Autor: “ Raúl Prada Alcoreza”

En el drama de la destrucción del planeta, de las comunidades y la vida ¿Qué es la vida?

Hemos dicho que la vida es materia sensible, recogiendo este enunciado de la biología. También hemos dicho que la vida se caracteriza por sus capacidades de reproducción, nutrición y organización; lo mismo, enunciado derivado de la biología. Añadiéndole el enunciado de la teoría de sistemas autopoiética, que considera que la vida tiene la propiedad o facultad de autopoiesis. Sin embargo, considerando que las macro-moléculas crean la vida, como la concibe la biología, conformando la neguentropía, organizada, autorregulada, administrada, hemos ampliado el concepto de vida a esta dinámica molecular. A partir de este cruce del umbral, nos desplazamos a las consecuencias teóricas de este cruce del límite epistemológico de la biología.


Bolivia: Colonialismo extractivista y dependencia con el litio

El “gobierno progresista” de Bolivia ha entregado las reservas naturales del litio y otros recursos, que contiene el inmenso Salar de Uyuni, a la vorágine capitalista de las empresas trasnacionales extractivistas; contraviniendo la Constitución[1]. Sin que sepan los y las bolivianas, propietarios natos, declarados por la Constitución. Con maniobras sinuosas, movimientos sigilosos y secretos ha ofertado las riquezas del salar


Activismo ecológico

Si partimos de la premisa - suponiendo o forzando que todos estamos de acuerdo con ella, aunque sea parcialmente - de que de lo que se trata conseguir es la reinserción de las sociedades humanas a los ciclos vitales y ecológicos del planeta; entonces, ya tendríamos un referente para ponderar a los activismos. La pregunta es: ¿Cuánto se ha caminado en la perspectiva de conseguir este logro?

¿Qué tenemos? Por un lado, una predisposición maquínica del sistema-mundo, que avanza con todo el peso de sus maquinarias; por otro lado, un diagnóstico científico no solo alarmante, sino catastrófico. En este caso, la descripción y la explicación científicas no convencen ni a los organismos internacionales, ni a los estados, incluso ni a las mayorías de los pueblos y sociedades.
¿Qué tienen que hacer los colectivos activistas y los pueblos movilizados para revertir esta situación?


Venezuela: El dilema

la derrota de una revolución alegra a los sectores conservadores, a los partidos que los representan; tanto a nivel nacional como a escala internacional. Esto es archisabido; forma parte de la experiencia política social. El problema es que no se puede culpar por el fracaso de una revolución a la “derecha”. Usando este referente, heredado del parlamento francés de la revolución de 1789, la “derecha” siempre va a tratar de llevar agua a su molino; incluso va a tratar de retomar el poder, hablando en lenguaje común. Para entender esto no hay que dar muchas vueltas, ni insistir, como si nadie lo supiera, a través de los medios oficiales. El tema es: que sabiendo esto, por qué no se ha asumido responsablemente el “proceso de cambio”. La mejor arma para detener a la “derecha”, para debilitarla y disminuir sus posibilidades, es llevar a cabo la revolución; ésta no se hace con demagogias, con teatro político, montajes, espectáculos, simulaciones mediáticas. La revolución se hace mediante transformaciones estructurales e institucionales, con plena participación popular. Todo esto ha brillado por su ausencia. Ha sido la burocracia la que ha asumido el rol conductor; poniendo obstáculos institucionales a la participación abierta del pueblo.
El caudillo, la convocatoria del mito, fue como amurallado, salvo en las ocasiones espectaculares, cuyo objetivo era precisamente el impacto comunicacional más que el involucramiento en una pedagogía política de las multitudes. El caudillo pudo mantener la cohesión de las fuerzas bolivarianas, tanto del partido como del pueblo adherente, fiel a la convocatoria del líder. El pueblo cumplió lealmente con el pedido del caudillo, antes de su fallecimiento, votar por el candidato oficial. Ya no lo hizo en las recientes elecciones parlamentarias.
El dilema, entonces, no es resoluble si nos quedamos con las dos opciones mencionadas, que es precisamente al dualismo que acude el partido del gobierno populista; ¡o nosotros o ellos! La historia efectiva no es tan elemental como ese esquematismo deslucido. Hay un campo de posibilidades; que estas posibilidades puedan emerger depende de liberar la potencia social. Esto, obviamente no se logra con convocatorias a la “defensa de la revolución” de parte de la burocracia; esto es un chantaje emocional. Liberar la potencia social exige liberarse de los fetichismos ideológicos, de los fetichismos institucionales, de los fetichismos vanguardistas, sobre todo, de los chantajes emocionales del partido. La autodeterminación popular es el camino para liberar la potencia social creativa.


