Autor: “Nueva Sociedad”

El embrollo peruano: Protestas, «terruqueo» y represión

La destitución y detención de Pedro Castillo, en diciembre pasado, tras su intento de disolver el Congreso, ha dado lugar a una nueva ola de protestas. El país aparece hoy polarizado entre un bloque proestablishment y otro antielite. La presidenta Dina Boluarte se sostiene, por ahora, en el bloque parlamentario de la derecha y las Fuerzas Armadas, y ha dado vía libre a una fuerte represión de las protestas en reclamo de elecciones anticipadas.


Las mil crisis de Perú y la «resistencia» de Pedro Castillo

Las constantes disputas entre el Ejecutivo y el Legislativo han provocado una situación en la que la única que pierde es la ciudadanía. Pedro Castillo está en la cuerda floja y la oposición lo presiona. El presidente dedica gran parte de sus energías a evitar ser destituido por el Congreso.


Los desafíos del «socialismo democrático» de Xiomara Castro

Como es común en Nueva Sociedad, sus análisis son buenos, pero siempre terminan con la manera en que se debe volver a la cohesión estatal.
Como el nuevo gobierno progresista de Chile que tiene como ministro de Hacienda un ídolo del empresariado nacional e internacional, en Honduras notable es la participación del empresario Pedro Barquero en la coordinación del Gabinete Sectorial de Desarrollo Económico, institución estratégica para el país, y vital para un gobierno que aspira a solventar el problema de la desigual distribución de la riqueza, que fue presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), representa mucho más los intereses del capital privado nacional que del proyecto «refundacional».


El tsunami feminista visto por una europea de las capas medias

El título del artículo es “El tsunami feminista”, pero su énfasis está en los sectores cultos y concientizados de la sociedad, dejando de lado al feminismo que crece arrolladoramente entre los pueblos originarios, el campesinado y especialmente el de los barrios periféricos de las ciudades, por lo que no sorprende que Nueva Sociedad y la autora escondan las luchas de las mujeres zapatistas, de las mujeres kurdas y otras que comprenden que su batalla está en la multiplicación de las formas de vida comunitaria y en la democratización de las labores domésticas, antes que en las leyes estatales que buscan atraer a las mujeres bajo la protección de papá-estado.


Caminos y bifurcaciones del movimiento indígena ecuatoriano

El gran desafío del movimiento indígena, como referente indiscutido de las organizaciones y el movimiento popular ecuatoriano, será administrar sabiamente esta victoria electoral y navegar sobre este inmenso capital político. Luego de varios intentos, al fin este movimiento logró interponerse exitosamente como una tercera opción política entre el correísmo y la derecha tradicional. Y lo hizo gracias a otra tradición antigua: combinar la movilización callejera (el levantamiento de octubre de 2019) y la participación electoral.


Elecciones en Ecuador: ¿Dispersión, polarización o repolarización?

Una agenda neoliberal (el candidato empresarial), una reedición del caudillismo personalista (el esbirro de Correa), y un movimiento social auténtico, heterogéneo y vital, urgido por inventar una difícil e incierta hegemonía política (el poderoso movimiento indígena). En las elecciones de febrero de 2021 las alternativas son auténticas. Y no son dos sino tres.
Ni las posibilidades electorales del movimiento indígena debieran descuidar el crecimiento de las autonomías, de las formas del autogobierno ni el rol de las asambleas territoriales, es decir, de las formas del protagonismo social que no pueden supeditarse a la acción de un gobierno, un estado o una candidatura.


¿A dónde conducirá la crisis boliviana? Elecciones y reconfiguraciones políticas

Esta revista sigue mostrando su vocación estatista y trae este excelente análisis boliviano marcado gravemente por la mera descripción electoralista y diferencias entre partidos, dejando absolutamente de lado a los sectores sociales que desarrollan sus formas autónomas y autogobernantes como que no existieran, desvirtuando así el análisis que lleva a los lectores a imaginar que la estructura social y los actores sociales se ordenan y mueven estrictamente en planos electorales y por tanto estatales resulta en un informe falso, aunque se titule de ese modo. Entendamos, la crisis boliviana y sus avateres no se determina ni por los partidos, ni por los caudillos ni por las elecciones.


Las lecciones que nos deja Bolivia

La renuncia y salida al exilio de Evo Morales, en noviembre pasado, no solo acabó de manera repentina con el llamado «proceso de cambio» iniciado en 2005 sobre la estela del ciclo de movilizaciones abierto en 2000 y que tuvo su momento de mayor intensidad en la «guerra del gas» de 2003.
Significó también la caída de uno de los gobiernos del «giro a la izquierda» que atrajo más simpatías a escala global. De ahí que, desde entonces, las discusiones sobre lo que realmente pasó en Bolivia sigan atravesando a la izquierda internacional. Una parte sostiene la tesis del golpe como variable explicativa «total» y otra, minoritaria pero con figuras relevantes, que no hubo golpe sino que Evo Morales habría caído por su propio peso.


