Autor: “Emiliano Teran Mantovani”
Venezuela - extractivismo 2021: geografías del ajuste, nuevas estrategias de re-colonización y luchas por la vida
I. Dinámicas políticas del 2021: ¿se consolida un proceso de reestructuración económica?
II. Venezuela, ¿un archipiélago de economías de enclave?: geografías del ajuste y nuevas estrategias de re-colonización
La reestructuración desde los territorios: operaciones de reforma y re-territorialización
III. Luchas ambientales y territoriales, y disputas por otros modos de vida
Rutas disidentes en el debate constituyente: sobre comunes, límites del progresismo y crisis civilizatoria
Las protestas populares como las de Chile de los últimos meses, han sido no sólo la fuerza que ha configurado un tiempo de turbulencia/ruptura social masiva, de interpelación máxima con el orden establecido, sino también una escuela, un espacio de aprendizaje de otros modos de ser en la política, de otras prácticas y gestiones en lo local.
No se trata de plantear sólo una mirada localista o parroquial; más bien hacer prevalecer una política que ponga en el centro la gestión de lo común y la reproducción de la vida para, a partir de ahí, proyectarla hacia las diversas escalas del poder.
Pandemia, recesión y crisis ambiental: ¿hacia una nueva reestructuración capitalista “verde”?
El año 2021, aparece como un año clave en este proceso de reorganización sistémica. El hecho que el asunto ambiental haya escalado a este nivel de importancia política y geopolítica es algo positivo, si consideramos que se pueden abrir caminos para un urgente cambio de rumbo. Pero hay que estar muy atento a la dirección que pretenden tomar las mentadas “recuperaciones económicas” del llamado “mundo post-Covid19″, sobre todo si, como todo apunta, está encabezado por un nuevo reimpulso de la llamada ‘Economía Verde’; una nueva reestructuración capitalista global “verde”.
¿Neoliberalismo del mundo post-pandemia? El nuevo asalto al agua y las rutas del capitalismo azul
La cotización en bolsa de derechos de uso del agua en California no es un hecho aislado. En realidad refleja una continuidad histórica en los procesos de privatización, mercantilización, y más recientemente, financiarización del agua en los sistemas moderno-capitalistas. Su génesis está en los procesos de cercamiento de bienes comunes entre los siglos XVI y XVIII, fundamentales en la emergencia del capitalismo mundial, en los que los sistemas hidrográficos también fueron siendo incorporados a la lógica de acumulación de capital, generando considerables impactos y transformaciones en estos, así como en diversas formas preexistentes de gestión comunitaria del agua. Sin embargo, para entonces el agua seguía siendo una sustancia común, disponible a todos, si se quiere, un recurso abierto.
Aceitada máquina civilizatoria: Los nexos entre el petróleo y la crisis sistémica global
Los estrechos vínculos entre las crisis civilizatoria, el capitalismo y el patrón energético dominante
El nuevo asalto al agua y las rutas del capitalismo azul
¿Neoliberalismo del mundo post-pandemia?
Se han prendido las alarmas a nivel mundial en la segunda semana de diciembre, cuando CME Group –una compañía internacional especializada en los mercados de derivados financieros– comenzó a cotizar en bolsa derechos de uso del agua en California, específicamente en mercados de futuros. Sí, del agua.
Venezuela Después de las elecciones parlamentarias, tanto quienes votaron como los que no, se preguntan: ¿y ahora qué?
El acto de no votar no es sólo desgano o desinterés; es también rebeldía, antagonismo. Este 70% de abstención también dice con mucha claridad ‘Ustedes, todos ustedes, no nos representan’. Deja muy nítido el extraordinario vacío de legitimidad de este sistema de poder dominante en Venezuela
¿Elecciones parlamentarias en Venezuela?
Toda esa posibilidad de otra política, se está produciendo hoy en Venezuela, desde abajo.
Venezuela: Siete consideraciones sobre la terrible Ley AntiBloqueo aprobada ayer por la ‘plenipotenciaria’ Asamblea Nacional Constituyente
Lo que está en juego son dos elementos fundamentales: el mínimo acuerdo social que, mediante un proceso popular devino en la Constitución de 1999; y la sobrevivencia económica de la población, que se rehúsa a ser los daños colaterales de convertir a Venezuela en una hacienda, en una zona de sacrificio.
Cinco apuntes sobre el paradójico tiempo político latinoamericano
Este tiempo particular es lo menos cercano a un tiempo lineal y predecible. Es en cambio, un tiempo extraño, amorfo, fragmentado, volátil. Y también paradójico, porque al mismo tiempo, de esta extraordinaria crisis brotan nuevas subjetividades, nuevas solidaridades, nuevas pulsiones de vida y emancipación, nuevas formas de hacer política. El que ha sido entendido como un tiempo ‘distópico’, es en realidad uno profundamente paradojal.
