Artículos de: 26 Septiembre 2016

Venezuela: Comenzó la traición alrededor del proyecto del Arco Minero

Lo que necesitamos, es un movimiento radical y libertario que desate de nuevo las energías revolucionarias que estos traidores han sabido aplastar.


Ecuador: Ocaso y muerte de una revolución que al parecer nunca nació

“Todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen,
como si dijéramos, dos veces […]:
una vez como tragedia y otra vez, como farsa”
Karl Marx,
El 18 de Brumario de Luis Bonaparte.


En la oposición a los derechos de la naturaleza asoma la divergencia entre izquierda y progresismo

En varios países, el cambio político de inicios de los años 2000 fue promovido por una izquierda abierta, plural y democrática. Se nutrió de múltiples movimientos sociales, cuestionaba las ideas convencionales del desarrollo, incluyendo la manía de crecer por exportaciones que satisfacían el consumismo de otros países (y de las propias elites nacionales), a costa de destruir el patrimonio ecológico nacional. Allí nacen las búsquedas postextractivistas.
Sin embargo, esa izquierda plural una vez que conquistó los gobiernos, en un lento proceso que llevó varios años, terminó convirtiéndose en el progresismo (4). Esta es una postura defensora de un desarrollismo que sigue basado en una explotación intensiva de los recursos naturales, donde el Estado busca captar mayores excedentes económicos con la ilusión de ayudar a los más pobres. En sus discursos se repite la idea de un crecimiento “sostenible”.


El bien común de la humanidad como matriz de la nueva sociedad

Empezar, de forma humilde y cotidiana, a pequeña escala, como lo han hecho por ejemplo los zapatistas, y después poco a poco ampliar esta visión para construir otra matriz de desarrollo humano. Esto es absolutamente necesario frente a la destrucción de la naturaleza que el capitalismo está provocando, y también de destrucción humana, cultural y espiritual.


Capitalismo especulativo, extractivismo y guerras de laboratorio

El capitalismo especulativo es el capitalismo de las burbujas especulativas, que corresponde a la dominancia del capitalismo financiero en el ciclo largo del capitalismo vigente[2]. El modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente corresponde a la geopolítica del sistema-mundo capitalista que distribuye centros de acumulación de capital y periferias de despojamiento y desposesión de recursos naturales[3]. Las guerras de laboratorio son los montajes bélicos locales y regionales, de alcance proyectado como irradiación mundial; guerras experimentales efectuadas por los servicios de inteligencia de las potencias y del imperio[4]. Parece que estos tres recortes de realidad, dados en la complejidad, sinónimo de realidad efectiva, se refuerzan mutuamente, en un sistema-mundo donde el capitalismo especulativo es posible porque se sostiene en la expansión intensiva del extractivismo. Ambos, capitalismo especulativo y extractivismo, amparados por los montajes de las guerras de laboratorio; aparecen como constante amenaza contra los pueblos, las sociedades y el mundo.