Artículos de: 10 Mayo 2019
Estado de guerra en M?xico. De Terror: entre Balas no tan ?Perdidas? y Balas ?Dirigidas? al Exterminio Selectivo
Las balas como instrumento privilegiado del proceso de aterrorizamiento social, de la construcci?n de paz militarizada y del gran negocio intercapitalista de la violencia (Los recursos que mueve el narcotr?fico superan a una gran cantidad de industrias del pa?s, a las remesas y dan trabajo aproximadamente a un mill?n de mexicanos, seg?n una amplia investigaci?n de catedr?ticos impulsada por el Dr. Jos? Luis Calva de la UNAM (La Jornada, 11-11-18).
Militares, polic?as y democracia
El problema de los cuerpos armados, su persistencia en el papel represivo contra los pueblos y poblaciones, nos est? hablando de los l?mites que tiene administrar el Estado.
Zibechi lamenta que el tema no sea debatido en la izquierda. Nosotros no entendemos que tiene que ver la izquierda en esto. Zibechi habla mucho de autonom?a, pero no dice que los problemas hoy deben ser tratados por el protagonismo social y no por estrategas de la moribunda izquierda.
Venezuela: Invitaci?n P?blica a los firmantes del Documento: ?Por una salida pac?fica, electoral, democr?tica y soberana para Venezuela?
El grupo de ex ministros y personalidades chavistas cr?ticos y contrarios a Maduro que componen la Plataforma han invitado al di?logo a los organizadores de la firma del documento de la salida pac?fica. Vea los contenidos de la invitaci?n y conozca el Documento de los firmantes (m?s de 500 y sigue creciendo).
?Se fortalece el consenso de los contrarios a las burocracias de izquierda y de derecha?
?Se fortalece la esperanza?
Venezuela: Pausa en la guerra de tronos entre burocracias de derecha y de izquierda. Hoy se realiza “Encuentro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras en Lucha”
Este viernes, 10 de mayo 2019, en la Universidad Central de Venezuela, es una fecha de encuentro entre diversas organizaciones sindicales, gremios, trabajadores y trabajadoras en lucha en el marco de la reciente conmemoraci?n del 1ero. de Mayo. La convocatoria se hace con la consigna: ?No tenemos nada que celebrar, organ?zate y lucha?
M?xico: Ante los ataques contra las comunidades, resistencia invita a sumarse a las Jornadas por la Vida y contra la Guerra
El presidente Andr?s Manuel L?pez Obrador ha declarado una guerra en contra de las comunidades aut?nomas zapatistas y de los integrantes del Congreso Nacional Ind?gena-Concejo Ind?gena de Gobierno.
La guerra contra la vida se extiende por todo el pa?s y es una guerra contra los pueblos originarios, contra las mujeres, contra la infancia, contra nuestra madre tierra. Es una guerra que nos afecta a todas y a todos. Es por ello que frente a esta terrible guerra que padecemos es necesario organizarnos para la defensa de la vida, del camino de la autonom?a y de la digna resistencia que encabezan el EZLN y el CNI-CIG contra los megaproyectos de muerte.
Brasil: como el PT se ahorc? reprimiendo al pueblo, como Ortega en Nicaragua o como Allende en Chile
Campesinos del Movimiento Campesino Revolucionario fueron reprimidos en el gobierno popular de Allende por los pacos verdes y los pacos rojos en diferentes puntos del pa?s. Las tomas de haciendas y corridas de cerco se expand?an por diversas regiones asustando al empresariado capitalista y la jaur?a uniformada, pero el gobierno se encarg? de aniquilar las fuerzas sociales que estaban dispuestos a defenderlo, mientras las menguadas fuerzas partidarias y electorales negociaban con los milicos para contener juntos el protagonismo social. La derrota de la izquierda chilena no fue de los militares sino del reformismo estalinista que practic? la antropofagia devorando las fuerzas sociales que le sosten?an.
Revoluci?n en Sud?n: todos deben caer
Los marxistas viejos nos quieren vender su ilusi?n de que la resistencia est? dirigida por miembros de los sindicatos (ellos obviamente ven dirigiendo a los partidos. y decir partido es decir “quiero estado”).
Nosotros esperamos para ver, sabemos que hacia occidente del norte africano, y a?n en el mismo Sud?n, se extienden por todos lados las tribus, aldeas y comunidades amazigh (tuareg o berebere) y hacia oriente se esparcen por todas partes los frescos vientos de la autonom?a comunitaria del confederalismo democr?tico kurdo.
