Autor: “Ernesto Che Guevara”

El diario del Che en Bolivia (Primera parte)

Con este libro aprendimos sobre la guerrilla, que fue fundamental en aquellas épocas de los años 60 y 70 del siglo pasado, pero luego comienzan nuevas fases históricas y hoy no día no está planteada la lucha por o contra el poder, sino la tarea de construir lo otro, el cambio civilizatorio pasando de la sociedad patriarcal a las formas de vida comunitaria, lo que hace innecesario -y más bien un grave problema a sacarse de encima- al estado, por lo que estudiando los otros escritos del Che nos encontramos con su invitación a construir el socialismo cotidiano, o sea, las nuevas formas de vivir, lo que es incompatible con el verticalismo del estatismo. Ellos nos ha permito releer a Marx y encontramos en el capítulo 3 de “La guerra civil en Francia” que “El grito de «república social», con que la revolución de Febrero fue anunciada por el proletariado de París, no expresaba más que el vago anhelo de una república que no acabase sólo con la forma monárquica de la dominación de clase, sino con la propia dominación de clase. La Comuna era la forma positiva de esta república.”
“En manos de la Comuna se pusieron no solamente la administración municipal, sino toda la iniciativa llevada hasta entonces por el Estado”. “Las pocas, pero importantes funciones que aún quedarían para un Gobierno central no se suprimirían, como se ha dicho, falseando de intento la verdad, sino que serían desempeñadas por agentes comunales.”


El diario del Che en Bolivia (Segunda parte y final)

La obra y la experiencia que fue lectura y estudio obligatorio en la época posterior a la revolución cubana que abrió un camino distinto del reformismo y que luego se entregó a la línea soviética llevando a los sectores críticos a asumir la bandera del guevarismo en contraposición al autoritarismo estatista del capitalismo de estado. Hasta que entre los mismos guevaristas creció el apetito de poder como en los casos de Nicaragua y Bolivia actual, lo que no ocurrió en Venezuela, que desde el comienzo se plegó a la línea estalinista de construcción del capitalismo de estado.