Autor: “Raúl Prada Alcoreza ”
Cambio de curso en nuestro continente Abya Yala
Criollos y mestizos, ustedes no tienen soberanía sobre estas tierras, las que ocupan, desde la guerra inicial de la conquista; tampoco han construido, en pleno sentido de la palabra, repúblicas; pues al excluir a las naciones y pueblos indígenas, al exterminarlos en guerras genocidas, al arrinconarlos en reservas, resguardos o localizarlos en terruños, lo que han hecho es constituir las condiciones de imposibilidad de toda república y de toda democracia.
Ha llegado el momento de la convocatoria a los pueblos del mundo para detener la locomotora desbocada, que marcha estrepitosamente al descarrilamiento. Hay que mandar a sus casas a estos comediantes de la política, restringida a la banalidad de la elocuencia vacía y de los juegos de poder nihilistas.
Ustedes no pueden sostener la soberanía de la que hablan después de haber continuado la guerra de conquista, en las versiones criollas. Contra las naciones y pueblos mapuches, en el sur del continente; contra los guaraníes en el este, contra los pueblos amazónicos en nor-este, contra los quichwas y aymara, urus y chipayas y otros pueblos andinos en el oeste. ¿De qué soberanía hablan? ¿De la que ha impuesto el Estado-nación, a sangre y fuego, la que se enseña sin poder sostener empíricamente en las escuelas? Esa soberanía es ideológica.
La condición transfronteriza
Los pueblos y las sociedades involucradas tienen la responsabilidad de decidir; o seguir por el mismo recorrido que derivó en la guerra del Pacífico, que ha generado las largas hileras de conflictos diplomáticos, políticos, institucionales, fronterizos; o abrir otros caminos, que respondan a las autogestiones, a los autogobiernos, a las construcciones sociales de consensos y de tejidos, no solamente transfronterizos, sino de confederaciones de los pueblos y sociedades.
Más allá de la teoría de sistemas
A pesar de que la teoría de sistemas, ya en la episteme compleja, ha ayudado a concebir la realidad efectiva desde la complejidad, no reducida a los esquematismos dualistas de la episteme moderna, parece que debemos evaluar la teoría de sistemas a partir de la complejidad misma, sinónimo de realidad. La teoría de sistemas ha planteado las relaciones de los sistemas con el entorno, las interpretaciones e interpenetraciones entre sistemas, la composición estructurada y orgánica de los sistemas; en lo que respecta a los subsistemas vinculados, a las estructuras definidas y a las operaciones de clausura, en lo que respecta a los sistemas autopoiéticos. Pero, parece que no es suficiente para comprender la realidad efectiva, que ahora se presenta con mayor complejidad.
Sistema-mundo extractivista
El fenómeno del extractivismo no es aislado, ni disperso, ni solamente corresponde a las periferias de la geopolítica del sistema-mundo capitalista; es un fenómeno mundial. La corroboración de lo que decimos se encuentra en la crisis ecológica, reconocida mundialmente; el llamado “cambio climático”. Es el mundo entero el que está afectado o, si se quiere, enfermo por el “efecto invernadero” o “calentamiento global”. Incluso en las ciudades industriales, donde no parece verse el fenómeno extractivista, las usinas en funcionamiento extraen oxígeno y emiten gases de efecto invernadero, al funcionar. En pocas palabras, podemos decir que el sistema-mundo extractivista extrae vida y arroja muerte.
Delimitaciones imaginarias del poder
Lo imaginario no quiere decir que es ficticio, en el sentido de que no existe, sino, paradójicamente, llega a existir por materialización institucional. Este es el tema y este es el problema. Por ejemplo, la delimitación entre lo “lícito” y lo “ilícito” es una de estas diferenciaciones jurídicas, que delimitan, en la práctica, lo que se puede y lo que no se puede, por mecanismos institucionales impuestos. La prohibición y la aceptación se hacen reales por el ejercicio institucional, al exigir a los comportamientos determinadas conductas, al prohibir a los comportamientos otras conductas.
Apuntes para una ecología de la hoja de coca
No se puede hablar de defensa de la Madre Tierra, cuando se incentiva el monocultivo de la coca, en las condiciones extractivistas y empresariales capitalistas, como se dan en Bolivia, de una manera dominante y hegemónica. Menos se puede hablar de defensa de la coca, en sentido antiimperialista, cuando precisamente el sistema-mundo capitalista, en su etapa decadente, la de la dominación del capitalismo financiero y especulativo, desata estas formas de cultivo, de producción, de mercados y de consumo. Al contrario, no solamente son los síntomas de la decadencia del sistema-mundo, sino que son las formas económicas que requiere en los procesos de acumulación del excedente, de la plusvalía, socialmente producida por la sociedad productiva.
