Autor: “María Landi”

Nuevo informe palestino sobre el apartheid israelí

No resulta sorprendente que, una vez más, la comunidad internacional haya ignorado -o al menos soslayado- un nuevo informe sobre el apartheid israelí, dado a conocer el 29 de noviembre pasado; es el último de este año, que se suma a la cascada de informes iniciada a principios de 2021 con el de B’Tselem-.
Y no sorprende, repito, porque este importante informe de 220 páginas fue elaborado por la prestigiosa organización de derechos humanos palestina Al-Haq, con la adhesión de otras organizaciones de la sociedad civil palestina*. Hay una inclinación casi atávica en Occidente a soslayar todo lo que tiene autoría palestina.


Palestina: El resurgir de la lucha armada en Cisjordania

Según el mandato recibido en los Acuerdos de Oslo, la Autoridad Palestina se dedicó durante estas dos décadas a suprimir y reprimir a las organizaciones armadas en Cisjordania, en estrecha coordinación con las fuerzas israelíes. Mayoritariamente las nuevas acciones hoy día tienen dos características fundamentales: son acciones individuales o de grupos muy pequeños distantes de los partidos y son de base comunitaria, o sea que están arraigados a la población y no a esta o aquella ideología.


Palestina: En el reino del revés, la víctima es el agresor

En Palestina antes el papel protagonista estaba en manos de los partidos, luego en manos de las “autoridades palestinas”, hoy va surgiendo el protagonismo de otro sujeto, el sujeto comunitario.


Palestina, las cosas por su nombre: “Una sola bala hirió a todo un pueblo”. Sobre el asesinato de la periodista Shirin Abu Aqleh

El funeral de Shirin fue el más largo y multitudinario que se recuerde en Palestina en muchas décadas. Su pueblo la arropó y acompañó en una masiva manifestación de amor, de dolor y de ira, en los 75 km que recorrió desde Yenín hasta Ramala y de allí a Jerusalén. Hay que poner en contexto las imágenes conmovedoras que recibimos de ese funeral: Jerusalén Este es una ciudad ocupada y anexada por Israel


Palestina, las cosas por su nombre. Cuando el apartheid se mete en tu cama

Cuando estaba en secundaria, mi profesor de historia enfatizaba que una de las señales más claras de la transformación de Alemania en un estado totalitario en los años treinta era la intervención del gobierno en la vida afectiva de la ciudadanía: la prohibición a la población “aria”
de tener relaciones sentimentales con personas “indeseables” como las judías.»
Uri Yacobi Keller (investigador judío-alemán)


Palestina. Sobre agresión militar, resistencia y sanciones: La doble moral de Occidente

El pueblo palestino lleva más de siete décadas padeciendo limpieza étnica, agresión militar, ocupación y colonización de su tierra por una potencia militar y nuclear; pero la comunidad internacional considera su resistencia armada como terrorismo, al tiempo que afirma el “derecho a defenderse” de su agresor.


Palestina: Desde el río hasta el mar

Ya el ex primer ministro y fundador de Israel David Ben Gurion había advertido tras la ocupación de 1967: «Será mejor que Israel se deshaga de los territorios y de su población árabe lo antes posible. Si no lo hace, se convertirá pronto en un Estado de apartheid». En 1976 el premier Rabin hizo una advertencia similar. En 2007 el primer ministro, Ehud Olmert, y en 2010 su par, Ehud Barak, advirtieron que si no se negocia una solución de dos Estados, Israel se enfrentaría a una lucha al estilo de la sudafricana y sería el fin del Estado judío. El momento sudafricano no llegó aún, pero hoy se ve mucho más cerca.


Palestina: La crueldad como política de Estado – La historia de Harun

Hace muchos años un amigo palestino me dijo: «El mundo no puede creer todo lo que nos hace Israel. Por eso necesitamos voces israelíes que lo cuenten.» Esa frase inolvidable de mi amigo vale para los hechos de hace 74 años –la limpieza étnica, la destrucción y la muerte que dieron origen al Estado de Israel− como para lo que viven todos los días desde entonces, bajo las mil y una políticas que tienen como único propósito hacer de la vida palestina un infierno cotidiano, hasta aniquilarla.


