Autor: “ Raúl Prada Alcoreza”
Crisis y realidad
Se trata, en definitiva, de diseminar las estructuras, mallas institucionales, máquinas de poder, de deconstruir las formaciones discursivas, las ideologías, las leyes, que legitiman estas dominaciones. Para decirlo de manera ilustrativa y metafórica, se trata de desandar el camino, llegar a ese origen, por así decirlo, de la economía política generalizada, y comenzar otras rutas posibles, sobre todo, reinsertadas a los ciclos vitales del planeta.
Tal vez estaríamos hablando de los fundamentos del cambio civilizatorio y el otro mundo posible o la sociedad alternativa del despliegue de la potencia social en la forma de protagonismo social autónomo.
Los nichos eco-sociales de las ciudades
Excelente análisis del ser y del devenir de las ciudades, realidad escondida por los instrumentos del poder y por quienes disputan los cargos de su ejercicio. Habrá que estudiar más el asunto, abrir debates y, sobre todo, se trata de que la autonomía del protagonismo social asuma plenamente la ciudad como una parte compleja del todo que está siendo destruido por el extractivismo, destrucción que forma parte de los programas de las derechas y de las izquierdas, o sea de todos los gobiernos derivados de partidos políticos, situación a la que hay que ponerle fin si queremos en serio salvar el planeta y emancipar la vida retirándola de la camisa de fuerza del tinglado.
La caza del jaguar. Mitos ancestrales y naturales Vs. destrucción extractivista de la madre tierra
Se puede considerar la caza del jaguar como una de las actividades más ilustrativas de lo que pasa en cuanto a la destrucción de la Amazonia. El capitalismo extractivista avasalla sin importarle para nada la vida y las repercusiones destructivas de su accionar respecto de la vida. Solo le interesa la ganancia especulativa, el usufructuó inmediato, el goce banal, la riqueza ostentosa y el espectáculo del poder. El sistema-mundo capitalista ha ingresado, hace un tiempo, a su fase decadente, con la dominancia del capitalismo financiero, desenvolviéndose como capitalismo especulativo. Es más, no solo que domina el capitalismo financiero al capitalismo industrial, sino que, por esta dominancia, la misma tiene efectos sobre la producción industrial, por lo menos, en aquella que va al consumo de masas. Parte de la industria capitalista, de la etapa decadente, se ha vuelto industria de productos desechables; podemos hablar entonces de un capitalismo de chatarra.
Bolivia: la cuestión marítima
No olvidar que los Estado-nación se construyeron sobre cementerios indígenas y en contra de las naciones y pueblos indígenas; en consecuencia, que no hay futuro o, mejor dicho, porvenir, sino se enmienda este origen colonial.
Bolivia. Intento de quebrar a los ponchos rojos: Crisis de la máquina del chantaje
El gobierno clientelar quiere seguir controlando a las organizaciones indígenas y campesinas; se desespera por hacerlo, bajo el mismo mecanismo de cooptación clientelar de la dirigencia; sin embargo, al haber tocado al señorío aymara de Achacachi ha tocado el avispero.
La herejía de Rilda Paco Alvarado
La historia de la artista boliviana que acaba de pintar a la virgen en tanga cuestionando el uso de la virgen para deleite del mercado y despliegue de elocuencias machista, fuera la concurrencia de derroche banal entre grupos de poder.
Bolivia: responsabilidad del pueblo combatiente
No como en el caso chileno, donde creen que pueblo combatiente es el grupo de estudiantes engatuzados que sale a arrojar molotovs en unidad con los estalinistas del Frente, ni como los que se dejan arrastrar por los hijitos de papá del frente amplio, el relevo de la izquierda vendida al capital.
Leamos sobre la casta de impostores.
¿Qué está pasando en Bolivia? ¿Reelección contra viento y marea?
La marcha efectiva de los pasos que da el gobierno es ésta: la de la mutación de la forma de gubernamentalidad clientelar en la forma de tiranía, abierta o encubierta.
Al poder no le interesa quienes estén sentados en el trono, que es más bien simbólico, lo que le interesa es reproducirse constantemente, de una forma o de otra, de una manera o de otra, o con los que se autodenominan de “izquierda” o los que son calificados de “derecha”.
