Autor: “Ailynn Torres Santana”

La manzana de la discordia en la constitución cubana

se ha activado un fuerte disenso en la sociedad civil cubana. El 28 de junio la Iglesia Evangélica Pentecostal Asambleas de Dios, las Convenciones Bautistas Occidental y Oriental, la Liga Evangélica de Cuba y la Iglesia Metodista de Cuba socializaron una carta pública que aseguraba intransigencia de líderes y feligreses respecto al asunto. “El matrimonio es exclusivamente la unión de un hombre y una mujer”, dijeron.
El debate sobre el matrimonio igualitario permite leer, también, la Cuba que tenemos. Por primera vez en muchos años, una voz no oficial con alcance en todos los lugares del país, disiente sobre un asunto de interés colectivo y se organiza para ello. Las iglesias actuantes en contra del 68 no están aisladas, no piden permiso a poderes públicos para cada paso que dan.
La sociedad civil no religiosa a favor del matrimonio igualitario es, ciertamente, más endeble y fragmentada. Opera sobre todo a través de redes sociales y en espacios mucho más acotados. Sin embargo, también se organiza.
En la sociedad civil han aparecido voces alternativas. Colectivos LGTBI+ y feministas han elaborado campañas en redes sociales, productos audiovisuales y declaraciones individuales y colectivas. Frente al “diseño original” de los evangélicos, intentan posicionar el “diseño cubano” de familias diversas de la nueva Constitución.
Es probable que este debate siente precedentes.