Revolucionarios de pacotilla

No se puede permitir que la comedia grotesca continúe. Que la revolución bolivariana siga siendo manoseada por la burocracia decadente, para cubrir su fracaso gubernamental, además de la usurpación de las voluntades populares, la usurpación del erario estatal, mediante la corrosión institucional y la corrupción. Si hay algo que salvar, fuera de la memoria de la revolución bolivariana y los logros que quedan, es su Constitución bolivariana, participativa y autogestionaria.


Subversión corporal y ecológica

Los activismos ecologistas han sido insuficientes; si bien han logrado colocar en agenda el problema de la crisis ecológica, la misma colocación en agenda parece un procedimiento de matización y minimización del problema. No se nota, por ningún lado, la comprensión, el entendimiento, el conocimiento y la consciencia de la envergadura del problema. Se lo asume como uno más de los problemas que atender en la agenda de las burocracias internacionales y nacionales; algunos estilos de política, sobre todo populista, incluso han incorporado la crisis ecológica, a su manera, para ganar convocatoria y para legitimar sus políticas. Es más, como sarcasmo, son estos mismos políticos en el gobierno los que se encargan de expandir e intensificar el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente.


Acontecimiento vital

El ser humano es ser en el Oikos y con todos los seres vitales, con todas las sociedades orgánicas. Es ser abierto a todos los seres del planeta y compenetrado por todos los seres del Oikos. No hay que olvidar nunca que el ser humano comparte con las plantas y animales el genoma inaugural, el último ancestro común (LUCA). El ser humano es un ser en el Oikos, como todos los seres orgánicos de la Tierra. Es un ser orgánico singular, en tanto humano, abierto a la pluralidad de singularidades de los seres orgánicos y compenetrado por ellos. En consecuencia, se puede decir que son seres entrelazados, son seres porque son los unos para los otros. Que esto no haya entendido el humano, sobre todo, el humano moderno, es efecto, como obstáculo epistemológico, del fetichismo ideológico, del fetichismo institucional, del fetichismo de la civilización moderna, con todos los mitos que conlleva, la historia, el “desarrollo”, el “progreso”, la “evolución”.


Coyuntura descoyuntada y mundo al revés

¿Por qué convocar a una Asamblea Constituyente si se tiene una Constitución bolivariana?


La potencia constituyente

¿Qué significa lo que pretende el “gobierno progresista” en Venezuela, al convocar a una Asamblea Constituyente? No se trata de una Asamblea Constituyente originaria, pues no nace de las entrañas de la movilización social, como ocurrió con la Constitución bolivariana. Es una Asamblea Constituyente convocada desde el poder constituido, desde el gobierno y los aparatos de Estado controlados, menos uno. ¿Por qué convoca el gobierno “chavista” a una Asamblea Constituyente? No es un mandato popular, no es un mandato de la movilización social, no es un mandato de los movimientos sociales anti-sistémicos; es una medida desesperada de la casta burocrática, que se apoderó del proceso de cambio y de la revolución bolivariana.


Crítica descolonizadora al discurso de-colonial

La llamada razón de-colonial no ha salido del circulo vicioso de la colonialidad, salvo discursivamente.
Deconstruir, desmantelar, diseminar el sistema-mundo capitalista significa, inmediatamente, deconstruir, desmantelar y diseminar la civilización moderna.


Apocalypse now. Comentario a la exposición sobre Acumulación por desposesión y movimientos sociales urbanos regionales en la crisis de Grecia de Chryssanthi Petropoulou

Chryssanthi Petropoulou hace una descripción minuciosa de las características de los nuevos movimientos sociales, la nueva generación de las luchas sociales. Son autogestionarios, se mueven en la perspectiva de la autonomía y del autogobierno de los pueblos, de las comunidades, de las ciudades; realizando localmente la democracia participativa, mediante asambleas, en la perspectiva de proyectar nacional, regional y mundialmente esta democracia participativa. La democracia, palabra griega y concepto devenido desde la democracia de Atenas, en la época de Pericles, no puede ser sino autogobierno del pueblo


Espesores del presente

El sistema-mundo capitalista funciona en constante crisis, pues su desarrollo, por así decirlo, relativo a la acumulación ampliada de capital, no puede darse sino generando crisis. Ahora bien, hay crisis que pueden sortearse, por el mismo crecimiento del sistema-mundo; en cambio, en contraste, hay crisis que no pueden resolverse de esta manera. Crisis que en vez de suspenderse, más bien se dilatan, creciendo, mas bien, la crisis misma, acumulándose; estas crisis guardadas son como bombas de tiempo, que se incrustan en las mismas estructuras del sistema-mundo.


La increíble historia de un ataque descomunal a una hormiga en el desierto.

La monstruosa bomba, casi bomba nuclear, por la explosión, hongo que forma e irradiación, mata a cerca de la cuarentena de soldados del Estado Islámico. ¿No es esto una descomunal ineficacia, tan descomunal como la misma bomba arrojada?


