Autor: “Raúl Zibechi”

Rio Resiste III: Memoria en movimiento

La esclavitud no sólo asesinó millones de africanos, sino que enriqueció a un puñado de esclavistas y a otros puñado de terratenientes, que siguen teniendo el poder económico y político. La esclavitud está en los orígenes del capitalismo, de la acumulación originaria de capital, y no puede desligarse de ese proceso. Difundir la idea de que la esclavitud fue obra de personas malvadas que actuaban a de forma individual, como algunos quieren creer, esconde que el capitalismo llegó al mundo sobre la sangre de los pueblos.


Un mundo nuevo en el centro rural de Italia. La hacienda recuperada Mondeggi Bienes Comunes

Una hacienda agrícola abandonada por sus propietarios, a pocos kilómetros de Florencia, fue ocupada por decenas de jóvenes y jóvenas que la recuperaron del abandono de años, comenzaron a producir, convirtiéndola en una “hacienda sin patrones”, y formaron una comunidad autogestionada. No se conformaron con el espacio de 200 hectáreas que ocupan, comenzaron a tender redes de apoyo mutuo con campesinos de los alrededores y con sectores urbanos que comparten los mismos objetivos y modos de trabajo.


Ecuador: Treinta años de la Conaie, una de las organizaciones sociales más potentes del continente

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador ha derribado a tres presidentes y ha protagonizado 14 levantamientos en poco más de 20 años. Estos días volvió a cimbrar los poderes del país andino. La organización nacional opera como una red descentralizada, que agrupa a no menos de 2 mil organizaciones de base, comunidades, centros, cabildos y comunas, que operan como gobiernos territoriales.


La inercia que nos impide reaccionar al colapso

La debacle a la que asistimos, nos halla mal preparados para enfrentarla. Desventaja que puede superarse con organizaciones colectivas territoriales, capaces de asegurar la sobrevivencia y la vida en tiempos de muerte y destrucción. La crisis en Ucrania nos enseña que apostar a los Estados, como hacen las izquierdas europeas, es un mal camino. Décadas de “democracia” y “progreso” han anestesiado a buena parte de la población que sigue creyendo que el Estado o los dirigentes políticos nos van a salvar, o que el dinero servirá de algo en los momentos extremos del colapso. El individualismo nos condena.


Pensar y actuar desde las heterogeneidades

La homogeneidad de los sujetos colectivos no fue más que un sueño imposible del pensamiento crítico, que hoy es cuestionado por la realidad. El esfuerzo para uniformizar el campo popular desembocaba en la política de la unidad que atravesaba el sindicato, las diversas organizaciones sociales y el partido, porque se estimaba que era clave para la conquista del Estado.


Afrontar la guerra desde abajo y a la izquierda

¿Quiénes serán los posibles sujetos contra la guerra? Una parte considerable de las izquierdas piensan que son los Estados. Los que hacen las guerras serían los encargados de ponerles fin. Un contrasentido que no puede sostenerse, porque todos los Estados alimentan, de algún modo, el conflicto. Creo que hay que voltear la mirada hacia abajo, porque son los pueblos los que están realmente interesados en poner fin a la guerra.


La estéril ilusión del cambio por arriba

Colombia, Ecuador y Chile nos muestran procesos recientes relativamente similares. Gobiernos de la derecha neoliberal enfrentados por grandes revueltas populares de larga duración, que abrieron brechas en la dominación y pusieron en jaque la gobernabilidad. El sistema político respondió encauzando la disputa hacia el terreno institucional, con beneplácito y entusiasmo de las izquierdas.


Colombia: El fin del ciclo uribista

La verdadera debacle de Uribe, que pasó a ser repudiado por la mayoría absoluta de los colombianos, comenzó en 2019, durante el paro convocado por las centrales sindicales, que, contra todo pronóstico, se extendió durante semanas, de la mano de jóvenes sin futuro que irrumpieron en la brecha creada.


Los límites de la protesta como forma de lucha

Los gobiernos han aprendido a manejar la protesta, a través de un abanico de intervenciones que incluyen desde la represión hasta las concesiones parciales para reconducir la situación. Banalización de la protesta por su transformación en espectáculo. Los manifestantes no suelen encontrar espacios y tiempos para debatir qué se logró en la protesta, para evaluar cómo seguir, qué errores y qué aciertos se cometieron. Las protestas son necesariamente esporádicas y ocasionales.


Los indígenas son el 1% de la población de Brasil y la punta de lanza en la resistencia a Bolsonaro

Te diría que no hay país donde no se registren procesos de autogobierno y por lo tanto de defensa de sus territorios. Estos procesos son mucho menos conocidos que los pueblos que ya mencioné, pero configuran un abanico de autonomías, diversas y diferentes, siendo los sectores que ponen límites al modelo de muerte y destrucción de la vida.