Bolivia: el Estado plurinacional en disputa

Ya ha quedado demostrado que la estructura estatal no puede contener a las comunidades indígenas. La izquierda-socialdemocracia del MAS y la derecha se pelean por su control como hicieron en sus respectivos gobiernos. Esperamos que pronto las comunidades autónomas comprendan y actúen en consecuencia respecto al rol negativo del estado, el caballo de Troya que dejó la colonización en nuestras tierras.


¿Qué pasa en Bolivia?

En este marco, Bolivia puede avanzar hacia una versión soft de lo ocurrido en Venezuela: una situación en la que el Gobierno se impone, pero con fuertes déficits de legitimidad, en el marco de un desconocimiento mutuo entre oficialismo y oposición y con una radicalización de esta última.


Nicaragua: entre la amnistía y el descontento

Daniel Ortega puso en marcha una Ley de Amnistía que liberó a centenares de presos políticos. Sin embargo, la amnistía no nace de los diálogos con la oposición, sino que es fruto de una decisión unilateral que otorga impunidad a quienes reprimieron las masivas manifestaciones sociales en 2018. Ortega espera dividir a la oposición y evitar sanciones externas. Mientras tanto, la liberación de los presos políticos ha abierto una nueva etapa en la que los sectores contestatarios están volviendo a las calles con renovados bríos.
Nosotros agregamos que la amnistía es una farsa, pues nadie salió en libertad, sino que fueron enviados a sus casas con arresto domiciliario, además que faltan 86 presos que aún están baje régimen de torturas.


Venezuela: Inmolaci?n o desahucio

Maduro todav?a tiene base social, pero es dif?cil saber cu?n delgada es la l?nea que separa el apoyo de la simulaci?n y el cansancio. Esto vale tambi?n para el frente militar. Aunque Venezuela es, adem?s de su petr?leo, su gas y su oro, parte de un objetivo superior de los sectores m?s retr?grados de Estados Unidos que buscan el completo redise?o pol?tico de la regi?n, ninguna de las cr?ticas posibles al madurismo, pasando por su dudosa transparencia, justifica una soluci?n violenta de esta disyuntiva hist?rica. Lamentablemente, la salida negociada parece estar cada vez m?s lejos.


De los chalecos amarillos al Estado social-ecol?gico

Marx habl? de la rep?blica social en su an?lisis de la Comuna de Par?s, pero hablar hoy d?a de “estado” social puede sonar confuso. La asamblea de las asambleas de los chalecos amarillos m?s bien parece apuntar a los autogobiernos locales.


Venezuela: Guaid? sigue esperando militares internos o extranjeros y Maduro sigue reprimiendo

En la ausencia de ?pueblo? como actor protag?nico coinciden actualmente en Venezuela tanto la dirigencia opositora como la c?pula gobernante: ambos polos est?n invisibilizando a los sectores populares. Ah? reside parte de la debilidad opositora, que espera que los militares, venezolanos o extranjeros, vengan al rescate. Pero incluso en momentos como estos es necesario mantener la cordura.


Venezuela: ?Estamos ante un paso adelante de la oposici?n o un nuevo paso en falso?

Urgente, Venezuela
?A d?nde puede ir Venezuela? ?Qu? salidas resultan deseables? Nueva Sociedad pidi? la opini?n de destacados intelectuales y analistas con diferentes visiones de una situaci?n compleja, incierta y en pleno desarrollo, y aportan elementos para comprender mejor las diferentes aristas de la crisis m?ltiple que vive el pa?s, a casi 20 a?os de la Revoluci?n Bolivariana comandada por Hugo Ch?vez. ?Estamos ante un paso adelante de la oposici?n o de un nuevo paso en falso?


Nicaragua: ¿una nueva transición en puerta?

La revuelta social contra el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo iniciada en abril pasado refleja diversas capas de descontento y articula desde campesinos hasta empresarios, pasando por parte de la Iglesia católica. Iniciada hace cinco meses contra una reforma en la seguridad social, la ola de protestas derivó en un movimiento ciudadano que puso en primer lugar las demandas democráticas y abrió la puerta a una nueva transición política, todavía incierta.


¿Dónde está la izquierda en la India?

Es evidente que la pregunta es incorrecta, pues ya no es la izquierda la que puede conducir a los pueblos hacia la emancipación. Esa es la nostalgia del capitalismo de estado inaugurado por los bolcheviques y que se vendió como “socialismo”. Es más interesante descubrir donde y como se presentan los rasgos de autoorganización y de autogobierno de los pueblos.