Honduras: Va ganando el progresismo y burocraria liberal progre se prepara para administrar el capitalismo en el país donde las principales organizaciones sociales son autónomas

La poderosa Copinh que organiza comunidades lencas y ha llegado a contar hasta con fuertes sindicatos urbanos y la respetada organización de los garífunas Ofraneh desde ahora tendrán la responsabilidad de aumentar su ritmo de articulación y potenciación de la autoorganización y despliegue de la potencia de los oprimidos para seguir influyendo en los barrios periféricos de las ciudades y contrarrestar la ofensiva capitalista que viene apoyada por las políticas de imposición de megaproyectos del progresismo mexicano y de las dictaduras de Nicaragua y Venezuela. El progresismo acentúa las contradicciones entre el poder y el camino de la democracia directa.



 

Xiomara Castro obtiene amplia ventaja en los primeros resultados de las elecciones presidenciales en Honduras

 
El Consejo Nacional Electoral hondureño pidió a los partidos políticos que se abstengan de declarar victoriosos a sus candidatos o de proporcionar conteos parciales de votos mientras la jornada está en curso. Sin embargo, la candidata opositora declaró: “Ganamos. Doce años de este pueblo en resistencia y hoy se ha manifestado”.

Con más del 40% de los votos escrutados, la candidata opositora Xiomara Castro abrió el domingo una amplia ventaja en las elecciones presidenciales de Honduras , lo que aumenta las esperanzas de la oposición de acabar con 12 años de gobierno del Partido Nacional muy golpeado por las graves denuncias de corrupción institucional.

Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), Castro obtiene el 53.46% de los votos, frente al 33.89% por Nasry Asfura, el alcalde de Tegucigalpa y aspirante para el Partido Nacional como sucesor del presidente Juan Orlando Hernández. La ex primera dama se presenta por tercera vez a la presidencia con el partido de izquierda Libertad y Refundación. De ser elegida sería la primera mujer presidenta de Honduras.

La jornada estuvo marcada por una inusual participación electoral estimada en un 62% y varios centros de votación estuvieron abarrotados, algo inusual en las dos últimas elecciones -2013 y 2017- en las que el abstencionismo fue alto.

Unos 5.1 millones de hondureños estaban llamados a votar en esta jornada. Además de elegir al presidente, se eligieron los 128 diputados del Congreso Nacional e igual número de suplentes, 298 alcaldes y 20 diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen).

 
 

El presidente del CNE, Kelvin Aguirre, aclaró que los primeros resultados no serían concluyentes y llamó a los candidatos a no declararse ganadores. Sin embargo, apenas 45 minutos después del cierre de las urnas, el Partido Nacional declaró ganador a Asfura con un mensaje transmitido en su cuenta oficial de Twitter que dice: “¡Ganamos, tenemos presidente!”.

Una multitud jubilosa de partidarios de la oposición comenzó a reunirse por la noche frente a la sede del Partido Libre, conocida como ‘El Búnker’ en un barrio de clase media de Tegucigalpa. Los simpatizantes de Castro bailaron mientras algunos lanzaban fuegos artificiales.

“Ganamos. Doce años de este pueblo en resistencia y hoy se ha manifestado… Hoy celebramos una verdadera fiesta cívica”, dijo la candidata izquierdista. “Nunca más, hondureños, se va a abusar del poder en este país porque a partir de este momento el pueblo será el vigente eterno”, afirmó dando por sentada la victoria a pesar de que los llamados del CNE a no adelantar resultados.

Los hondureños no quieren que se repita la historia de los comicios de 2017, cuando Hernández sumó un periodo más en el gobierno en medio de protestas y acusaciones de fraude.

Con temor al caos y esperanza en el cambio se desarrollan las elecciones presidenciales en Honduras

Así transcurrió la jornada electoral en Honduras

Desde las 5:00 de la mañana del domingo se formaron largas filas en muchos centros de votación, mientras la gente esperaba que los colegios electorales abrieran a las 7:00 de la mañana. Hubo retrasos en algunos colegios electorales, pero la gente no se inmutó y permaneció en la cola, aparentemente más decidida a votar este año.

