Autor: “Fernando Dorado”

Colombia: ¿Qué nos queda del estallido social?

Se han expresado más o menos 4 tipos de respuestas, que son las mismas que en Chile:
La asistencialista burguesa
La asistencialista progresista
La insurreccional del tipo de “revolución proletaria-bolchevique”
La “autonómica”, que propone fortalecer los procesos de organización popular (“asambleas populares auto-convocadas”, cabildos indígenas, consejos comunitarios, etc.), hacia la construcción paciente y sistemática de “auto-gobiernos”.


Colombia: Avanzar por arriba hacia las elecciones o avanzar por abajo hacia las asambleas populares autónomas y autogobiernos locales

Estos aspectos de la naturaleza del Estado debemos estudiarlos más al detalle para no caer en idealismos que frustren más adelante nuestras expectativas. Es necesario, por tanto, entender que, aún si el progresismo colombiano accede al gobierno tendrá que diseñar una estrategia para convivir dentro de ese Régimen Político. Es decir, deberá desarrollar formas de socavarlo y superarlo, o de lo contrario terminaremos en un callejón sin salida.
Ese es el problema que los gobiernos progresistas y de izquierda de América Latina (y Grecia y parcialmente España) se han encontrado y no han podido enfrentar ni resolver. Es un tema a profundizar si no queremos terminar “adornando” el régimen colonial-capitalista-oligárquico con algunas flores progresistas y limitarnos a gestionar el “Estado Heredado” sin hacerle un solo rasguño al Gran Capital.


Colombia: Estallido social, potencia popular y formación de asambleas populares

Convertir los bloqueos en Asambleas Populares: Se ha venido planteando que esta forma de lucha (bloqueos) puede transformarse sobre la marcha en Asambleas Populares en barrios y comunas, veredas y corregimientos, municipios y departamentos, que tiendan a convertirse en expresiones de “poder popular”: Realizar en forma periódica masivas concentraciones en las ciudades que mantengan la presión sobre el gobierno sin afectar la movilidad y el abastecimiento de alimentos, medicinas, combustible, etc.
Constituir organismos populares de carácter “constituyente” o formas iniciales de un “contrapoder”. Darle continuidad al estallido social hacia el futuro como expresión organizada del encuentro entre los más diversos sectores. Proyectar hacia el futuro transformaciones de mayor calado que son necesarias para garantizar que los logros del “paro” nacional no se queden en el papel.


Movimientos sociales y partidos políticos en Colombia… ¿Cómo articularlos? (2)

Lo ideal es que los partidos políticos influyan en los movimientos sociales con sus ideas, iniciativas y acciones, pero la experiencia mundial, latinoamericana y colombiana demuestra que no es conveniente que esos partidos se apropien de ellos a través del control de las direcciones de las organizaciones sociales o de otras formas mediáticas. Cuando lo hacen, los debilitan y anulan.


Movimientos sociales y partidos políticos en Colombia (1)

Intentaremos desarrollar este tema planteado desde la perspectiva de los sectores populares, es decir, no actuando desde un sector político en particular sino desde el escenario de los Movimientos Sociales (que no es lo mismo que Organizaciones Sociales), para contribuir desde esos espacios a la más importante tarea de 2021, que es construir esa indispensable unidad transformadora.


Colombia, análisis: Frente al avance democrático… ¿Vuelve el embrujo autoritario?

Los sectores democráticos debemos replantear nuestro accionar. No será con acuerdos burocráticos de cúpulas electorales como podremos enfrentar el reto que tenemos al frente. Hay que acudir, convocar y articular a los amplios sectores independientes y sin partido que no quieren saber de peleas y debates de egos y orgullos, que solo llevan a agudizar a más división. Con ellos se puede y debe construir el escenario para canalizar y encauzar el estallido social.


Colombia: Duque y Uribe, el mal gobierno frente al 2022

Promover la organización popular, única forma de darle continuidad a los procesos de transformación.


Si me fuera para Cuba… ¿cómo podría seguir haciendo poesía?

La historia del poeta negro que invitaron a ir a Cuba


Colombia: ¿Cuál es la esencia y el derrotero del “auto-golpe” uribista?

Uribe necesita un “auto-golpe” para acabar con la JEP y, por ahí derecho, desconocer las Cortes Judiciales.
Es la única manera que tiene de garantizar su impunidad y no volver a la cárcel (así sea a El Ubérrimo).
¿Cuál es el Plan que debemos develar? ¿Cuál es el derrotero planeado?


Colombia: ¿El uribismo planea un auto-golpe de estado?

No podemos hacerles el juego. Debemos llamar y apoyar la protesta masiva y pacífica, pero dirigida y conducida con paciencia estratégica y con grandeza democrática. Hay que rechazar totalmente el Desespero Cortoplacista e idear una verdadera Desobediencia Civil de largo aliento, colocando la reconciliación y la paz como principal objetivo de nuestro sufrido pueblo.