Los ritmos de la ‘nueva normalidad’: coordenadas del extractivismo en la pandemia en América
A pesar de la crisis que ha desatado la pandemia, el extractivismo no está confinado: aunque con altibajos, sigue operando y se reposiciona estratégicamente. Esto ocurre mientras el grueso de la población se encuentra agobiada y restringida por la situación. En este artículo intentamos cartografiar las coordenadas del extractivismo en la pandemia en América Latina, sus ritmos, reajustes y atajos. Resaltamos sus políticas para la expansión de fronteras, impulsar una ola de neoliberalización e imponer formas de secutirización de la vida. Finalmente, destacamos las movilizaciones, re-existencias y alternativas ante la compleja situación.
Pacto ecosocial y económico del Sur
Gran pacto que puede o no puede germinar según sus partes económicas e institucionales lo vayan poniendo en práctica, pero todo pacto es de sujetos y el sujeto popular tradicionalmente marginado no tiene representación, salvo quienes se la auto-otorgan y sostienen que su disposición es hablar en nombre del pueblo, aunque no lo consulten, tales como los partidos políticos y los sindicatos dirigidos por ellos, en tanto los grupos ecologistas hablan por ellos, lo que está correcto, pero no se podría decir que lo hacen en nombre del pueblo. Distinto es el caso de algunas comunidades o pueblos originarios que si tienen representación, aunque en este manifiesto se percibe sólo una muy pequeña parte de los pueblos de nuestro continente. Creemos que aún apoyando el pacto y aún sin firmarlo, no es la tarea fundamental de los pueblos hoy, pues la necesidad exige la autoorganización, la autonomía y el autogobierno de barrios, poblaciones, pueblos y territorios, la expansión masiva de la agricultura urbana y la ampliación de las ciudades hacia los terrenos adyacentes de actual condición rural junto al cuidado y la autodefensa social (no de grupos armados de vanguardia) nos permitirán participar de tú a tú en todo tipo de pactos.
Derecho a existir, pulsión de re-existir: protestas populares y sentidos de lo común en tiempos de pandemia en América Latina
¿cómo abordar una política no-estadocéntrica en estos tiempos? ¿Cómo lo común puede reproducir una política desde las autonomías en semejantes circunstancias?
El Coronavirus más allá del Coronavirus: umbrales, biopolítica y emergencias
La actual pandemia podría causar más daño, o bien podría ser superada. No lo sabemos hasta el momento. Pero parece que todo esto que está ocurriendo, nos dice muchas cosas más. Por eso también necesitamos tratar de interpretar qué expresa esta pandemia, más allá de ella misma; qué significado tiene en este preciso tiempo (geo)político; qué nos dice del particular mundo que hoy enfrentamos.
El confinamiento social de la cuarentena, pero también las calles vacías o semi-desiertas, los mercados truncados, el confinamiento de los más pobres a una extraña precarización socio-económica ralentizada, nos abren el camino hacia otras temporalidades, otros ritmos, otras sociabilidades, otras apreciaciones y sensibilidades. Nunca parecía estar tan a la mano una oportunidad de despliegue de la otredad de esas lógicas y ritmos diferentes a los del sistema capitalista. La centralidad, ante los desafíos que representa esta paradoja colapso/oportunidad, parece estar en una política de lo común, del cuidado, de la reproducción de la vida, ante este capitalismo que se va quedando al desnudo.
Hay que convertir la emergencia global en la emergencia de otro sistema que tribute a la vida y a los pueblos.
Venezuela: nos estamos jugando la vida, estamos hablando de la última frontera de vida socioecológica
Emiliano Terán Mantovani, quien forma parte del Observatorio de Ecología Política de Venezuela, estuvo presente el pasado martes tres, en la plaza Carabobo de Caracas, frente al Ministerio Público, en el plantón que se realizó para apoyar a Lucía Fernandez, viuda del asesinado cacique yukpa Sabino Romero Izarra.
Lucia, quien a los siete años del asesinato de Sabino en la sierra de Perijá, aún continua en su búsqueda de justicia y clama para que los autores intelectuales de la muerte de su esposo sean llevados a juicio y condenados estuvo en esta ocasión acompañada por miembros de diferentes grupos que la apoyan en su búsqueda de justicia.
Crisis civilizatoria y procesos constituyentes en América Latina
No podemos, como hizo la izquierda tradicional, sentarnos sólo a hacer un macro proyecto nacional, pensando además que este va a discurrir de manera lineal hasta llegar al comunismo soñado, de manera etapista. Estamos más bien ante un tiempo bastante inestable y volatil, que además nos está planteando en un escenario muy complicado para la propia reproducción de la vida. Esto, me parece, tenemos que asumirlo como el tiempo que nos toca vivir. Así que podríamos seguir soñando con la idea de una transformación emancipadora, pero también necesitamos asumir la construcción de comunidades y sociedades resilientes.