Muchos de ellos eran jóvenes que votaban por primera vez, lo que, según los analistas, supone un cambio radical respecto a las elecciones anteriores, marcadas por la apatía del voto joven y la escasa participación.

 
 

Carlos Maradiaga, de 20 años, estudiante universitario, votaba por primera vez en un barrio obrero de Tegucigalpa. “Como joven sabemos que hemos sufrido durante 12 años. Hemos tenido una mala administración en nuestro país y esperamos un cambio”, dijo a Univisión.

“Castigamos la corrupción, castigamos todo el robo y el narcotráfico en que se ha visto coludido nuestro gobierno actual”, agregó.

 

En uno de los grandes centros de votación de Tegucigalpa, la gente esperaba después de votar para ver el recuento de los votos y asegurarse de que no se cometía fraude en sus recintos.

Los datos preliminares muestran un aumento del 2.35% en el total de votos, a pesar de un éxodo masivo en los últimos cuatro años, durante el cual medio millón de personas abandonaron el país, y de las nuevas medidas que probablemente impidieron el tipo de relleno de papeletas desenfrenado que se vio en 2017.

El CNE confirmó en un comunicado el domingo por la tarde que la página web que permitía a los votantes averiguar dónde debían votar había estado inactiva y una investigación inicial sugirió un ataque a sus servidores. Las quejas sobre el bloqueo del sitio habían comenzado el sábado.

Luis Guillermo Solís, expresidente de Costa Rica y jefe de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos, dijo el domingo por la mañana que habían comenzado a llegar informes preliminares de sus observadores y que las cosas parecían normales. “Hemos estado ya en varios centros y estamos viendo más o menos lo mismo: filas largas de personas que están ejerciendo su derecho cívico”, aseguró Solís.

Elecciones en Honduras, un país golpeado por la corrupción, la inseguridad y la pandemia

Los expertos dicen que las elecciones dependerán de si aquellos insatisfechos con el Partido Nacional acuden a las urnas en números suficientes para derrotar a la poderosa maquinaria electoral del presidente. Numerosos hondureños han reportado haber recibido llamadas telefónicas del partido ofreciendo varios pagos y otras prestaciones del gobierno y recordándoles que votasen. Algunas llamadas ofrecieron organizar transporte a los sitios de votación.

 

En un mundo vapuleado por la pandemia de coronavirus, Honduras puede incluir esa apenas como una de las crisis que ha enfrentado. El año pasado, el país fue devastado por dos poderosos huracanes. El desempleo fue de un 10.9% en 2020 y la economía se contrajo un 9%. Las pandillas siguen aterrorizando las calles, forzando, junto con factores económicos, a muchos hondureños a emigrar.

La candidata Castro, quien sufragó temprano cerca de Catacamas, en el centro-este de Honduras, dijo que el país no aguanta cuatro años más con el mismo partido de Hernández en el poder. “Nosotros tenemos que parar estas caravanas de hondureños y hondureñas que salen masivamente de nuestro país por la inseguridad, por la falta de oportunidades, por la falta de trabajo, por la falta de salud, por la falta de educación”, señaló.

Asfura, por su parte, destacó que “hoy todos los políticos debemos demostrar un acto cívico por Honduras”.

La corrupción existe con impunidad tal que los hondureños han tornado sus esperanzas a fiscales federales estadounidenses en Nueva York. Los fiscales ganaron una sentencia a cadena perpetua para el hermano de Hernández, Juan Antonio ‘Tony’ Hernández, por narcotráfico, y han acusado al presidente de financiar su ascenso político con dinero de las drogas, aunque no han presentado cargos contra él. Juan Orlando Hernández ha negado las acusaciones.

Las condiciones parecen favorables para Castro, pero hay dudas sobre cuánto cambio ella pueda generar. Su esposo, José Manuel Zelaya, fue derrocado por las fuerzas armadas en un golpe en 2009. Fiscales estadounidenses le han vinculado con sobornos de narcotraficantes, algo que él rechaza.