Basta ver la notable expansi?n de la presencia de las banderas amazigh en las movilizaciones de Argelia, de Marruecos y las autodefensas amazigh-tuareg en Libia, para saber que debemos incorporar en nuestros an?lisis la emergencia comunitaria autoconstituyente desde abajo, por mucho que le duela a los viejos izquierdistas estatistas.
Historia de la sexualidad. 1 La voluntad de saber (Primera parte)
Mucho tiempo habr?amos soportado, y padecer?amos a?n hoy, un r?gimen victoriano. La gazmo?er?a imperial figurar?a en el blas?n de nuestra sexualidad retenida, muda, hip?crita.
Todav?a a comienzos del siglo XVII era moneda corriente, se dice, cierta franqueza. Las pr?cticas no buscaban el secreto; las palabras se dec?an sin excesiva reticencia, y las cosas sin demasiado disfraz; se ten?a una tolerante familiaridad con lo il?cito. Los c?digos de lo grosero, de lo obsceno y de lo indecente, si se los compara con los del siglo XIX, eran muy laxos. Gestos directos, discursos sin verg?enza, trasgresiones visibles, anatom?as exhibidas y f?cilmente entremezcladas, ni?os desvergonzados vagabundeando sin molestia ni esc?ndalo entre las risas de los adultos: los cuerpos se pavoneaban.
A ese d?a luminoso habr?a seguido un r?pido crep?sculo hasta llegar a las noches mon?tonas de la burgues?a victoriana. Entonces la sexualidad es cuidadosamente encerrada. Se muda. La familia conyugal la confisca. Y la absorbe por entero en la seriedad de la funci?n reproductora. En torno al sexo, silencio. Dicta la ley la pareja leg?tima y procreadora. Se impone como modelo, hace valer la norma, detenta la verdad, retiene el derecho de hablar -reserv?ndose el principio del secreto. Tanto en el espacio social como en el coraz?n de cada hogar existe un ?nico lugar de sexualidad reconocida, utilitaria y fecunda: la alcoba de los padres. El resto no tiene m?s que esfumarse.
Historia de la sexualidad. 1 La voluntad de saber (Segunda parte y final)
La idea del sexo reprimido no es s?lo cuesti?n de teor?a. La afirmaci?n de que la sexualidad nunca fue sometida con tanto rigor como en la ?poca de la burgues?a hip?crita, va acompa?ada del ?nfasis en un discurso destinado a decir la verdad sobre el sexo. De esta conjunci?n parte la serie de an?lisis hist?ricos de los que este volumen es introducci?n.
Se trata de interrogarse acerca de una sociedad que desde hace un siglo se fustiga ruidosamente por su hipocres?a, habla con prolijidad de su propio silencio, se encarniza en detallar lo que no dice, denuncia los poderes que ejerce y promete liberarse de las leyes que
la han hecho funcionar. No s?lo hay que presentar el panorama de esos discursos, sino el de la voluntad que los mueve y la intenci?n estrat?gica que los sostiene.
La historia de la sexualidad de acuerdo con Foucault
Michel Foucault fue un fil?sofo franc?s, abiertamente homosexual, que estudi? las instituciones de la psicolog?a, la medicina, el sistema educativo y el sistema penitenciario. Escribi? ampliamente sobre la locura, sobre la polic?a y sobre la ciencia.
El motor del cambio feminista: una organizaci?n basada en la sororidad
El t?rmino sororidad se refiere a la hermandad entre mujeres con respecto a las cuestiones sociales de g?nero. Sororidad es un t?rmino derivado del lat?n soror que significa hermana. Es un neologismo empleado para hacer menci?n a la solidaridad que existe entre mujeres, especialmente, en las sociedades patriarcales.
Nicaragua: no debemos repetir los errores del pasado
Excelente este art?culo de uno de los grandes empresarios de Nicaragua. Muestra que dentro de este sector hay patriotas que piensan en el pa?s, en la gente, en la democracia, sin subordinar todos estos temas a sus negocios y ganancias. Les invito a leerlo con detenimiento. Me llama la atenci?n que toca temas que para algunos son tab?, como los intentos de un sector del empresariado de cooptar los movimientos y organizaciones, de descalificar a quienes pensamos que s?lo con movilizaci?n y organizaci?n del pueblo es que vamos a presionar y conseguir la salida de Ortega.
- M?nica Baltodano -