Autor: “Maristela Svampa”

Investigando la Argentina de hoy

Maristella Svampa es reconocida como una de las sociólogas más importantes del país, pero se desmarca de esa etiqueta disciplinar y dice que no se siente cómoda con un único registro. Arrancó estudiando Letras, después se inclinó por la Filosofía y terminó doctorándose en Sociología en París. Durante los diez años que rodean al estallido de 2001 estudió a fondo el proceso de exclusión social que experimentaba la sociedad argentina y se destacó por sus publicaciones sobre los piqueteros y la emergencia de los barrios privados. Durante el kirchnerismo puso el foco en los movimientos socio-ambientales y la resistencia a la megaminería y el fracking y se instaló como referente en el debate sobre modelos de desarrollo y extractivismo en América Latina.


Diagnóstico, análisis e interpretación de América Latina

Es posible leer la última década de América Latina a partir de cuatro ejes: el avance de las luchas indígenas; el cuestionamiento de la visión hegemónica de desarrollo a la luz de la expansión del extractivismo; la reactualización de la figura de la dependencia y, vinculado a ella, el alcance efectivo de un regionalismo latinoamericano desafiante. La última clave alude al retorno de los populismos «infinitos». Sin duda, estas no son las únicas claves político-ideológicas, pero la interrelación y la dinámica recursiva que se estableció entre ellas han jugado un rol preeminente en la reconfiguración del escenario político-social a escala regional.


Post-progresismo y horizontes emancipatorios

En el nuevo ciclo político estas dos líneas de acumulación histórica hoy desconectadas (luchas socioambientales, luchas urbanas y sindicales) cuya trayectoria y espesor difieren según los países y experiencias, podrían establecer un diálogo mayor, en términos de estrategias de acción y resistencias a la restauración conservadora y de superación del progresismo pero también de diálogo en cuanto a la concepción del cambio civilizatorio y los conceptos-horizonte.


Del cambio de época al fin de ciclo: Los gobiernos progresistas de la región pactaron con el gran capital

La más importante de los analistas argentinos sostiene que:
“No estoy segura de que podamos dialogar amigablemente con aquellos sectores que adhirieron tan acríticamente al progresismo en la década pasada, pero sin embargo es necesario. La dificultad está en que esas heridas están abiertas. Esto que ocurrió en Argentina también ocurrió en toda la región.
“Evo cree que no puede ser remplazado por nadie. Lo que ha hecho además es expropiar esa energía social fabulosa que había en Bolivia diseminada en diferentes expresiones sociales y que ahora sólo parece estar concentrada en su persona. Eso es lo que hicieron los progresismos también y en algún punto es imperdonable: expropiaron la energía social, que quedó concentrada en esos liderazgos tan fuertemente personalizados”.
“El populismo es fetichización del Estado en la persona del presidente. Esta idea de que las conquistas sólo se pueden preservar si se conserva el liderazgo personalista es una idea muy negativa en América Latina. Implica una gran desconfianza en las dinámicas colectivas de acción, que es lo que debemos recuperar. Los movimientos están muy fragmentados por el momento, pero son la base para pensar una nueva alternativa.