Autor: “Raúl Prada Alcoreza”

Consciencias culpables

Vamos a referirnos a la consciencia culpable, teniendo como marco la crítica genealógica de Nietzsche[1]; empero, indicando la manifestación de un estilo de consciencia culpable; la consciencia culpble de los que se comportan de manera inmoral, incluso opuesta a lo que se llama eufemísticamente las “buenas costumbres”; sin embargo, comparten con los moralistas, de manera simétrica, el mismo paradigma de prejuicios, el paradigma nihilista de la voluntad de nada.


Bolivia: La elección anulada

Las elecciones judiciales quedaron efectivamente anuladas; cuando fueron los votos válidos ampliamente sobrepasados por los votos nulos y los votos blancos. El 66,2% corresponde a votos nulos y blancos; el 33,8% corresponde a votos válidos. De la proporción de participación de votos nulos y blancos, el 53% corresponde a votos nulos; más de la mitad.


Bolivia: Anular las elecciones fraudulentas

El discurso jacobino de la revolución francesa dice que la soberanía radica en el pueblo; la Constitución dice lo mismo. ¿Qué significa este enunciado? Qué el pueblo está encima de la ley; también se puede decir que está por encima del Estado, por estar en el nacimiento mismo del Estado. Al expresar este enunciado la Constitución, ratifica la premisa de la revolución, hecha por el pueblo sublevado. En el ejercicio constitucional de la democracia institucionalizada, el pueblo toma decisiones, por así decirlo, en las elecciones, en los referéndums, en las consultas; incluso cuando se moviliza por demandas y reivindicaciones. Estas decisiones no son como las que corresponden a la acción colectiva, como en la rebelión, en la sublevación, en la subversión, en la revolución; sin embargo, se trata de decisiones populares, cuantificadas en las votaciones. Se trata del ejercicio de la soberanía popular en la vida cotidiana del ejercicio democrático formal. Al ser decisiones del pueblo, ni los gobernantes, ni los “representantes del pueblo”, menos las autoridades subalternas pueden cuestionar, objetar, ni transgredir. Hacerlo es estar no solo contra la democracia, el ejercicio de la democracia, sino atentar contra la base misma del Estado moderno, el Estado-nación, pues su cimiento ideológico es precisamente éste, el que la soberanía radica en el pueblo.


Bolivia: El descalabro e implosión de la forma de gubernamentalidad clientelar

Contra la Constitución, contra la democracia, contra el voto popular, sin ninguna vergüenza, el susodicho Tribunal Constitucional avala un nuevo atentado contra el ejercicio y contra la institucionalidad democrática. Al avalar la reelección del presidente y de otras autoridades, sin contar con los atributos ni la competencia para hacerlo; destrozando las reglas del juego y las normas, además de desechar flagrantemente la voluntad popular, un Tribunal sin competencia resume en este acto toda la pestilencia de una forma de gubernamentalidad, la clientelar, y todo el engranaje y el funcionamiento de la máquina del chantaje[1]. Es eso lo que son, los magistrados del Tribunal, los gobernantes, los funcionarios de gobierno y del aparato de Estado, además de la masa elocuente de llunk’us, la degradación política llevada a fondo, la decadencia llevada al extremo, el derrumbe ético y moral más patético y sin precedentes.
Ya no hay un ápice de institucionalidad, ha desaparecido todo vestigio de la democracia, fuera de haberse hundido, hace un tiempo, todo comportamiento que guarde, por lo menos, las mínimas apariencias. Asistimos al desborde grotesco del desquicio de la política más vil. Esta calamitosa situación descalabrada no puede cubrirse con nada, menos con discursos demagógicos, que, además, se pretenden de “izquierda” o de “representar” algo así como un “proceso de cambio”; proceso que desapareció una vez promulgada la Constitución. Ocurre como si la promulgación hubiese sido hecha para encubrir toda la cadena deleznable de fechorías que se iban a comentar y ya fueron cometidas.


Miserias de la publicística

Manejo propagandístico de la estadística, en verdad, de una parte, mas bien, elemental de la estadística, de las probabilidades convertidas en proporciones. Podemos ampliar la connotación y hablar también del uso de algunos indicadores escasos y generalizados de la estadística, las proporciones, en el “análisis político”. En este “análisis” la coyuntura o el “análisis de coyuntura” se habría reducido a la ponderación comentada de las “estadísticas” de opinión. La opinión pública es la tendencia o inclinación de preferencia, real o estimulada, de una sociedad o de un individuo hacia hechos sociales que le reporten interés.


Poliedro de la coyuntura

Aunque este estudio se aplica a Bolivia, puede aplicarse en cualquiera experiencia, de modo que haga usted el ejercicio de aplicarlo a la coyuntura chilena. Si usa la mirada de la complejidad verá que lo más importante no es el proceso electoral al que se ha restado la mitaf de la población votante. Por algo será.