El oculto objeto del deseo

El objetivo militar estratégico de la hiper-potencia global del Norte no es exactamente Corea del Norte, sino la República Popular de China, la principal potencia económica del mundo.


Metáfora rebelde

La predicción del poeta Altazor es que mañana nos dejaremos llevar por el galope del caballo. El impulso vital nos llevará lejos, nos transformará, haciéndonos libres, plenamente. Experimentaremos plurales metamorfosis, trastrocamientos de los órdenes establecidos en el mundo.
¿Qué viene después del poeta? ¿La realización misma de la poesía? ¿Su realización plena y efectiva en el mundo? No solo mueren el poeta y la poesía; muere la luna con su noche a cuestas; en cambio, el sol saca del bolsillo el día. Concurre la iluminación, abriendo horizontes de visibilidad; abre los ojos el nuevo paisaje solemne. ¿Es cuando la poesía vuelve a sí misma, a la poiesis?


La guerra interminable de Corea

El contexto de la delimitación del paralelo 38, que separa las Coreas, y el armisticio, se dieron en el comienzo de la guerra fría. No había condiciones para lograr la institucionalización de la paz; pero, ¿cuando terminó la guerra fría, no era el momento adecuado para hacerlo? ¿Por qué no se lo hizo? ¿Por qué no se lo hace? ¿A quiénes les conviene que esto no ocurra? Aquí parece encontrarse el meollo de la cuestión.
¿Qué se gana con esta actitud de disuasiones en el umbral? ¿Quiénes ganan? También hay que preguntarse ¿quiénes pierden? Ganan las burguesías de la industria de armamentos, gana la autocracia a costa de un pueblo mantenido en Estado de guerra. Pierden los pueblos ante el constante chantaje de la amenaza de guerra. No hay que olvidar, sin embargo, que aunque se mantengan en el umbral de la guerra, amenazándose, un chispazo descontrolado puede ocasionar la guerra, aunque no fuera exactamente lo que buscaban.


Los falsos enemigos de esta guerra: La manipulación de la opinión pública

En relación a la ya larga guerra supuesta contra el ISIS, asombra que potencias militares, que dicen estar contra el “terrorismo”, ya se trate de la OTAN, de Estados Unidos de Norte América, por un lado, ya se trate de la Federación Rusa, por otro lado, no puedan ganarla y definirla en corto tiempo, de una manera contundente, frente a destacamentos irregulares. ¿Qué hay entre medio? ¿Cómo explicar esta incongruencia? ¿Es que quieren mantener una guerra y prolongarla, pues se benefician de ella? Llama la atención que la opinión pública mundial, más formada e informada que las anteriores, no cuestione al respecto, no reclame esclarecimientos y acciones contundentes en relación a semejante sinuosa y beligerante organización armada fundamentalista, que usa el método del terror para someter, convencer y ganar adeptos.
La coyuntura mundial es altamente peligrosa; por un lado, estamos ante potencias, que están armadas con armas de destrucción masivas y máquinas de guerra casi incontenibles; por otro lado, tenemos a una opinión pública prácticamente pusilánime. Ocurre como si no hubiera voluntades ni fuerzas para oponerse al camino a la catástrofe mundial. Como si miraran cansados desde sus ventanas el atardecer, esperando la llegada del hongo nuclear, que anuncia su propia desaparición.


Ante la amenaza a Venezuela y la región: La defensa de los pueblos

En el caso de la crisis de la revolución bolivariana de Venezuela, el esquematismo dualista supone, de antemano, el dilema de o la defensa a ciegas de la “revolución” o el neoliberalismo; en escala mundial, o el imperialismo. Este dilema solo puede ser considerado en una dimensión unidimensional; incluso en este caso, no pierde su condición paradójica: los enemigos resultan cómplices de la reproducción del poder, por lo tanto, de las dominaciones polimorfas, en los perfiles políticos en que los dos “enemigos” se confrontan.


Ante las amenazas de guerras. Movilización general

La convocatoria a los pueblos a auto-gobernarnos, auto-gestionarnos, a consensuar democráticamente, a formar alianzas y confederaciones, es complemento de la convocatoria a la defensa.


Tristezas del análisis político (r)

Asombra el “análisis político” o lo que se dice ser tal. Unas veces se pierde en la elucubración de los paradigmas heredados; importándole más seguir la estructura deductiva de los paradigmas, que contrastarlos con lo que ocurre, con los sucesos, eventos y decursos políticos. Otras veces se asume de abogado de la ideología, defendiéndola a rajatabla; en estos casos, le parece preferible la verdad de la ideología, aunque no sea demostrada, pues, por lo menos apunta a finalidades, a telos, de manera teleológica. Empobreciendo su discursividad y enunciación, otras veces se encarga de justificar los vaivenes gubernamentales o las contradicciones de los partidarios.