Palestina 2021: el año en que el apartheid se volvió «mainstream»

(Mainstream=Convencional) La legitimidad de la causa palestina creció, mientras la del Estado de Israel avanzó hacia un deterioro irreversible. El reciente incremento de las acciones violentas en Cisjordania parece indicar que la población palestina ha decidido defender sus tierras del robo y la agresión israelí por todos los medios posibles. El pueblo palestino sabe muy bien desde hace tiempo que solo la movilización popular y desde abajo inclinará la balanza en su favor, y por eso nos pide intensificar las campañas de boicot, presión, desobediencia y sanciones. Que en 2022 nos encontremos en las calles y en las redes para derrotar al único apartheid del siglo XXI.


Palestina: Cuando ya no hay nada que perder

Este mes una noticia se destacó sobre las habituales atrocidades que ocurren en Palestina sin llamar la atención de los medios: el 6 de septiembre seis presos palestinos se escaparon de la cárcel de máxima seguridad de Gilboa, en el norte de lo que hoy es Israel. Haciendo un pequeño hoyo en el baño de la celda, cavaron durante un año un estrecho túnel por el que salieron al descampado.


Las mujeres afganas y las lágrimas de cocodrilo

EE.UU. es experto en entenderse y hacer negocios con los señores de la guerra de turno, sin importarle un bledo lo que esos grupos hacen con las mujeres afganas. En los ochenta, en el marco de la Guerra Fría, armó y empoderó a los muyahidines que peleaban contra el régimen comunista apoyado por la Unión Soviética, sin importarle que la caída de ese gobierno y el ascenso de los muyahidines implicara que las mujeres perdieran derechos y libertades recién adquiridos. Tampoco le importó los innumerables crímenes cometidos por los diferentes grupos islamistas y el caos al que llevaron al país, que desembocó en el advenimiento del régimen Talibán.


Palestina: Resistencia y martirio en Beita

Ya son seis los palestinos asesinados por el ejército israelí en Beita, la aldea al sureste de Nablus donde la población está protestando semanalmente desde mayo contra la instalación de Evyatar, una nueva colonia ilegal instalada en una colina que pertenece a las familias de Beita. A fines de junio, y debido a la intensidad de las movilizaciones palestinas, los colonos aceptaron un compromiso con el primer ministro Naftali Bennett y el ministro de Defensa Benny Gantz, por el que abandonarán el lugar, pero las casas permanecerán en su lugar, mientras el gobierno de ocupación ‘estudia la situación legal del terreno’.


Palestina, las cosas por su nombre: Sobre helados, espionaje y otros escándalos

Estos días un tema llenó los titulares de los grandes medios en prácticamente todo el mundo: el espionaje de que fueron objeto a través de sus teléfonos celulares cientos de políticos, periodistas, activistas de derechos humanos, sindicalistas y ejecutivos de 50 países, incluido México, por gobiernos que usaron el spyware Pegasus de la empresa israelí NSO Group. Esto fue revelado por el Proyecto Pegasus, un consorcio global formado por más de 80 periodistas y 17 medios de 10 países, coordinado por la ONG francesa Forbidden Stories con apoyo técnico del Laboratorio de Seguridad de Amnistía Internacional.


La Autoridad Palestina y la represión. Una colaboración eficiente y mortal

A las 3:30 de la madrugada del jueves 24 de junio, unos 25 efectivos uniformados, enmascarados y fuertemente armados irrumpieron en una vivienda palestina en el pueblo de Dura en Cisjordania ocupada. Los efectivos se abalanzaron sobre el activista Nizar Banat, todavía semidormido, rociaron su rostro con gas pimienta y empezaron a golpearlo brutalmente con palos de madera y de metal; lo metieron en un vehículo y se lo llevaron con rumbo desconocido. Apenas unas horas después su familia fue informada de que Nizar había muerto. Banat tenía moretones en todo el cuerpo, había sido severamente golpeado en la cabeza, el pecho, el cuello, tenía fractura de costillas y sangre en los pulmones.
Este modus operandi, habitual de las fuerzas israelíes en Cisjordania, no sería sorprendente si no fuera porque en este caso se trataba de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina…


¿A qué ‘normalidad’ quieren que vuelva Palestina?

