Autor: “Tomás Calvillo Unna”

Ante la soberbia, la sabiduría de la tierra: el balance

Se escucha ese rodar de las piedras, es un crujir, golpes secos se intercalan en este desprendimiento; hay un ritmo marcado por silencios que son honduras, es el latido de la montaña que nos distancia del abismo.

Somos un cuerpo fracturado y no reconocemos nuestras partes.

Estamos desgajados.

La danza nocturna tiene esa magia de convocar el fuego y recordamos al amanecer nuestras cenizas dispersas en la inmensidad que nos contiene.

Que bien que eligieron a Marichuy; Ella cura, sabe de la tradición, de esas piedras que ruedan en la oscuridad y se hunden en el río profundo de los pueblos.