Las armas de la crítica en la ontología de la praxis

Sectores autónomos y de izquierda crítica de Bolivia tras las malas experiencias de los gobiernos progresistas, en especial de Bolivia y Venezuela, han virado al revés y al derecho el viejo y anquilosado marxismo que han intentado aplicar estos y otros gobiernos con los fracasos ya por todos conocidos. De sus reflexiones estos últimos años el autor nos presenta una versión que dará para estudiar, aprender, superar y lo más importante, la autocrítica necesaria de todos, incluso ellos.


Bolivia: Descripción de los delitos constitucionales del “gobierno progresista”

No se trata de castigar a nadie, ni ponerlo en el cadalso, después de acusarlo y ponerlo en el banquillo de los acusados; esto sería, no salir del círculo vicioso del poder. Se trata de romper con este circuito vicioso, con este círculo, con esta orbita perversa. Se trata de salir de estas órbitas y generar fugas de las gravitaciones del poder, creando con los recorridos libres otros mundos, incluso otros universos.


Presente y pasado. Valoraciones y juicios teórico-políticos

Lo que sabemos ahora no estaba a la mano de los bolcheviques de entonces. Ellos tomaron decisiones con lo que tenían, sus teorías heredadas, incluso formuladas, como las tesis orientales, además de la experiencia que tenían, hasta entonces. Lo valioso no está tanto en las teorías que emplearon, que son, mas bien, débiles, si las comparamos con las teorías en la actualidad, sino en las acciones que desencadenaron, que no solamente hicieron temblar al mundo sino lo transformaron. Lo valioso se encuentra en la voluntad que concentraron, cohesionaron, templaron, y desplegaron, de una manera continua y constante. Es esto lo admirable. Independientemente de cómo se pondere la experiencia socialista real materializada. En contraste, se puede observar que la intelectualidad marxista crítica del presente tiene menor impacto y alcance que lo que tuvieron los bolcheviques de principios del siglo XX. No los bolcheviques del presente, que no son otra cosa que sacerdotes disfrazados de “revolucionarios”.


Genealogía del autoritarismo

Hipótesis teóricas hacia una Crítica deconstructiva de las formaciones discursivas y las estructuras prácticas de los autoritarismos.
Tema muy oportuno ante el avance de las derechas y las izquierdas autoritarias, abandonando la democracia republicana simultáneamente con la notable expansión de las autonomías, comunidades, defensa de territorios e identidades por abajo, asunto que no pueden contener los empresarios extractivistas globalizados por vías democrático-formales y deben asunmir medidas duras.


El nudo de la dependencia

no se puede circunscribir el fenómeno de la dependencia solamente al campo económico, incluso tomando en cuenta sus connotaciones en el campo social, también en los campos político y cultural. La dependencia es una condición abarcadora y comprometedora; absorbe distintos planos de intensidad, que se conectan al definir la complejidad de la realidad efectiva; incluso en sus recortes sociales, económicos, políticos y culturales; sin tocar todavía la complejidad dinámica e integral ecológica, donde los campos mencionados se encuentran articulados. La dependencia compromete, por decirlo en lenguaje ontológico, al ser mismo. Se puede decir, entonces, de manera directa y resumida, que el ser no es, en su condición de dependencia.


La invención política de la realidad

Como en el cuento de hadas de Blancanieves, para niños, la reina quiere que el espejo le diga que es la más bella de las mujeres del reino[2]. La política, entonces, inventa una “realidad” adecuada al poder.


A propósito del Che: El esquematismo vulgar de héroes y villanos

La literatura mediática, incluso la literatura política, peor aún, la literatura de la diatriba, se mueven en un esquematismo vulgar, que opone héroes a villanos. Reproduciendo superficialmente, mas bien, como imitación, que se parece a los gestos o muecas del mimo, copian personajes de la epopeya; por un lado, los héroes, que adquieren la connotación del estereotipo del semi-dios, ya sin espesores humanos, limpio de contradicciones, casi elocuencia divina de conducta perfecta. Por otro lado, los monstruos, las aberraciones morales, políticas, históricas, hasta naturales. Se trata, si se quiere, reduciendo al máximo la expresión figurativa, que exalta por su inocencia común el contraste más evidente, el héroe que enfrenta al dragón de dos o más cabezas, el caballero que rescata a la dama


Dinámicas moleculares-molares sociales

Dedicado a los y las activistas en defensa de la vida y de la democracia. Algunos de ellos y ellas han sido detenidos, compartiendo la suerte con los y las detenidas de los movilizados de Achacachi. El “gobierno progresista” recurre a la violencia demoledora del Estado, defendiéndose como una fortaleza aislada y sitiada por las movilizaciones sociales anti-sistémicas, en la soledad de su desierto extractivista.