Bolivia: Un presidente matricida
El presidente de Bolivia ha retomado su obsesiva compulsiva obstinación por atravesar el TIPNIS con una carretera extractivista. Es a todas luces un presidente matricida, que muestra elocuentemente su vocación ecocida, de crimen contra la Madre Tierra. No vamos a tocar la incongruencia, que parece que no le hace mella, de cuando decide optar por el crimen extractivista contra la vida, contra las condiciones de posibilidad ecológicas de la vida, se declare a sí mismo “defensor de la Madre Tierra”; ya lo hicimos antes[1]. Lo que vamos atender ahora es cómo funciona esto de decir una cosa y hacer otra, exactamente lo contrario. ¿Cómo funcionan los discursos demagógicos de los “gobiernos progresistas” en el sistema-mundo capitalista, en su etapa decadente?
Dicho de manera simple y reducida, con la “izquierda” en el gobierno el mundo no ha cambiado, sigue siendo el mismo; es más, se ha consolidado. El problema es, como dijimos, que los gobiernos de “izquierda” desarman al pueblo; lo castran de sus capacidades de lucha. La lucha, el ímpetu crítico y de movilización anti-sistémica se detienen.
El concepto de fuerzas sociales
Son fuerzas producentes de lo social; las fuerzas sociales, en concurrencia, definen decursos de acontecimientos y procesos; las fuerzas sociales contienen energía o potencia social; las fuerzas sociales capturadas se constituyen en sujetos sociales, así como también en instituciones; las fuerzas sociales contienen la memoria organizativa; las fuerzas sociales son autopoéticas; las fuerzas sociales capturadas generan un campo gravitatorio; las fuerzas sociales no capturadas conforman a la sociedad alterativa; matriz de la sociedad institucional, además sociedad alterativa que desborda a la sociedad institucionalizada, que no puede abarcarla.
El proyecto de la autogestión y el autogobierno
Las transiciones, que se intentaron en la modernidad, desde las revoluciones sociales hasta las revoluciones populistas, han fracasado. ¿Debemos intentar nuevas transiciones? Nosotros decimos que no, que ya es suficiente; la lección histórico-política es que las transiciones llevan a restauraciones del poder, en las distintas formas posibles, a la larga o a la corta. Que es menester, mas bien, salir del circulo vicioso del poder, dejar de jugar al poder.
Este es el contexto del debate político, éste también es el contexto del análisis, de la analítica, de Fuerzas sociales.
El pueblo no es emancipador, tampoco liberador, pues se halla atrapado en el círculo vicioso de la subordinación; que espera, que tiene expectativas, que demanda. Para emanciparse debe dejar de ser pueblo, esta condición ambivalente, y convertirse en comunidad.
Conjeturas sobre los obstáculos ideológicos
respecto a la aplicación de la Constitución en Bolivia, no se ha tomado en cuenta al pueblo, a los pueblos indígenas, a las multitudes, a las colectividades, a los grupos y a los individuos. El monopolio político oficialista decidió interpretar a su regalado gusto la Constitución y promulgar leyes que no corresponden al desarrollo legislativo constitucional, sino son la continuidad de la estructura jurídica y política del Estado-nación. El Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico brilla por su ausencia, salvo en los símbolos folclóricos introducidos como nombres rimbombantes, sin asidero ni contenido, y en las forzadas ceremonialidades del poder.
Cuando la máquina del poder no funciona
El espectáculo ya no es ni siquiera trágico-cómico, ni tampoco solo cómico, ni siquiera solo ridículo, sino grotesco; por ejemplo, ver a disfrazados de “revolucionarios” hacer gala de una retórica tosca y torpe a todas luces. La política se ha vuelto burlesca.
Fragmentos territoriales en la mutación geográfica de poder
Desde Milton Santos podemos decir que la geografía está en movimiento; además de que se trata de composiciones de espesores espaciales, tejidos por los lugares en el mundo que los cobija, también cambiando. En el anterior ensayo hablamos del fragmento territorial de poder[1]; ahora, trataremos de situarlos en contextos espacio-temporales en movimiento; así como los concibe la geografía cuantitativa y la geografía humana.