Las prácticas capitalistas que reproducimos

El comunicado de la Caravana por la Vida y el Agua, difundido el 26 de abril al finalizar el recorrido de 34 días por territorios de diez pueblos originarios, es una pieza que merece ser debatida y estudiada por las personas organizadas en movimientos.


La economía política de la revuelta

¿Cómo se sostienen los rebeldes, que por momentos suman porciones importantes de la población? ¿Qué hacen para reproducir su vida material, desde la alimentación hasta la salud, cuando la vida económica ha sido paralizada?


Cuba y el anticapitalismo hoy. La revolución como problema

Pertenezco a la generación que creció influenciada por el clima político y cultural de la revolución cubana. Me contagié del entusiasmo que generaba, en particular, la figura del Che, quien no dudó en dejar las comodidades de la vida urbana posrevolucionaria para caminar selvas y montañas, porque «el deber de todo revolucionario es hacer la revolución».
Hoy Cuba atraviesa una situación compleja, que me lleva a reflexionar en varios tiempos sobre la coyuntura, la estructura y el concepto mismo de revolución.


Encima de las nubes, a la altura de los sueños

Llegar hasta Alto Fucha es un viaje cuesta arriba. Salir de Bogotá rumbo al suroriente, atravesar la enorme localidad de San Cristóbal y emprender la trepada hasta adentrarse en la cordillera bordeando el río que serpentea montaña abajo. En Alto Fucha viven una seis mil personas, pero en La Cecilia, este barrio encajonado entre el páramo y el valle por el que desciende el río Fucha, serán poco más de mil. Sobre la calle principal, siempre vertical, se levanta la Casa de la Lluvia (de Ideas). Sobre la puerta, un enorme cartel tejido en lana reza: “Digna Rabia”. Iván de Huertopía, un colectivo pionero que sostiene varias huertas e impulsa decenas, explica:


El segundo progresismo, por debajo del primero

Hay quienes sostienen que estamos ante una segunda oleada de gobiernos progresistas en América Latina. La primera habría sido en la década de 2000, través de los gobiernos de Hugo Chavez (1999-2013), Lula da Silva (2003-2016), Néstor Kirchner y Cristina Fernández (2003-2015), Evo Morales (2006-2019) y Rafael Correa (2007-2017). La nueva oleada parece estar encabezada por gobiernos como el de Alberto Fernández (2019), Gabriel Boric (2022) y probablemente Lula y Gustavo Petro en caso de que triunfen en las elecciones de este año. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador es distinto: demasiado tardío para ser parte de la primera oleada y demasiado conservador para aplicarle el adjetivo de progresista.


Colombia: A un año de la revuelta. Cali, dignidad y esperanza

Una de las principales conquistas de la revuelta es la conciencia de autonomía y de la fuerza de abajo, que se resumen en el lema “Cali capital de la Resistencia”.


Violencia, no violencia y pacifismo

Es posible que esos cambios internos tengan relación con la opción de no guerra, de resistencia civil pacífica que han hecho los zapatistas. Hemos aprendido que el EZLN obedece realmente a sus bases de apoyo, que son las que marcan los rumbos. Estamos ante una revolución interna, tan potente que está modificando el viejo “sentido común” revolucionario.


La izquierda ante la invasión a Ucrania, mantener el timón con firmeza

En los períodos de caos sistémico, es más importante que nunca “mantener con firmeza el timón”, nos alertaba Immanuel Wallerstein. Se refería a no ceder ante la tentación de las generalizaciones, o del universalismo, pero tampoco dejarse atrapar en los detalles, en la tendencia a ver sólo la coyuntura desgajada del contexto. De alguna manera, era un llamado al equilibrio analítico, en momentos en los cuales a la natural complejidad socio-histórica se le suma la dificultad de “manejar un bote en aguas turbulentas”, como señala el sociólogo.


Sobre victorias y derrotas

En la política hegemónica, se trata de caminar en línea más o menos recta hacia un objetivo, a veces atravesando enormes sacrificios, para comenzar a descansar (así se lo imagina) cuando se llega al poder.
En la lógica de los pueblos, como ya enseñó el Viejo Antonio, se camina en redondo y nunca se deja de caminar, porque resistir y luchar no es un “medio para”, sino la forma de vida elegida para seguir siendo.


Amurallar a los pobres

República Dominicana comenzó la construcción del que será el primer gran muro fronterizo entre países de América Latina y el Caribe. La obra de hormigón armado tendrá 160 kilómetros de extensión, de casi cuatro metros de altura y 20 centímetros de espesor. La frontera binacional tiene 380 kilómetros, con lo cual casi la mitad estará amurallada. El muro contará con 70 torres de vigilancia, además de sensores de movimiento, cámaras de reconocimiento facial, radares y sistemas de rayos infrarrojos. El costo total será de unos 31 millones de dólares. Según declaraciones del gobierno, se trata de controlar la migración ilegal y el crimen organizado.