La fuerza de la interpelación social

Las fuerzas sociales aparecen tanto como voluntad de potencia, así como voluntad de nada. En el primer caso, generan y crean formas de vida proliferantes, inventando; en el segundo caso, dejan de inventar y crear, para, mas bien, reproducir lo mismo; en este caso, el poder.


Bolivia: Una comparación del “gobierno progresista” con la dictadura militar

El Estado-nación sigue viviendo y coleando; no ha muerto para dar vida al Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. Ahora, después de los acontecimientos de los conflictos del TIPNIS y Achacachi, podemos evidenciar que estamos tan metidos e imbuidos en el Estado-nación, que se repiten sus traumas políticos. Asistimos como a una dictadura militar.


Equilibrismo político y gobernar en el vacío

El equilibrismo político tiene un costo muy alto; mientras más dure, más grande será su devastación. Como el equilibrismo político logra la inercia, la inmovilidad, en el vacío, aunque, paradójicamente, todo se mueve turbulentamente fuera del ojo del ciclón político, parece que esta inercia es compensada por un imaginario político delirante. Es como si para el imaginario político todo ocurriera dentro, en el ojo de la tormenta política, mientras nada ocurre afuera, en la sociedad, en el entorno del ojo del huracán.
Los partidos políticos forman parte del círculo vicioso del poder; están más bien interesados en mantener los circuitos y las órbitas del círculo vicioso del poder, de preservarlo.
En cambio, se puede suponer, que, en el fondo, los sujetos sociales sectoriales, involucrados en el conflicto, estarían interesados en salir del círculo vicioso del poder. También, desde nuestra perspectiva, consideramos que se tienen que construir comunicaciones alternativas, no mediáticas, comunicaciones sociales participativas, donde a los sujetos sociales no se les expropie la palabra, ni por los medios de comunicación, ni por los partidos políticos, que se consideran sus “representantes”.
En temáticas, tópicos y problemáticas sociales nada es imposible. Pues las sociedades mismas son invenciones sociales, económicas, políticas y culturales. Lo que se requiere es inventar otras formas, otros medios, otros métodos; por este camino, inventar otras sociedades, como se lo ha hecho a lo largo de las historias efectivas. Hay que activar, como decía Cornelius Castoriadis el imaginario y la imaginación radicales.


El desarrollo como tormento de Sísifo

El desarrollo, ya como ideología, proyecto, estrategia o implementación, resulta un tormento de Sísifo. Los ideólogos, vocero, partidarios del desarrollo, sean liberales, neoliberales o “progresistas”, suponen que se trata de comenzar de cero o de donde se está, para encaminarse en la vía del desarrollo. Es decir, industrializarse; lo que la teoría de la dependencia llamaba sustitución de importaciones. Otros ideólogos tardíos del desarrollo, en pleno siglo XXI, tienen una idea más lineal y sucesiva que ésta, que corresponde a los prejuicios del desarrollo del siglo XX; estos desarrollistas tardíos incluso creen que se trata de cumplir con la etapa extractivista, que conformaría como una base de acumulación originaria, para pasar a la acumulación ampliada, que sería la industrialización. Siguiendo al pie de la letra el modelo de desarrollo de los países industrializados y desarrollados. Esto de la base extractivista se lo han sacado de los pelos, pues no corresponde con las historias efectivas del desarrollo capitalista. Se trata de un modelo linealista inventado por los ideólogos de los “gobiernos progresistas”, que no tiene correspondencia empírica.


Pensamiento complejo. Análisis de la teoría de la complejidad de Edgard Morin

El pensamiento es de por sí complejo; es decir, el pensar comprende múltiples actividades concatenadas; el pensamiento supone la complejidad misma. Sabemos que se dice de este modo porque se contraste el pensamiento complejo con el pensamiento reductor de la episteme dual racionalista y empirista de la modernidad.


Convocatoria emergente. Crítica del conformismo. Un eco de la convocatoria de Achacachi y el Tipnis

La crisis múltiple del Estado moderno solo puede ser resuelta solucionando los problemas congénitos a la modernidad, al sistema-mundo capitalista, al sistema-mundo político, al orden mundial. Y solo puede ser resuelto por el pueblo en acción, movilizado, auto-reflexivo, autoconvocado, que asume la responsabilidad de ejercer la democracia, en pleno sentido de la palabra, como autogobierno del pueblo.
La convocatoria de Achacachi y la convocatoria del TIPNIS son convocatorias cruciales; ante la decadencia de la civilización moderna, del sistema-mundo político, del sistema-mundo capitalista, del imperio, del orden mundial, del que forman parte los Estado-nación, se requiere de respuestas vitales de los pueblos, de la liberación de la potencia social. Ante la crisis ecológica que amenaza a la sobrevivencia humana, se requiere de la recuperación de las percepciones corporales y de la reinserción de las sociedades humanas a los ciclos vitales.