Regresiones y desfases del imperio
En el contexto mundial actual hay, mas bien, alianzas entre los estratos más conservadores y depredadores de sus burguesías nacionales. El ataque a los “gobiernos progresistas”, que atentan contra la “democracia” y desconocen derechos ciudadanos, según Tillerson, es un ataque a sus proveedores de petróleo, con los que también, implícitamente, tienen complicidades y concomitancias, por su apego compartido al modelo extractivista, expansivo e intensificado.
Se trata de gobiernos edificados en las avalanchas de las movilizaciones sociales anti-sistémicas, que una vez, en la cresta de la ola, usurparon a la potencia social, se hicieron cargo del gobierno, para terminar con la revolución misma y sus capacidades. Haciendo el balance, estos “gobiernos progresistas” resultaron favoreciendo a la estructura polimorfa de las dominaciones del imperio, al castrar a los pueblos y extirpar sus potencias.
Las estructuras de poder subyacentes
El poder, en sí, es máquina abstracta de poder, empero se realiza a través de agenciamientos concretos de poder, que son las instituciones operativas, normativas, reglamentarias. Entonces, tenemos, una composición entre máquina abstracta y agenciamientos concretos de poder; composición combinada de diagramas de poder y mallas institucionales, que jurídicamente y políticamente se presentan en la formalidad moderna. Los agenciamientos concretos de poder no funcionan aisladamente, sino integrados al Estado.
Bolivia: Crisis capitalista y genealogía sindical del trópico de Cochabamba
La convivencia estable, por así decirlo, entre el lado luminoso o institucionalizado del poder y el lado oscuro o paralelo del poder se ha roto; ha roto el equilibrio por el avasallamiento por parte del lado oscuro del poder. Lo mismo pasa con la economía-mundo; se ha roto la convivencia estable entre el lado luminoso de la economía y el lado oscuro de la economía. Ambos lados han como coexistido a lo largo, por así decirlo, del desarrollo del capitalismo. En plena crisis estructural del capitalismo, que no es solamente la hilera intermitente de crisis financieras, sino, de fondo, se trata de la crisis de sobreproducción, que busca ser solucionada, equivocadamente, con manejos financieros, después, con burbujas especulativas. La crisis, que se ahonda, ha provocado la ruptura del inestable equilibrio entre ambas formas de poder y ambas formas de economía.
Crisis en el imperio. Muchas preguntas
¿Qué pasa en el imperio y en la gendarmería del imperio? ¿La llegada de un gobierno exaltado en el discurso nacionalista a la Casa Blanca, de un presidente cuyo lenguaje político recuerda a los más ateridos prejuicios xenófobos, de un gabinete de magnates, apoyados por una mayoría congresal republicana, síntomas de qué son? ¿Un endurecimiento de la política interna y externa de los Estados Unidos de Norte América? ¿Una “derechización”, como se dice? ¿Una “fascistización”, como también se dice? ¿O son los síntomas del ingreso a un encierro apresurado, como si se tuvieran que defender no solo del Sur, sino también del mundo? ¿Ahora bien, este encierro o enclaustramiento, hacia adentro, no indica, con evidencia, un anacronismo? ¿La hiper-potencia mundial, el complejo económico-tecnológico-científico-militar-comunicacional ya no puede, no solamente hegemonizar en el mundo, sino tampoco dominar?
Lado oscuro de la economía y del poder
De acuerdo a estimaciones, el monto de la producción de cocaína en Bolivia asciende a 295 toneladas, llegando a ser el segundo mayor productor de cocaína, debajo del Perú, encima de Colombia. El gramo en Colombia costaba U$1.8, en tanto que, en estados Unidos de Norte América, costaba U$169, el año 2015. Si solo consideráramos el precio en Colombia, la economía de la cocaína, producida en Bolivia, movería un monto de U$531 millones; lo que ciertamente es muy bajo, puesto que el mercado no se circunscribe a algunos países de Sud América, sino es mundial.
