Autor: “Gioconda Belli”

Nicaragua: A Ortega hay que aislarlo seriamente, como se hizo con Somoza

La nacionalidad no me la puede quitar nadie. No lo acepto. No me siento desnacionalizada en absoluto porque mi país es mío, allí nací y creo que tengo un derecho humano esencial. Entonces, eso no me ha afectado tanto porque además me han ofrecido nacionalidad otros países y yo desde jovencita tengo nacionalidad italiana. Lo que quería hacer Daniel Ortega era quitarme el pasaporte y eso no funcionó. Pero la retirada de la nacionalidad también implica que nos han borrado de los registros civiles. Ahorita yo no existo en Nicaragua. No hay ningún papel que tenga mi nombre, no está mi partida de nacimiento. Todo eso es una verdadera atrocidad en estos tiempos.


Nicaragua: Carta abierta a los sandinistas partidarios de Daniel Ortega

Hubo un tiempo, del que yo vengo, en que ser sandinista era poner la vida en la línea de fuego. Era un tiempo cuando el FSLN era una organización clandestina, donde pertenecer al FSLN era un secreto que solo uno sabía; un tiempo donde Somoza proclamaba que “Sandinista visto, era Sandinista muerto”.


Nicaragua amordazada

Tuve el privilegio de escuchar a Svetlana Alexiévich. Entre lo mucho y acertado que dijo, habló de las cárceles interiores, mentales, que el sistema creó en la Unión Soviética y que dieron origen a lo que ella llamó “el homus soviético”, tema de uno de sus libros. No puede construir la libertad quien no es libre, afirmaba. Como nicaragüense, siento que estoy asistiendo a un criminal intento de crear esas cárceles en mi país.


Entrevista a Gioconda Belli, nicaragüense, revolucionaria, poeta

“¿Qué sos, Nicaragua, para dolerme tanto?”, se pregunta, en uno de sus poemas.


Nicaragua: El horror nuestro

Igual que cada uno es dueño de su miedo, cada pueblo es dueño de su horror. Hay muchos y muy diversos en el mundo y cada pueblo lo vive de su propia manera. Llega un momento incluso en que el horror se incorpora a la vida, se vuelve parte de la cotidianeidad. La mente desarrolla mecanismos de defensa para hacerlo tolerable, pero hay hechos repentinos que reviven ese horror e impiden que lo intolerable se normalice. Este pasado domingo 12 de febrero, uno de los guerrilleros más admirados y conocidos del sandinismo murió tras ocho meses en prisión. Hugo Torres, que fue comandante guerrillero y luego general de brigada, fue uno de los pocos que logró ejecutar acciones heroicas y sobrevivir… hasta la dictadura de Ortega.


Los artistas y el poder

Estaba leyendo hoy la posición de Silvio Rodríguez que pide amnistía para las personas encarceladas desde el 11 de julio en Cuba.
Igual que Cuba, Nicaragua crece en las canciones, en los libros, en las pinturas y manifestaciones artísticas. Es una señal de enfermedad del alma cuando la cultura se vuelve objeto de desprecio del poder porque no piensa como éste.


Los pueblos luchan contra las derechas y las izquierdas en el poder. Los arrestos en Nicaragua son como la noche de los cuchillos largos de Hitler

La poeta y escritora nicaragüense Gioconda Belli comparó este miércoles el arresto de cuatro aspirantes opositores a la Presidencia de Nicaragua y otros dos disidentes con la llamada “noche de los cuchillos largos”, que alude a los asesinatos que Adolf Hitler llevó a cabo en 1934 para purgar a sus adversarios políticos en Alemania.


El sandinismo: de la revolución de 1979 a otra dictadura

La bella revolución sandinista murió y yo que lo lamento, espero que quienes lean estas líneas abandonen la idea de que aún existe y se pongan del lado del pueblo de Nicaragua contra esta nueva y deleznable tiranía.


Nicaragua: “Nunca nos imaginamos que íbamos a derrocar una dictadura para que llegara otra”

Nacida en Managua (1948), Belli es poeta y novelista, pero desde joven lucha por los derechos humanos y por la libertad de expresión en su país. En los años 70 participó en la revolución que llevó a la caída del dictador Anastasio Somoza
Esta experiencia, la de de ser una ciudadana sin miedo, le inspiró: «nacimos y crecimos en la dictadura. No sabíamos qué era democracia”. Con las conquistas de la revolución se sintió animada y esperaba el progreso social de su nación. Pero «la vena de la tiranía se esconde bien», asevera.
«”, lamenta Belli. Del sandinismo, Ortega, «solo tiene ya los colores», añade.


El pez rojo que nada en el pecho

La poetisa nicaragüense Gioconda Belli, opositora a la dictadura de Ortega, gana la trigésima edición del Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma con su obra original ‘El pez rojo que nada en el pecho’ y se convierte en la primera mujer en recibir este reconocimiento.


Ernesto Cardenal, poeta del universo

La integridad y firmeza de Cardenal no pudo con las maniobras con que Ortega se apropió del FSLN en los noventa. El poeta renunció al partido.


