Artículos de: 1 Noviembre 2018

Calibán y la bruja (I)

Omnia sunt communia! o “Todo es común” fue el grito colectivista de los campesinos anabaptistas, alzados de igual modo contra los príncipes protestantes y el emperador católico. Barridos de la faz de la tierra por sus enemigos, su historia fue la de un posible truncado, la de una alternativa a su tiempo que quedó encallada en la guerra y la derrota, pero que sin embargo en el principio de su exigencias permanece profundamente actual.

Agradecimientos
A las numerosas brujas que he conocido en el movimiento feminista y a otras brujas cuyas historias me han acompañado durante más de veinticinco años dejando, sin embargo, un deseo inagotable por contarlas, por hacer que se conozcan, por asegurar que no serán olvidadas.


Calibán y la bruja (II)

La investigación de la Edad Media que realizó la autora para mostrar como el origen del capital requirió acabar con las formas de vida comunitaria que tenían en la mujer su eje y matriz, de modo tal que la burguesía consiguió aliar y subordinar a la oligaqrquía para enttre ambos desatar la persecución de la cacería de brujas


Calibán y la bruja (III)

Tercera parte de la obra que lanzó a Silvia Federici en la cresta de la ola feminista que invade el mundo y nos ofrece la utopía del fin del patriarcado y del capitalismo.


Calibán y la bruja (IV)

Cuarta parte del libro magistral de Silvia Federici


Si ya no se necesita estado, ¿cómo cambiamos el estado cubano en los autogobiernos locales del poder popular?

Hasta ahora, participar en el proceso de consulta popular del Proyecto de Constitución de la República de Cuba, que comenzó en el país el 13 de agosto y concluirá el 15 de noviembre, más que un ejercicio democrático, parece un acto de fe. Ningún ciudadano cubano cuenta con la garantía de que sus opiniones serán consideradas por quienes elaboren la versión definitiva de la Carta Magna, ni de que sus propuestas –eliminar, agregar o modificar algún artículo– serán incluidas en caso de coincidir con las propuestas de una mayoría.


El proyecto de nueva Constitución en Cuba propone otro país

Una Constitución socialista, revolucionaria, emancipadora, debería fortalecer al pueblo ampliando sus posibilidades de transformación de su contexto, en lugar de debilitarlo imponiendo o consolidando restricciones para participar de la política; lo cual no es más que debilitar las posibilidades de cualquier utopía. Hacer que la construcción de un proyecto social dependa más de un Partido, de la clase dirigente de ese Partido, que de los ciudadanos es atentar contra ese proyecto social.
No solo se propone cambiar la institucionalidad del Estado vigente sino parte de la base ideológica del mismo, lo que afecta también al sistema político en general, así, el Proyecto no menciona al comunismo, ni al internacionalismo proletario, ni alude al capitalismo, ni habla de explotación del hombre por el hombre, ni se acuerda de que el anterior Estado era de los trabajadores.
Si el Estado socialista cubano va a garantizar derechos cuando tenga desarrollo económico estamos en el pico del aura. Cuba ha representado una alternativa social y ética hasta ahora porque garantizamos derechos, aunque no tengamos desarrollo económico.


Nicaragua: de 2007 a 2018, Daniel Ortega ha gozado del apoyo del FMI prosiguiendo una política a favor del gran capital

La izquierda está dividida sobre la apreciación de la política llevada a cabo por el gobierno de Daniel Ortega de 2007 a hoy, igual que sobre la actitud a adoptar ante las protestas sociales y la represión ejercida por el régimen.


Feminismos del sur y ecofeminismo

El lenguaje de valoración de las mujeres, enmarcado en la cultura del cuidado, tiende a expresar un ethos procomunal potencialmente radical, que cuestiona el hecho capitalista desde el reconocimiento de la ecodependencia y la valoración del trabajo de reproducción de lo social. En su versión libre de esencialismos, el ecofeminismo aporta una mirada sobre las necesidades sociales, no desde la carencia o desde una visión miserabilista, sino desde el rescate de la cultura del cuidado como inspiración central para pensar una sociedad sostenible, a través de valores como la reciprocidad, la cooperación y la complementariedad.


El giro eco-territorial de las luchas y la revalorización de la matriz comunitaria

El punto de partida para pensar en alternativas a este modelo radica en el giro eco-territorial de las luchas que atraviesa la región y plantean una redefinición de las reglas de juego, cuestionando el modelo de desarrollo y las lógicas de acumulación. Por giro eco-territorial hay que entender la potenciación de un lenguaje de valoración acerca de la territorialidad -que expresa la convergencia entre visión ambientalista y revalorización de la matriz comunitaria- no se halla restringido al ámbito rural, exclusivamente referido a las resistencias campesinas e indígenas. También se expande al ámbito urbano, sobre todo en pequeñas y medianas localidades, ampliando el registro étnico y de clases y, por ende, el tipo de actores involucrados.