:: Barrio y ciudad
Del urbanismo a la autogestión: Historia del movimiento de okupación en España. Primera parte de tres.
ÍNDICE de esta primera parte:
PRÓLOGO: PAN-TOPÍAS PARA OKUPAS
INTRODUCCIÓN
OKUPAR EN EUROPA
DEL MOVIMIENTO DE OKUPACIÓN EN ESPAÑA
MANI-FIESTA-ACCIÓN: LA CONTESTACIÓN OKUPA EN LA CALLE (MADRID, 1985-2002)
Chile: Resistencia en Valparaíso musicaliza sus cerros, balcones y techos este domingo
COMPARTIR ES EL VERBO - Salir a los balcones y a los techos
México: Decididos a no moverse
Los familiares de desaparecidos escribieron con letras gigantes frente a Palacio Nacional: “¿Dónde están?”.
Bolivia: Racismo, democracia intercultural y descolonización
Cuánto no sería lo deseable que en vez de producirse agrias disputas por adelantar o retrasar la fecha de elecciones por ejemplo, que solo muestra una inocultable preocupación por el poder (legitimar el gobierno lo llaman); más bien se aproveche el tiempo de transición para desplegar un conjunto de iniciativas que permitan profundizar la democracia hacia la interculturalidad. Debería existir el convencimiento de que es el mejor camino (sino el único) para saldar diferencias y pacificar efectivamente el país, al margen de poder abordar con solvencia ese fantasma que hace presentir que el masismo podría retornar, nada menos que de la mano de un electorado que se suponía lo había derrotado y cerrado las puertas
Priorizar la vida o la economía dictará los rumbos urbanos pospandemia
Lo primero es salvar vidas, exigió la pandemia covid-19, en un esfuerzo con que se evitó, además, que las pérdidas económicas fuesen aún más demoledoras si no se hubieran impuesto duros aislamientos. Pero esa prioridad puede invertirse tras la crisis y desecharse lecciones que abrirían caminos para modelar mejores ciudades.
No se puede impedir que la gente siembre su comida en terrenos públicos en forma de ocupación provisional mientras dure la pandemia y la crisis que viene
Los gobiernos no pueden impedir que la gente siembre su propia comida en terrenos públicos que no tienen ninguna utilidad en medio de la cuarentena. No pueden acusarlos de invasores porque ellos han planteado que es una ocupación provisional mientras dure la pandemia y la crisis económica que está en ciernes. No puede el gobierno decir que es un grupo que desconoce la institucionalidad porque ya se preparan para presentar ante el Estado sus propios proyectos que piensan manejar desde esa “fuerza interna” que está en construcción.
Argentina: el milagro de la vida en las periferias urbanas
La primer trashumancia fue salir de un proyecto de extensión en la Universidad de San Luis, migrar de lo institucional a la intemperie, porque dentro de las instituciones estaba todo podrido y el pensamiento critico era muy conformista.
Nos decidimos a trabajar en los territorios de los sectores populares, para que ellos mismos dirigieran sus propias organizaciones.
Mexiquenses se organizan frente a crisis alimenticia
En la ausencia del Estado, como ocurría antes de la pandemia, son las redes feministas en el Estado de México quienes han entrado al quite para apoyar a mujeres como Angélica y otras jefas de familia cuyo sustento se vio afectado por la pérdida de trabajos o reducción de ingresos por la cuarentena para mitigar el COVID-19.
La Colectiva Moradas es una de las muestras de solidaridad ciudadana en Nezahualcóyot.
Alto Fucha. Utopía desde los cerros orientales de Bogotá
Reportaje a la población insumisa de estos cerros de la capital de Colombia.
Movimientos en la pandemia: agricultura urbana, autonomía alimentaria y huida de las ciudades
“Promover la agricultura urbana orgánica como estrategia a corto, mediano y largo plazo para enfrentar la hambruna y desarrollar economías regenerativas, revitalizar e impulsar la organización comunitaria”, es la propuesta de un grupo de jóvenes de la Universidad del Cauca que están desbrozando tierras en la zona norte de Popayán, en el barrio La Paz y en la vereda Lame.
Los trabajos comenzaron dos semanas atrás y se van incorporando vecinos que necesitan alimentos. A mediano plazo buscarán más espacios para cultivar, en patios, solares, terrazas y cualquier lugar donde las familias puedan comenzar a transitar su autonomía alimentaria
Informe especial y entrevistas en la Ocupación de Santa Catalina, Uruguay
ANTE LA FALTA DE SOLUCIONES HABITACIONES, JÓVENES TRABAJADORES FORJAN SU PROPIO DESTINO
Ocupar tierras por necesidad y sin ánimo de delito, no es crimen
El fiscal Diego Pérez no tiene dudas. Enceguecido, acusa por asociación para delinquir desechando el contenido social de los hechos. ¡Transmuta un movimiento social en organización delictiva! Asume la misión sagrada de defender la dictadura del capital sobre los más jodidos e indefensos asalariados. Un ejercicio desmedido de poder que, en su filosofía, encierra las bases del terrorismo de Estado.