La idea es poder posicionar esa posibilidad de pensar que es posible estas otras alternativas, de parte de comunidades, territorios y organizaciones, que ya están en el presente. Y evidenciar que esas formas diferentes de ser y estar en la Tierra existen. Nos ha faltado más astucia para visibilizarlas más. Esta transformación nos tiene que entusiasmar mucho más.
2020: ¿Dónde están los horizontes? Cinco apuntes sobre el paradójico tiempo político latinoamericano
Las inesperadas e inspiradoras movilizaciones en Chile, al igual que las de Colombia, por mencionar dos buenos ejemplos, muestran, por un lado, que las predicciones lineales y deterministas se quedan cortas; el factor sorpresa desborda incluso a los propios actores que están impulsando esos procesos. Por otro lado, reflejan cómo en la propia insubordinación social, cómo desde el propio seno del conflicto, se producen también nuevos marcos de relacionamiento y solidaridad, nuevas subjetividades, cargadas con potentes pulsiones de vida e irreverencia. Incluso en los escenarios más adversos, se evidencia la sustancia y emergen los factores constitutivos de lo común.
El nuevo tiempo político latinoamericano, en el que la fragmentación se vuelve normalidad, en el que se revelan con mucha claridad los límites de los proyectos dominantes de las izquierdas, en el que los grandes referentes se encuentran en crisis, y se avizoran enormes obstáculos, parece señalarnos la vital importancia de re-centrar la política en torno a lo común. Esto es, colocar en el centro, en el punto de partida, una política en consonancia con la reproducción de la vida humana y no humana en el planeta Tierra, con la expansión de redes de solidaridades y resiliencia; de celebración de la otredad, de la diversidad; de la simbiosis y el mutualismo; de la defensa de una cosmovisión complementaria, holística, inmanente y reproductiva; pero también de desafío colectivo al estadocentrismo y a los inviables proyectos políticos dominantes.
No parece que el tiempo turbulento que nos toca transitar pueda ser sorteado con éxito sin privilegiar una política del cuidado. Cuidar del otro (humano y no-humano), de esa otredad, en defensa de la vida.
Antes que el ‘fin de los tiempos’, estamos ante una particular historia que apenas empieza.
Venezuela: El rol de China en el auge y colapso del proceso bolivariano.
Una discusión sobre neo-colonialismo y neoliberalización.
Esta crisis no es posible vincularla de manera simplista a una sola causa: es también de carácter histórica y multi-dimensional, pero está profundamente determinada por la compleja relación que se produce entre la crisis estructural del modelo capitalista/rentista nacional y un auge de la conflictividad política de diversas escalas (por el control de Petro-Estado, geopolíticas y de escala socio-territorial).
¿Por qué hablamos de crisis civilizatoria? Breve genealogía de nuestro actual tiempo extraordinario
El tiempo que vivimos es un tiempo extraordinario. Todo está en juego. Las posibilidades de vida en el planeta Tierra, tal y como las conocemos, pueden cambiar radicalmente. Eso, más allá de diversos imaginarios sociales sobre colapsos y apocalipsis, tiene efectos concretos en los marcos de convivencia social, los ciclos de lluvia y períodos secos, en las migraciones, la producción y distribución de alimentos, la pérdida de los últimos refugios ecológicos, la conflictividad social y geopolítica por los recursos indispensables para la vida, el nivel de los océanos, el mantenimiento de las instituciones sociales y las infraestructuras, y un muy largo etcétera.
Por las dimensiones y la profundidad de esta crisis, se nos abre una oportunidad para re-pensárnoslo todo, absolutamente todo. No es sólo el problema del cambio climático, que además no se puede ni se debe segmentar como problema. No vivimos sólo una crisis de las democracias o las instituciones modernas. Tampoco esta crisis puede explicarse únicamente por una ‘escasez’ de recursos o por un ‘desbordamiento’ demográfico. Y aunque es un factor determinante, tampoco es únicamente un problema de la crisis estructural del capitalismo.
Se trata de una crisis total, esencial y existencial, que trastoca incluso el orden de la vida en la Tierra (y por tanto de las otras especies que conviven con nosotros), que nos interpela como especie en relación a nuestro rol en ella.
El petróleo ya no es promesa de futuro, sino sinónimo de inestabilidad
Desde principios del siglo XX, el petróleo representó la gran promesa de riqueza súbita y modernidad a nivel mundial, e incluso numerosos proyectos de luchas en el Sur Global lo tuvieron como un instrumento principal para la ‘Liberación Nacional’. Pero hoy como nunca, es evidente que se trata de una promesa rota. El tiempo de auge, estable dominio y expansión del petro-capitalismo contemporáneo no sólo ha llegado su fin, sino que asistimos a una fase de la crisis energética global determinada por la volatilidad, inestabilidad y el declive.