La República de Bolivia y su dependencia a la República del Chapare
La República del Chapare no es una república reconocida oficialmente, sino que se trata de una república subyacente, que se encuentra dentro de la República de Bolivia, que se denomina constitucionalmente “Estado Plurinacional de Bolivia”. La relación entre la república subyacente y la republica oficial, reconocida en el orden mundial, es de dominación; la República del Chapare domina a la República de Bolivia. El “gobierno progresista” del denominado constitucionalmente “Estado Plurinacional de Bolivia”, que de Estado Plurinacional solo tiene el nombre, pues se ha mantenido la estructura institucional del Estado-nación, está al servicio de la República del Chapare.
Bolivia: La destrucción de las organizaciones sociales
El “gobierno progresista” de Bolivia tiene en su haber una lista de organizaciones destruidas, otra lista de organizaciones cooptadas. Sin embargo, a pesar de las organizaciones paralelas impuestas con representaciones apócrifas, sumisas al gobierno, las bases de las organizaciones destruidas siguen resistiendo desde el entramado social y organizacional en la escala de las comunidades.
Referido al discurso de Linera, el intelectual vice de Evo Morales: El abominable discurso descalificador
El discurso descalificador, que convierte al enemigo en detestable o en horrendo monstruo, en endemoniado, por lo tanto, aniquilable, corresponde, en su arqueología enunciativa al esquematismo religioso del fiel e infiel. Los fieles declaran guerra santa a los infieles.
Es el discurso de la Inquisición que desató la guerra contra las mujeres durante tres siglos, en pleno nacimiento del capitalismo, convirtiéndolas en endemoniadas, en “brujas”, desatando la caza de brujas, por el hecho de encarnar el entramado comunitario y liderar el levantamiento comunitario contra el nacimiento del sistema de la desposesión y despojamiento, de la privatización de tierras y la explotación del trabajo.
Bolivia: La labor de los llunk´us (aduladores, “tira-sacos”)
La semántica del término adquiere una polifonía, pues se alude tanto al adulador como al sumiso, tanto al zalamero como al oportunista, así como al servil.
Golpe crápula contra la COB
De 22 dirigentes de la COB, son cuatro los que quieren sacar a Mitma, quien caracteriza la situación de golpe.
Más allá de la izquierda y derecha congresista, más allá de los jacobinos y girondinos, que tenían, mas bien, más cosas en común. Se trata de continuar con las transformaciones, que se truncaron y detuvieron al comienzo mismo del “proceso de cambio”. Para usar los términos comunes, ni ir “atrás” ni quedarse en el momento de la decadencia del gobierno clientelar, sino marchar con el empuje de la potencia social.
Bolivia: Las organizaciones paralelas apócrifas
Ahora se trata de conformar una COB paralela, que pasa, primero por el desconocimiento a su secretario ejecutivo; todo esto porque la COB encabeza la defensa de la democracia, de la Constitución, porque apoya las movilizaciones ciudadanas, de profesionales, de oficios y de gremios contra la ley inquisidora[3], el Código Penal, y contra el desconocimiento de la voluntad popular, que votó por el NO en el referéndum por la reforma constitucional, que pretendía habilitar indefinidamente a Evo Morales Ayma a elecciones consecutivas. El gobierno clientelar quiere una COB sumisa y obediente a sus mandatos y sus caprichos. Los voceros de este desconocimiento son los dirigentes de la CSUTCB, dirigentes puestos a dedo por el gobierno, en bochornosos congresos campesinos, donde se impuso contra las bases a personas sin convocatoria campesina; es decir, llunk’us.
No es el único gobierno que ha intentado desconocer a la COB y dividirla o suplantarla. Desde los gobiernos del MNR de la revolución nacional (1954-1964), sobre todo, cuando la COB entra en confrontación con las gestiones gubernamentales, se ha buscado controlarla.
El uso simbólico de lo “indio” en la ideología política
recordar las enseñanzas de Franz Fanon; una de ellas, cuando dice que no se trata solo de expulsar al colonizador, sino de destruir la estructura de poder colonial. Un negro que ocupa el lugar del blanco es un blanco, un indio que ocupa el lugar del blanco es un blanco. Pues se ha preservado la misma estructura de poder. Lo negro, lo indio, lo blanco, no son sustancias, sino calificaciones ideológicas coloniales en pleno uso de las dominaciones; no es pues un problema de color, sino del uso ideológico colonial de la piel.