Fragmento geográfico de poder
La federación campesina yungeña, ADEPCOCA, además de organizaciones sindicales de la provincia de Larecaja e Inquisivi, se adhirieron a la protesta de los productores de coca de los Yungas. La Plaza Murillo, la plaza de armas, el núcleo de la sede de gobierno, se encuentra sitiado por las organizaciones yungueñas, de Larecaja e Inquisivi. El Congreso está rodeado, al que se le exige que no apruebe dicha ley.
Si se hace la evaluación y ponderación del peso del Chapare en la incidencia política; sobre todo, en lo que respecta al peso de los proyectos implementados, que benefician a la región en cuestión. Veremos que estamos ante no solo lo que llamaremos fragmento territorial del poder, sino que este fragmento de poder conforma en la jerarquía estructural del poder un lugar privilegiado. Esto se puede corroborar, de manera descriptiva, con la suma de los proyectos que benefician a la región del trópico de Cochabamba, descuidando a otras regiones del país.
Se trata de comprender cómo funcionan las máquinas de poder en el presente, para, desde la perspectiva libertaria, proponerse su desmantelamiento y diseminación.
En torno al concepto de episteme
Una de las tareas de la descolonización es pues lograr acercarse a esas otras formas, arquitecturas, armaduras, estructuras, de relaciones corporales, simbólicas y cognitivas, de las sociedades antiguas y ancestrales, así como de las sociedades resistentes, en la actualidad, en el espesor del presente. Por otra parte, en esta perspectiva, plantearse seriamente la construcción conceptual adecuada a esta tarea.
La pose del juez
Esa pose de juez, que se coloca en el centro imaginario o en la testera institucional, hecha a propósito, para desde ahí juzgar; decir quien está equivocado y quien no, quien es el malo y quien es el bueno.
Las comunicaciones corporales, energéticas, vibrantes y ondulatorias, con los múltiples seres de las ecologías de la biodiversidad del planeta, no se reducen, de ninguna manera, a las narrativas místicas, peor aún a las narrativas folclóricas. Exigen fenomenologías corporales y de las percepciones sociales, capaces de interpretar evocativamente, lo que los cuerpos ya interpretan y la intuición subversiva ya supone.
El círculo vicioso de la economía colonial extractivista del capitalismo dependiente
La pregunta pertinente es: ¿Cómo funciona? En este caso la economía-mundo y, en este contexto, la economía nacional; obviamente en una coyuntura y periodo dados de la economía-mundo capitalista. Esta pregunta es de partida o, si se quiere, contextual; pues, también se trata de explicar ¿por qué los “gobiernos progresistas” se estancaron; sobre todo, en lo que respecta a la tarea primordial, la independencia económica?
Balance histórico o análisis retrospectivo del presente
La guerra de la Confederación peruano-boliviana fue, de entre las últimas guerras dadas, en el siglo XIX, entre el proyecto histórico-político del interior del continente y el proyecto económico-político de los puertos[1]. El proyecto del interior emerge de adentro; es decir, del mundo de adentro, si se quiere propio. Una nación que nace, valga la redundancia, desde las entrañas mismas de la guerra anticolonial y las guerras de la independencia. En cambio, el proyecto de los puertos, corresponde al mundo de la revolución industrial, del mercado internacional, de la división del trabajo y de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, que se venía conformando.
Crisis en el imperio
¿Qué pasa en el imperio y en la gendarmería del imperio?
¿Este encierro o enclaustramiento, hacia adentro, no indica, con evidencia, un anacronismo? ¿La hiper-potencia mundial, el complejo económico-tecnológico-científico-militar-comunicacional ya no puede, no solamente hegemonizar en el mundo, sino tampoco dominar?
Tristezas del análisis político
Asombra el “análisis político” o lo que se dice ser tal. Unas veces se pierde en la elucubración de los paradigmas heredados; importándole más seguir la estructura deductiva de los paradigmas, que contrastarlos con lo que ocurre, con los sucesos, eventos y decursos políticos. Otras veces se asume de abogado de la ideología, defendiéndola a rajatabla; en estos casos, le parece preferible la verdad de la ideología, aunque no sea demostrada, pues, por lo menos apunta a finalidades, a telos, de manera teleológica. Empobreciendo su discursividad y enunciación, otras veces se encarga de justificar los vaivenes gubernamentales o las contradicciones de los partidarios.
¿Qué pasa con los pueblos y las sociedades?
¿Por qué dejan hacer lo que hacen los políticos, la clase política, los gobiernos, las burocracias, las mallas institucionales del poder?