Artículos de: 14 Diciembre 2020
2020: el año más difícil para los movimientos anticapitalistas
Buen análisis de Zibechi que no logra disminuirse por dos errores: Zibechi afirma que el 25 de octubre el pueblo chileno desbordó las urnas en el referendo para redactar una nueva Constitución, pero eso no fue así, pues el 50% de los electores prefirió la abstención, lo que hace que sea difícil que se desborde la copa vacía o semi-llena.
Sobre Bolivia se refiere al gobierno golpista de Jeannine Añez, lo que no es sí, pues ante la fuga de Evo Morales y el vacío presidencial, asume Añez constitucionalmente. Nadie niega que haya sido un gobierno pésimo, pero el apelativo de golpista fue acuñado por el partido de Evo Morales y los partidos y medios que se identifican con su persona y el carácter “progresista” de su gobierno. Además el avance popular no está en la victoria del MAS, sino en que los sectores campesinos indígenas han conseguido imponer a Choquehuanca en el gobierno y están actualmente incidiendo desde abajo en las políticas a seguir., lo que facilitará enormemente las tendencias autónomas y comunitarias.
La poderosa explosión social campesina de la India
Analistas observan la huelga más grande en la historia de la humanidad que movilizó 250 millones de personas y aún mantiene un numeroso contingente acampando, pero lo hacen del punto de vista de los partidos y sus intereses. No hemos podido conseguir información de los sentires locales, territoriales o identitarios esos campesinos, de modo qjue el tema queda en abierto.
Brasil: Somos como las semillas
Talita Tamikuã Pataxó es articuladora de juventudes en la Tierra Indígena Comexatibá, artista, educadora popular y técnica em Agroecologia por la Escuela de la Floresta, del Cacao y del Chocolate (CEEP-Milton Santos). Su instagram es @tamypataxo.
Tiempo de descubrimiento
Los desechables, las personas que no tienen uso alguno para el capital, han estado siendo desechados. Prosigue aceleradamente la destrucción de sus condiciones materiales de vida, los empleos lo mismo que las fuentes autónomas de ingreso, y también sus entornos, suelos, aguas, bosques, selvas… Hay quienes esperan aún el regreso de la “normalidad” o que se produzca la “nueva normalidad” tan prometida. Creen que gracias a la vacuna y otros factores podrán volver los empleos que perdieron o regresarán los turistas a los que vendían bienes o servicios.
El mercado o el Estado podrán aún, por un tiempo, dar oportunidades de supervivencia. Seguirán fluyendo recursos bajo las más distintas modalidades –seguro de desempleo en algunas partes, en otras ayuda a personas mayores o discapacitadas, becas de estudio, apoyos productivos y todo lo que aún ofrece la imaginación burocrática. También habrá mercado para vender algo de lo que se produce o llegarán algunos turistas. No es un terremoto arrasador, que nada deja en pie. Pero cada vez más gente se da cuenta de que el mundo que teníamos ya no está. Es preciso crear otro nuevo. Y en eso están.
Nicaragua: Causa sensación la valiente vecina que instaló en la pared de su casa un diario mural denunciando las violaciones a los derechos humanos de la dictadura de Ortega
Policía vino a decirle que debe retirarlo porque “causa zozobra”, pero ella sostiene que no lo va a retirar aún sabiendo que la van a agredir. Estaremos acompañando la noticia y esperamos sinceramente que sea un ejemplo para que muchas casas hagan lo mismo y los barrios puedan tejer su autonomía y autodeterminación.
El calamitoso estado de la salud en la dictadura de Ortega en Nicaragua
El monto que cada nicaragüense gasta de su propio bolsillo en salud —a pesar de que oficialmente es gratuita— está por encima de la media del continente. Según el informe “Situación de la Salud en las Américas”, publicado en 2019 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con datos de 2016, hasta ese año los nicaragüenses pagaban de su bolsillo el 32.2% del gasto médico, superando el promedio de las Américas que es del 23.9%.
La interrupción de la historia: la crítica al progreso en Walter Benjamin
La concepción lineal de la historia y la victoria del capitalismo son justificaciones que los defensores de esa ideología suelen presentar –y que resulta motivada por esta fe en el progreso que sólo el actual modo de vida puede otorgarnos– es el cada vez más alto grado de desarrollo de la técnica, sobre todo en aquel que opera a nivel de la vida cotidiana. En esa línea, que las operaciones domésticas estén cada vez más facilitadas no son indicio sino de que el camino asumido es el correcto. Frente a tal mistificación de la dinámica social, Walter Benjamin, filósofo alemán de la primera mitad del siglo XX, perfila su crítica