Autor: “Roberto Gargarella”

Argentina: Hicimos crecer exponencialmente los derechos pero el poder sigue concentrado

“Si no se cambia la organización del poder, los derechos quedan siempre dependientes de la discrecionalidad del poder de concederlos o no”, plantea. “Me interesa expandir la conversación entre iguales. Es decir, todos los afectados discutiendo. Ése es el horizonte al que ir. El voto no nos da la palabra”, argumenta. “Con el voto, estás obligado a suscribir lo que repudiás para impulsar lo que defendés. Ésa es la clave de la extorsión electoral y ocurre siempre en las elecciones porque el voto te quita la palabra. ¿Hay que ir contra el voto? No, hay que sumar otros instrumentos que nos permitan la palabra”, explica. “El ideal pleno de la representación plena murió y no se recupera más”.


El constitucionalismo latinoamericano y la sala de máquinas de la constitución

Sumario: I. Introducción. II. El constitucionalismo en el siglo XX: al-gunas buenas preguntas, sin respuesta definitiva. III. Reelección presidencial y cambio estructural. IV. Constituciones desestabilizadas por un Poder Ejecutivo dominante. V. Presidencialismo vs. participación: Ecuador 2008/Venezuela 1999. VI. Política vertical y derechos horizontales. Explotación de recursos naturales vs. derechos indígenas. VII. La “sala de máquinas” de la Constitución.


Las Constituciones latinoamericanas no han modificado la estructura de poder

Las constituciones tienen derechos de todo tipo -y no está mal-, pero eso no se ha acompañado por reformas acordes en la parte de la organización del poder, sino que esa parte se mantuvo tan retrógrada como estaba en sus orígenes. Entonces, tenemos una parte de la Constitución que vibra a una velocidad, y tiene un espíritu democrático, horizontal, aperturista, progresivo y participativo, y otra parte de la Constitución, que es la más relevante, que es la que tiene que ver con yo llamo “la sala de máquinas de la Constitución”, con la organización del poder, se mantiene, por el contrario, organizando una estructura de poder vertical, concentrada, poco participativa que dificulta la intervención ciudadana en la vida pública.


Estamos viviendo en un estado de sitio de facto

Roberto Gargarella (Buenos Aires, 1964) advierte al antiguo proceso de acumulación de poder y de deterioro de los controles detrás de la praxis institucional que generó la novedad de la pandemia.


Diez puntos sobre el cambio constitucional en Chile

En América Latina, al igual que en otras áreas del mundo, se optó entonces por pensar los «derechos como sobornos»: si los grupos indígenas, o las minorías sexuales, o los estudiantes protestaban en las calles, los poderosos les «ofrecían» entonces derechos constitucionales, mientras preservaban inmodificados sus propios poderes.
La amenaza en cuestión es particularmente seria en Chile, dadas las condiciones de partida: el país no solo tiene una de las declaraciones de derechos más regresivas de la región, sino que además preserva una organización del poder tan autoritaria como pocas11. Ello es así (y solo para marcar algunos casos salientes) tanto por los modos en que concentra el poder en el Ejecutivo como por la forma jerárquica y verticalista en que diseña el Poder Judicial (algo asombroso en términos comparativos12); también por el centralismo que mantiene, además del insólito lugar que les sigue reservando a las Fuerzas Armadas (un capítulo para las Fuerzas Armadas, un capítulo para el Consejo de Seguridad Nacional).
El sistema institucional aparece preparado para «resistir» las demandas de la sociedad y poco sensible frente a ellas, poco capacitado para recuperar y procesar los reclamos. Este punto es el que parece explicar los «estallidos democráticos» que hoy advertimos en todo el mundo: desde la «primavera árabe» hasta los «chalecos amarillos», de los «pingüinos» chilenos a los «caceroleros» colombianos o argentinos, recorre el mundo un sentido compartido de disconformidad con los sectores de poder en general, y con la clase política en particular. Se trata de un «enojo» o una «incomodidad» profundos, que estallan ante la incapacidad del tejido institucional para receptar o entender siquiera la importancia, el sentido, la extensión o la profundidad de tales reclamos democráticos.


La “sala de m?quinas” de las constituciones latinoamericanas

La obra m?s ambiciosa del constitucionalismo contempor?neo, que delata que las constituciones hacen un listado de derechos dejando escondido el tema del poder, quedando intacto el mismo modelo de organizaci?n pol?tica elitista que pactaron liberales y conservadores en el siglo XIX.
La Universidad Libre de la Quinta Regi?n de Valpara?so, Chile, utilizar? este enjundioso libro de Gargarela para su programa de Servicios y Pol?ticas P?blicas No Estatales (ni comerciales) para estudiantes y profesionales de Ciencias sociales, pol?ticas y jur?dicas, enfocado desde la cr?tica del poder y del estado reconociendo la importancia de la necesidad de la emergencia de los autogobiernos que se van constituyendo en la resistencia contra la guerra, el despojo y el extractivismo.


Constitución y Derechos: Diseñando la sala de máquinas

“Una Constitución no puede ser al mismo tiempo una Constitución de la participación popular y una de la concentración del poder”


Argentina: Por qué votar a favor del aborto legal

“Si en Sudáfrica hubiera hoy una norma racial discriminatoria escrita por una minoría blanca, no tendría validez porque no hay un acuerdo democrático que la sostenga”. La normativa sobre aborto vigente está escrita por “varones católicos”, por eso es jurídicamente impugnable.