Artículos de: 4 Diciembre 2019

Carta abierta a los que no entendieron

A raíz de mi Tercera carta a Andrés Manuel López Obrador (Proceso 2246) hubo un sinnúmero de ataques y de violencia verbal de parte de ustedes, incluyendo el presidente, hacia mi persona, las víctimas y la ciudadanía que las palabras de esa carta representan en su llamado a detener la violencia y fortalecer las regiones y las autonomías indígenas.


En un mar de revueltas Colombia despertó

Las movilizaciones han encontrado a los movimientos y los partidos de izquierda bastante desarticulados y están muy bien callados frente al paro. Ha habido intentos de Petro (Colombia Humana) y de Marcha (Patriótica) insinuando ciertas apropiaciones del paro pero eso no hizo ningún sentido y fueron desmontados rápidamente por la gente. No es el momento para que ninguna organización lo haga. Es el momento de que esto que está sucediendo siga con el curso que tiene, se están dando procesos de autoorganización de la gente en asambleas, en los encuentros entre vecinos, era algo que estaba absolutamente perdida y que hoy se recupera, a partir del paro.


Colombia: ¿Qué es el precariado y por qué está protestando?

La mayoría de los actuales estudiantes universitarios serán mañana “proletarios con título o con micro-empresa”, o sea, Precariado.


Las protestas mantienen el pulso al Gobierno de Iván Duque en Colombia

Decenas de miles de personas se movilizan en el tercer paro nacional en dos semanas. Mañana se reanuda el diálogo.


La constitución plurinacional de Ecuador sólo funciona si lo decide el poder. El conflicto Conaie-Estado se tensa más

La semana pasada, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) envió un documento en el que la Comunidad de Tigua, en Cotopaxi, se afirmaba como un gobierno autónomo de una circunscripción territorial indígena. De ahí que argüían que las autoridades del Gobierno Nacional deben coordinar la entrada a sus territorios.


La izquierda colonial

La intelectualidad de “izquierda” servil a gobiernos impostores, expresiones mayúsculas de la decadencia política, del derrumbe moral y ético, además de la depravación práctica del ejercicio del poder, aplauden y hacen apología de las formas de gubernamentalidad clientelar y del desborde de la demagogia del populismo del siglo XXI. Para esta intelectualidad, que ha perdido no solo la capacidad crítica, que es como el atributo del marxismo inicial, sino también la facultad del raciocinio, pues se niega a hacer un mínimo análisis de lo ocurrido en la historia reciente de los llamados “gobiernos progresistas”, incuestionablemente ha habido un “golpe de Estado en Bolivia”. No constatan lo que dicen con los hechos, no acuden a fuentes, no se toman el trabajo de averiguar lo que pasó, mucho menos atender al debate y a la discusión generada en los lapsos políticos del “progresismo”; solo atinan a repetir como voceros ensimismados lo que la propaganda política y la publicidad compulsiva gubernamental han difundido a través de los medios de comunicación. Se parecen a militantes enceguecidos y fanáticos, en realidad burócratas, de la aciaga época estalinista, que convirtió a la revolución socialista en la institucionalización de una monarquía “socialista”; un barroco histórico-político-jurídico tenebroso.