Queda por saber si lograrán sostener y fortalecer la resistencia, o si el régimen israelí la aplastará en otro baño de sangre. Dependerá, en buena medida, de la vigilancia atenta y activa de las multitudes que durante los bombardeos sobre Gaza salieron masivamente a las calles en casi todas las capitales del mundo –pese a la traición o cobardía de sus gobiernos− para expresar una vez más que la causa palestina es la de todos los pueblos que luchan contra el colonialismo, el racismo y el supremacismo, por libertad, justicia e igualdad. Aunque Palestina no esté en los medios, su pueblo nos pide que sigamos estando junto a ella.


Vacunas y elecciones en el escenario del apartheid israelí

Mientras un eficiente aparato de propaganda desparrama la imagen de Israel como campeón mundial en vacunación y democracia vibrante que celebra la cuarta elección nacional en dos años, la realidad en el terreno muestra el verdadero rostro del régimen que decide quiénes reciben la vacuna y votan y quiénes no, según su etnicidad. Y eso tiene un nombre: apartheid.


Palestina en el corazón: Si nos roban Sheikh Jarrah (barrio palestino de Jerusalén)

Sheikh Jarrah −un barrio al norte de la Ciudad Vieja de Jerusalén− fue un lugar clave y estratégico durante la invasión sionista de 1948. La zona había sido testigo de los “combates más duros” en la ciudad, ya que la toma de Sheikh Jarrah significaba la centralización del control israelí sobre la ciudad. Hoy, cuando se oculta el nombre de Palestina, Sheikh Jarrah es uno de los últimos frentes de la ciudad que aún se resiste a la completa israelización.


Palestina, las cosas por su nombre: De pesebres y vacunas, o del empeño en hacer invisible a un pueblo

Ese pueblo resiste con cada célula de sus cuerpos castigados, con cada inhalación y exhalación del aire que respiran (muchas veces tóxico por los gases lacrimógenos), con cada olivo arrancado que vuelven a plantar, con cada bebé que vuelven a parir las mujeres que tienen a otros tras las rejas o bajo tierra, con cada estudiante o militante de base que sale de la cárcel y vuelve a la universidad o al campo de refugiados para retomar la lucha, con cada comunidad pastoril que vuelve a reconstruir su mezquita, su escuela, sus casitas y corrales de ovejas, su pozo de agua o panel solar, para reafirmar su voluntad porfiada de permanecer en su tierra, a cualquier precio. Porque “existir es resistir” no es una simple consigna: es una actitud vital, visceral.


Palestina, las cosas por su nombre: Misiles contra globos encendidos. La última escalada en Gaza

Desde el 11 de agosto –y ante el silencio de los medios hegemónicos− Israel está lanzando bombas sobre objetivos estratégicos en la Franja de Gaza (infraestructura, depósitos de armas, viviendas de dirigentes). Incluso ‘por error’ un misil cayó sobre una escuela de la UNRWA en el campo de refugiados de al-Shati.
La excusa esta vez son los globos (y cometas) con pequeños objetos encendidos atados al piolín que grupos de jóvenes gazatíes lanzan hacia el otro lado de la valla que encierra a Gaza. Israel afirma que los globos incendiarios son obra de Hamas.
Pero los jóvenes que lanzan los globos dicen algo muy distinto. Ellos buscan llamar la atención del mundo, que mira para otro lado mientras Gaza agoniza.


Palestina: con o sin anexión, la ocupación colonial debe terminar

En una reciente entrevista con la BBC, el saliente embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, resumió la política de su país con total claridad: toda la tierra [de la Palestina histórica] le pertenece a Israel porque Dios se la dio. La Biblia es su título de propiedad.