Colombia. Uribe: entre la impunidad y la derrota política

Los magistrados que lo juzgan actualmente le garantizarán a Uribe su libertad e impunidad.
Gana una batalla pero no la guerra. Obtiene una victoria táctica (la de su impunidad temporal) pero obtiene una derrota estratégica (el poder político) que se concretará en las elecciones de 2020, siempre y cuando los demócratas colombianos (y los de las izquierdas incluidos) comprendan esa paradoja.


Uribe “preso”, los demócratas colombianos y la asamblea constituyente

El problema consiste en que tanto los demócratas en general como los de las izquierdas, al diseñar toda su estrategia política alrededor de lo electoral, se ven obligados a confiar y fortalecer la supuesta institucionalidad democrática, y quedan entonces subordinados a la fuerza de la tradición del capital y de la institucionalidad colonial que sólo ha cambiado de nombre (¡ni siquiera de forma!). ¡Ahí pierden!


No queremos más limosnas…¡Queremos trabajar!

Es totalmente justificado que cuestionemos a quienes a nombre del socialismo o del progresismo terminan haciendo lo que promueven los “neoliberales recalcitrantes”, que con el argumento de la “reactivación económica” aprueban “paquetes de ayuda a los pobres” que solo sirven para alentar un supuesto y artificial consumo y cuyos recursos vuelven –vía pública o privada– a las arcas de las instituciones financieras.


La Covid-19, la medicina patriarcal-capitalista y el remedio ancestral

La medicina tradicional de carácter comunitario abordaba y trataba ese problema, y no giraba alrededor de tratar los “síntomas” (lo que nosotros llamamos enfermedades o afectación de un órgano, un sistema, etc.). Es posible que los médicos tradicionales no fueran conscientes del “poder” de su medicina. Ellos no querían “curar” al individuo sino establecer el equilibrio y la armonía comunitaria que era la verdadera enfermedad. Sin embargo, hoy la ciencia empieza a comprender la importancia que tiene “lo social”, “lo comunitario”, para la salud de los humanos. Los rituales, yerbas, plantas, “humitos”, etc., etc., solo eran “formas” de involucrar al individuo y a la comunidad en ese ejercicio para “restablecer la unidad sanadora”.


La olla comunitaria y la covid-19

Organizar, sostener y mantener una “Olla Comunitaria” en tiempos normales para apoyar una huelga obrera o una movilización campesina, es una práctica en nuestras tradiciones normales de lucha. Pero, otra cosa bien diferente es hacerlo en medio de una pandemia y un confinamiento obligatorio (cuarentena) como el que vivimos.
En algunos barrios de Popayán hemos podido sostener ese esfuerzo comunitario en el marco de impulsar una estrategia de organización que responde a un momento excepcional y extraordinario, a una emergencia sanitaria y humanitaria, y a una crisis económica (desempleo) que se agudiza y hace prever la ocurrencia de alzamientos y rebeliones populares en el próximo e inmediato futuro


No se puede impedir que la gente siembre su comida en terrenos públicos en forma de ocupación provisional mientras dure la pandemia y la crisis que viene

Los gobiernos no pueden impedir que la gente siembre su propia comida en terrenos públicos que no tienen ninguna utilidad en medio de la cuarentena. No pueden acusarlos de invasores porque ellos han planteado que es una ocupación provisional mientras dure la pandemia y la crisis económica que está en ciernes. No puede el gobierno decir que es un grupo que desconoce la institucionalidad porque ya se preparan para presentar ante el Estado sus propios proyectos que piensan manejar desde esa “fuerza interna” que está en construcción.


Entre Gates-Soros y Trump-Bannon

Frente a esa oligarquía global los pueblos y los trabajadores no hemos podido construir un verdadero bloque de resistencia y de rebeldía creativa, porque hemos centrado nuestra estrategia en los intereses “nacionales” de cada país y hemos basado todos nuestros esfuerzos en la gestión del Estado, creyendo que porque accedemos a algunos niveles de Gobierno (subsistema dentro del Estado) ya hemos logrado “el poder”. La vida ha demostrado ese error conceptual en América Latina.


COVID-19, el virus que pone a prueba la fragilidad humana

Que los operadores del capital lo utilicen como tapadera para tratar de ocultar la recesión económica de carácter sistémico es una cosa y, que, además, lo usen como motivación para hacer ejercicios de militarización de la crisis y control masivo de la población es otra, pero creo que hay que ir más allá.


Desde Colombia: Los “nuevos” sectores sociales del siglo XXI y el futuro de la humanidad

Los intentos de instrumentalización electoral del movimiento por parte de algunos políticos de izquierda debilitan el carácter amplio e incluyente de las luchas sociales, sumado a la división en las cúpulas burocráticas de las organizaciones sociales que tiene como trasfondo la rivalidad entre sectores políticos que le hacen el juego a intereses inmediatistas e insulsos.


Precariado, análisis de clases y filosofía revolucionaria

Nadie puede negar que las luchas sociales que ocurren en Colombia, Chile, América Latina y el mundo, tienen un componente significativo de acumulados de luchas anteriores. No obstante, diversas manifestaciones de las movilizaciones actuales han desbordado a las direcciones sindicales, y a las organizaciones sociales y políticas que representan o son fruto de esos acumulados.