Vivimos en patrias diferente, señor fiscal, la suya es la de los especuladores inmobiliarios protegidos por el Estado de Derecho, la nuestra es la patria de los trabajadores y trabajadoras que viven en el Estado de Necesidad.
La Ciudad social, un antídoto para el COVID-19
Debemos producir socialmente otro espacio de ciudad, y para ello es esencial fortalecer la centralidad de los barrios, la solidaridad vecinal, la gestión directa de los ciudadanos del patrimonio común que atesoran las ciudades, el cuidado y la responsabilidad colectivas
Cuarentena y dinámica de barrio
El encierro está significando en muchas partes el aislamiento y distanciamiento de la gente entre sí. Efectivamente no podemos estos días compartir cuerpo a cuerpo, mano a mano, codo a codo, pero lo que podemos hacer es trabajar en dos direcciones:
Estudiar y sembrar para modificar el carácter patriarcal de las relaciones familiares, especialmente los hombres, acostumbrados a que la madre y las hermanas hagan todas las actividades domésticas que en estos días perfectamente pueden ser compartidas creando nuevos hábitos.
En segundo lugar valorizar y revalorizar el barrio y la población.
Chile: Campamentos en tiempos de pandemia
Así se vive el día a día de la pandemia en tres de los más de 800 campamentos que existen en el país, lugares donde los vecinos se organizan como pueden para sobrellevar la crisis.
Argentina: La cuarentena en los barrios populares
El enfoque informativo predominante supone que toda la Argentina tiene las posibilidades de aislamiento de la clase media. En el país, sin embargo, cuatro millones de personas viven en barrios populares, de urbanización precaria, lo que en muchos casos significa condiciones de hacinamiento y ninguna posibilidad de hacer trabajo en casa.
Aplique eso para todo el mundo.
Resguardarse en la casa es un elemento importante, pero que no alcanza en los sectores más humildes, que no tienen las condiciones de la clase media. Lo que estamos viendo, en general, es que la gente está en la puerta de la casa pero sin salir del barrio, como si fuera un domingo. La actividad comunitaria sí es mayor, porque hay más gente entregando viandas en los comedores y aumentó el número de familias y de chicos que vienen a pedir a alimentos. En este sentido, lo que se ve venir es un esquema en el que la militancia social cubra la logística necesaria para que las familias no se queden sin alimentos.
Nosotros decimos que esa “militancia social” en Argentina son los partidos camuflados, por lo tanto pensamos que esas tareas puede hacerlas la autoorganización vecinal del barrio
Euzkal Herria (País Vasco). La redes de solidaridad de barrio: frente a la emergencia y contra la “normalidad”
En la crisis, como en la “normalidad” (capitalista), emergen dos maneras de habitar el mundo, dos mundos enfrentados y dos éticas antagónicas: a un lado, el mundo de quién apuesta por delegar todo en las instituciones y se enfrenta a la crisis de forma individualista, bajo la lógica del “sálvese quién pueda”; al otro lado, el mundo de quienes apostamos por otra forma de hacer y de organizarnos, colectiva y comunitaria, con el objetivo de crear redes de cuidado y apoyo mutuo y de autodefentsa de barrio (auzodefentsa).
Vulnerables, frágiles, precarias: hacia una articulación política de los balcones
Caminar hacia una articulación política de los balcones. Inmersos en lo que Pasolini hubiese llamado apocalipsis latente, transitamos hacia una política de lo común que lo muestra como abierto e incompleto, deseablemente imposible. Somos vulnerables, precarias, frágiles. Somos todo ello y, en consecuencia, somos comunidad.
Chile: barricadas de vecinos impiden tránsito de la capital a ciudades costeras
Muy interesante. Población por iniciativa propia no se encierra en casa, sino que cierra la comuna. Eso según la constitución, el estado y las leyes es ilegal, pero no los han reprimido, pues sólo reprimen a los que exigen el Fuera Piñera y fin del patriarcado. Esa experiencia abre las puertas de la autoprotección vecinal contra la pandemia, bloqueando barrios y distribuyendo tareas de administración barrial como brigadas de salud y brigadas de producción de alimentos catastrando los terrenos privados y fiscales para transformarlos en huertas vecinales, pero sólo a condición de dejar la tontería de que los cambios se harán una vez que “los buenos” tomen el poder. O sea que hay que cerrarle el paso a los partidos políticos de derecha, de izquierda, de centro y extremos. Abran paso a los vecinos!
Barrios y vecinas organizadas contra la pandemia global
La cuarentena obligatoria ha acentuado las dificultades para conciliar y ha dejado en situación de vulnerabilidad a las personas mayores, la población que corre más riesgo frente al Covid-19. Desde el pasado fin de semana, las vecinas de Bilbao, al igual que en otros muchos municipios vascos, han articulado redes de solidaridad para cuidar a las personas de su entorno que lo necesiten.