El sandinismo original dejó también una herencia de rechazo a los tiranos como Ortega

¿La golondrina hizo el verano?
La experiencia de reconocer errores tiene valor porque son lecciones que pueden compartirse para que no se repitan


George Orwell en Nicaragua

Estamos frente a un matrimonio astuto y hábil en dividir a sus adversarios y en tergiversar el discurso público, pero la oposición continúa en un proceso de diálogo para fortalecer y ampliar la fuerza civil bautizada como Unidad Azul y Blanco. Con las reformas electorales, este grupo sería el partido idóneo para derrotar a Ortega en unos comicios futuros. Para lograr el objetivo de sacar a la pareja presidencial del poder por la vía electoral, los ciudadanos deben continuar la presión en las calles a pesar de la represión.


Carta abierta a los sandinistas partidarios de Daniel Ortega

Tenemos que entender que este callejón sin otra salida que la desgracia, la represión y la pobreza, solo favorece a los Ortega-Murillo, su familia y el pequeño grupo que, con ellos, se han enriquecido. Por eso, no les corresponde a ellos que son los menos, sino a todos nosotros, romper el estancamiento de esta situación que solo han contenido con las armas de paramilitares y policías. Sandinistas, danielistas, empleados del Estado, militares del Ejército, los nicaragüenses de uno y otro lado, tenemos que darnos cuenta de que somos nosotros los únicos que podemos resolver esta situación y salir de este círculo de violencia que ha sido la maldición de este país. La única vía de reconciliación no es otra campaña de propaganda y palabrería. Necesitamos un diálogo serio, maduro, donde la familia gobernante acepte escuchar y responder a los reclamos de la mayoría de Nicaragua y ponga sus cartas sobre la mesa. Para esto se requieren voces valientes en el FSLN, en el Estado, que se nieguen a ser cómplices del infortunio que se nos viene. Hay que exigir soluciones en vez de continuar cantando zequeda.


Ortega no me representa ni como nicaragüense ni como sandinista

La famosa escritora nicaragüense no escatima adjetivos para describir lo que está padeciendo su pueblo bajo el régimen de Daniel Ortega y su mujer y vicepresidenta, Rosario Murillo. Lo peor de todo, dice, es que fue su generación, la de los idealistas revolucionarios sandinistas que derrotaron al dictador Somoza, quienes los instalaron en el gobierno.


Evitar otra guerra en Nicaragua

“Me resisto a creer que tendremos que repetir la historia y armarnos para derrocar esta dictadura. No se lo merece Nicaragua. Hay que hacer hasta lo imposible por evitar otra guerra, excepto renunciar al derecho a la libertad”,


Con la represión de Ortega en Nicaragua animo a los que quieren cambios en América Latina a involucrarse en luchas comunitarias

Estoy muy desilusionada con lo que está diciendo la izquierda latinoamericana con relación a Nicaragua. ¿Porque es Daniel Ortega se puede matar a 400 personas y no me importa porque es de izquierda? Y no es cierto que sea de izquierda, Daniel Ortega dejó de ser de izquierda hace muchísimo tiempo, una vez en el poder se alió con los grandes capitales.

o más importante es que tenemos que creer en nosotros. Necesitamos una democracia más radical, que venga de abajo hacia arriba. Ha habido mucho cinismo, mucha desilusión, y eso a veces nos hace tener miedo o volvernos indiferentes, individualistas y no salir de nuestro pequeño mundo. Yo animo a todos los que quieren cambiar América Latina a que participemos más, a que nos involucremos en política, en luchas comunitarias


En Nicaragua los de antes nos tenemos que apartar para que los jóvenes hagan su propia revolución

Se han cumplido 39 años de la revolución sandinista y Gioconda Belli lo ha celebrado a su manera. La escritora nicaragüense (Managua, 1948) ha recordado en una columna del diario “El País” cómo lloraba de emoción cuando el 19 de julio de 1979 el movimiento contra la dictadura de Anastasio Somoza entró triunfante en las calles de la capital. Ella pertenecía entonces al Frente Sandinista de Liberación Nacional y le conmovía pensar en que muchos de sus seres queridos no verían aquella victoria popular por la que habían luchado.


La única revolución del siglo XX que ha supuesto un cambio ha sido la femenina

Parecía que el hecho de ser mujer y reconocer mi cuerpo me hacía a mí un animal raro, y yo he tratado de provocar a partir de eso. Me di cuenta de que había tocado un aspecto subversivo de la feminidad y empecé a hacerlo de una manera más preconcebida y un poco desafiante. Ahorita, con el #MeToo y las luchas contra el feminicidio, se está viendo el abuso en el cuerpo femenino, y cómo esa manera de relacionarse la sociedad con el cuerpo de la mujer y el hombre con el cuerpo de la mujer marcó toda una manera de existir. Hay que romper con esa noción de identidad que tenemos.


No me arrepiento de haber luchado contra Somoza y de ser sandinista, pero Ortega hoy es un dictador

No me arrepiento para nada de haber participado en la lucha contra la dictadura somocista. El sandinismo fue un ideal hermoso, fue una bandera bajo la cual nos cobijamos para tratar de hacer un país mejor, para derrocar a esa dictadura. Pero la bandera no era lo más importante, lo más importante era el objetivo. Y cuando esa bandera dejó de representar ese objetivo y se convirtió en un partido que se desvió totalmente de los ideales que teníamos, al punto de que ha engendrado una dictadura, otra dictadura en Nicaragua, para mí ese símbolo se ha pervertido, desgraciadamente.