, reclama un gobernador indígena del pueblo nasa que, portando solo su bastón de mando, sigue haciendo resistencia en el punto.